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Yo a Inés la conozco bien desde inicios de los 90s cuando ambas coincidíamos en la UNESCO en París. Era una chica medio tímida pero tampoco diría que totalmente simpática. Muy difícil de definir como personalidad. Siempre sentí que escondía algo y no terminaba de mostrarse realmente como era. Ella era becaria en la Delegación Permanente de Costa Rica ante dicho organismo internacional en la capital francesa. Había hecho una película en Costa Rica algún tiempo antes y eso le valió algún contacto para que le permitieran trabajar en esa representación diplomática como "stagiaire". Luego escuché que al igual que su señora madre, tenía gusto por la carne y el pescado. No me extraña porque su personalidad desprendía algo muy curioso de explicar pero que hacía pensar en una doble vida o secreto muy bien guardado. Con los señores siempre apostó a la buena vida. Ya tenía eso sí, aires de pequeña diva algo caprichosa.