La verdad es que aquellos flashes de las cámaras los debieron cegar aquel día y aquel ruido infernal de las cámaras disparando sus ráfagas en aquella habitación palaciega aún me producen escalofríos....nunca vi cosa igual. Había tanto ruido que si me apuran casi ni se les escuchaba hablar.....y la luz blanca de tantos flashes distorsionaba las imágenes de la pareja.
El peinado de su boda fue un no rotundo. La tiara que ya era discreta de por si completamente deslucida con ese peinado de siempre de la novia y ese velo tan mal colocado sobre su cabeza. La han peinado mil veces mejor cuando ha acudido a infinidad de actos oficiales a lo largo de estos años. Una pena que su peluquero el día de la boda no la hiciese brillar con un buen peinado.