Lo peor de estas que se pinchan, que es evidente, es que salgan zampando bollos y patatas fritas como si fueran extraterrestres y adelgazaran por la gracia de Dios (bueno, la katiuskas podría ser porque está en el ajo). Y que además vendan la moto de la nutricionista milagrosa, que no les cobrará la consulta y la receta del producto a cambio de mencionarla en IG.