Cuando yo sea reina haré como Camilla (y otras), me pondré un uniforme de vestido y sombrero que solo vaya variando de color. Tiene todas las ventajas: escoge el modelo más favorecedor para su cuerpo y ya no tiene que romperse la cabeza con los outfits nunca más, porque siempre va igual. Y, como siempre va igual, así anula las expectativas y las consiguientes críticas.
En este sentido es la consorte perfecta porque luce bien y lo justo, es bastante estilosa, da una imagen agradable y no opaca con su presencia al rey, como inevitablemente ocurre en otros casos ( la edad también influye en esto, claro ).