La familia real, por el bien de la institución, debiera desligarse públicamente del príncipe Andrew por lo que le resta de vida. Lo que hagan en la intimidad familiar es su asunto, pero si quieren evitar dolores de cabeza deben mantenerlo fuera de todo evento público donde se encuentre algún miembro de la familia. Su presencia en la caminata familiar en Sandringham está Navidad fue un total desacierto.