Os cuento, la semana pasada tuvimos que llevar al veterinario a mi gata escapista. Cómo están con la muda del pelo, cuando ella se hace la lamición pues se traga pelos. Estaba la pobre con indigestión y sin ganas de jugar ni nada, se le nota mucho cuando le pasa algo. Además quería brazos y mimos, la cogía como un bebé y se quedaba ahí apoyada en el hombro. Pero y está bien, expulsó todo el pelo y vuelve a ser ella tan intrépida como siempre. Lo pasé fatal viéndola así de ñoña y pocheta, acurrucándose y buscando reconfortarse en mí. Ayyyy mi Gatu, que sustos me da, con lo que yo la quiero 
