La Familia Real asiste a la Misa de la Cena del Señor en la Catedral de Santiago de Compostela. Abril 17, 2025

La Catedral de Santiago adoptó este jueves medidas extremas de seguridad para acoger la visita de los Reyes de los Belgas, Philippe y Mathilde, principalmente para garantizar la discreción que los monarcas han exigido para este viaje de carácter privado en el que han querido pasar completamente desapercibidos. Se prohibió la entrada a los medios gráficos y se desplegaron policías de paisano por todo el interior del templo para evitar que ninguno de los cientos de fieles que abarrotaban la Catedral con motivo de la Misa de la Cena del Señor pudiese fotografiar a la familia real. Philippe y Mathilde accedieron a la basílica apostólica minutos después de las cuatro de la tarde y lo hicieron por la escalinata de la Praza del Obradoiro, concretamente, a través de la cripta, donde comenzaron una visita al Museo catedralicio que, según ha podido saber este periódico, incluyó el Pórtico de la Gloria.

Un cuarto de hora antes de las seis de la tarde llegaron a la nave principal de la seo entre fuertes medidas de seguridad. La orden había sido que los reyes belgas y sus tres hijos, los príncipes Gabriël, Emmanuel y Eléonore, tenían que pasar lo más desapercibidos posible. En un momento dado se entremezclaron entre la multitud y luego todos se sentaron en el primer banco de la nave de la plaza de la Inmaculada. Ni siquiera en la nave principal desde la que se puede contemplar la belleza de la Capilla Mayor. El rey Philippe vestía traje oscuro con corbata y su consorte, la reina Mathilde, un abrigo fucsia para protegerse del frío y la lluvia que caía ayer en Compostela. Llamó la atención que el príncipe Emmanuel, al que este miércoles se le pudo ver con muletas a su llegada a Santiago tras completar el Camino francés, accedió a la Catedral en silla de ruedas, en la que permaneció sentado durante toda la ceremonia religiosa del Jueves Santo.

La Casa Real Belga también dio orden al Cabildo de que no se hiciese ninguna mención de la presencia de los monarcas durante la Misa de la Cena del Señor. De hecho, tanto el arzobispo de Santiago, monseñor Francisco Prieto, como el deán de la Catedral, José Fernández Lago, saludaron a los soberanos son un discreto gesto con la cabeza, pero no se pararon para evitar que los fieles se percatasen de la presencia de los reyes. Tampoco hubo saludos ni ninguna mención en las moniciones ni en la homilía del prelado. De hecho, la ceremonia transcurrió como si los monarcas no estuviesen presentes, tal y como pudo comprobar EL CORREO GALLEGO durante la misa.

Al parecer, los reyes de Bélgica y su familia quedaron maravillados por la belleza de la Catedral de Santiago, donde rezaron, como monarcas católicos, ante la tumba del Apóstol. La familia real llegó a pie a la seo desde el Hostal de los Reyes Católicos, donde se aloja desde este miércoles tras finalizar el Camino de Santiago. Según ha podido saber este medio, descartaron con rotundidad que se les habilitase en la basílica un lugar destacado como se suele hacer cuando acuden los reyes de España a alguna ceremonia religiosa o el delegado regio. Manteniendo la tendencia de la última semana, los soberanos trataron de pasar desapercibidos, aunque, inevitablemente, fueron reconocidos por algunas personas que se encontraron a su paso por las calles de Santiago y dentro de la propia Catedral.


Asistieron a la liturgia propia del Jueves Santo, en la que se rememora la última cena de Cristo con sus discípulos. Así, fueron testigos de uno de los rituales más característicos de esta celebración, el lavatorio de los pies, durante el que el arzobispo lavó los pies a un grupo de personas recordando el gesto de Jesucristo con los doce apóstoles en la última cena antes de su pasión y muerte, cuando instituyó los sacramentos de la eucaristía y el orden sacerdotal. En esta ocasión, monseñor Prieto besó los pies de doce niños y voluntarios de la Oficina del Peregrino.

