La verdad es que, aunque las comparaciones sean "odiosas", son inevitables:
Basta verles las caritas...
George llegó con cara poco menos que de sufrimiento, desconfianza, seriedad...
Charlotte "very excited", saluda sonriente, con ganas y decisión.
Son la noche y el día. George es guapo pero bastante desabrido. Charlotte tiene salero.
Ya pueden volverse locos los periodistas del mundo buscando parecido con Lady Di o con los Spencer o el resto de familia. Los niños son un clon de su madre y la niña un clon de su bisabuela.