Mientras que el conde de París asistió a la ceremonia de reapertura de Notre-Dame de París con su hijo mayor, el príncipe Gastón, el príncipe también asistió a la misa inaugural celebrada este domingo en Notre-Dame en compañía de su esposa, la princesa Filomena, y su hijo Gastón.
Antes de la ceremonia, los príncipes pudieron conversar con su vecino, el modisto Jean-Charles de Castelbajac y Guillaume Bardet, el escultor que hizo el altar y el mobiliario litúrgico de la catedral.
Muy emocionada durante la misa, la princesa confió al periodista de Point de Vue "Vivir esta reapertura en este período de Adviento, cuando las noticias internacionales son particularmente difíciles, es un verdadero signo de esperanza".
Durante la ceremonia, monseñor Ulrich, arzobispo de París, consagró el altar de la catedral. Monseñor Rougé, uno de los 150 obispos presentes en la ceremonia, explicó durante la misa que el altar no solo estaba en el centro de la Iglesia, sino también, y sobre todo, en el centro de la vida espiritual cristiana.
Fue monseñor Rougé, obispo de Nanterre, quien dio la comunión al príncipe Gastón, un momento conmovedor para el joven príncipe, ya que fue este religioso quien lo bautizó hace 15 años hasta el día en que era párroco de la basílica de Santa Clotilde en París, la parroquia del príncipe Juan y la princesa Filomena en ese momento.
Antes de la ceremonia, los príncipes pudieron conversar con su vecino, el modisto Jean-Charles de Castelbajac y Guillaume Bardet, el escultor que hizo el altar y el mobiliario litúrgico de la catedral.
Muy emocionada durante la misa, la princesa confió al periodista de Point de Vue "Vivir esta reapertura en este período de Adviento, cuando las noticias internacionales son particularmente difíciles, es un verdadero signo de esperanza".
Durante la ceremonia, monseñor Ulrich, arzobispo de París, consagró el altar de la catedral. Monseñor Rougé, uno de los 150 obispos presentes en la ceremonia, explicó durante la misa que el altar no solo estaba en el centro de la Iglesia, sino también, y sobre todo, en el centro de la vida espiritual cristiana.
Fue monseñor Rougé, obispo de Nanterre, quien dio la comunión al príncipe Gastón, un momento conmovedor para el joven príncipe, ya que fue este religioso quien lo bautizó hace 15 años hasta el día en que era párroco de la basílica de Santa Clotilde en París, la parroquia del príncipe Juan y la princesa Filomena en ese momento.