Philippe y Mathilde siguieron con mucha atención el rito que tuvo lugar tras la homilía del prelado, en la que destacó que «en este momento en el que parece que todo quiere extremarse, polarizarse, no debemos perder el sentido de lo fundamental; ni dejarnos perturbar por tantos muros que a veces se pretenden construir». También expresó su deseo de que «estemos dispuestos a servir, a amarnos sin condiciones, porque amar y servir tienen siempre el rostro concreto de aquel que está cercano. Justicia, dignidad y respeto son palabras que cuando uno las pronuncia tiene que hacerlo con un ejercicio en el que se compromete con ellas, porque es fundamental para la vida de las personas», dijo.


Arturo Reboyras exagera un pelín. No había medidas extremas de seguridad. Para nada. Los policías españoles vestidos de paisano se reconocían perfectamente por el color de sus pantalones. Incluso la única mujer policía llevaba el mismo color de pantalones. Por cierto, encantadora. Pude hablar con tres de ellos y el jefe de seguridad un chico risueño y majisimo pidiendo por favor y agradeciendo que cumpliese sus indicaciones. Nada más verlos me puse a grabarlos y uno de los de seguridad me pilló y me pidió que dejase de grabar. Sin circo ninguno y amablemente. Es cierto, que pidieron por la megafonia hasta en tres ocasiones que no se hiciese uso del mobil durante la ceremonia. Pero anda más empezar la procesión los fieles subieron cientos de móviles para grabarlo todo. Yo me puse morado a grabar y hacerle fotos a los Coburgo. Y me vieron los de seguridad que los tenia a ambos lados y no me dijeron nada. A la salida sólo me pidieron que me moviese medio metro para que los Reyes y sus hijos quedasen encuadrados por las cámaras de tv y paparazzis y no apareciese yo posando con ellos como uno más de la familia😆
 
Arturo Reboyras exagera un pelín. No había medidas extremas de seguridad. Para nada. Los policías españoles vestidos de paisano se reconocían perfectamente por el color de sus pantalones. Incluso la única mujer policía llevaba el mismo color de pantalones. Por cierto, encantadora. Pude hablar con tres de ellos y el jefe de seguridad un chico risueño y majisimo pidiendo por favor y agradeciendo que cumpliese sus indicaciones. Nada más verlos me puse a grabarlos y uno de los de seguridad me pilló y me pidió que dejase de grabar. Sin circo ninguno y amablemente. Es cierto, que pidieron por la megafonia hasta en tres ocasiones que no se hiciese uso del mobil durante la ceremonia. Pero anda más empezar la procesión los fieles subieron cientos de móviles para grabarlo todo. Yo me puse morado a grabar y hacerle fotos a los Coburgo. Y me vieron los de seguridad que los tenia a ambos lados y no me dijeron nada. A la salida sólo me pidieron que me moviese medio metro para que los Reyes y sus hijos quedasen encuadrados por las cámaras de tv y paparazzis y no apareciese yo posando con ellos como uno más de la familia😆

imagínate que sales como uno más de la familia... la Delphine te demanda por lo que sea, no vayas a quitarle el sitio de "recién llegado" a la FR
 
mmmm y su facilidad para llevar con porte esas horripilante colección de corbatas y sus combinaciones de caja fuerte veraniegas??? solo alguien con algo de italiano defiende lo indefendible y lo hace parte de su personalidad. NO imagino a Philippe y sus hijos, con otro tipo de corbatas, lo de ellos son las amebas y sin esas combinaciones imposibles de colores durante las vacaciones de verano.
Si y no.
Cierto que buena parte de los italianos son capaces de vestirse de forma peculiar/original y estar fabulosos.
Sin embargo no veo a los italianos ( por no hablar de los milaneses!) adoptar el estilo Coburgo.
 

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