Vaya estupidez lo de presentarse en la galería por sorpresa: la heredera y el repuesto, ¿qué tienen, 8 años? Y luego las pintas que lleva la heredera, el vestido azúl de la consorte al que le falta un buen forro, ese traje rojo chillón...es todo un querer y no poder, cutre a pesar del pastizal que nos cuesta toda esta pandilla.