Merci Brigitte! Cientos de mujeres maduras agradecen a Brigitte Macron haber demostrado que aún pueden ser sexysEl presidente de Francia Emmanuel Macron y su mujer se llevan 24 años de edad.
Por
VANITY FAIR
26 de diciembre de 2017 / 10:49
Lectura: 2 minutos
Etiquetas:
Brigitte Macron
Retrato de Brigitte Macron, mujer del presidente de Francia.
©Condorpress
A Brigitte Macron (64 años), la esposa del presidente de Francia Emmanuel Macron (40), le escriben decenas de mujeres a diario para darle las gracias por demostrar lo que ya dejó claro la señora Robinson en
El Graduado: que se puede resultar sexy a pesar de no ser joven. Lo publicaba ayer el diario británico
The Telegraph.
"Muchas mujeres en sus sesentas y setentas escriben a Brigitte para decirle: gracias porque no sabía que era posible; gracias porque no me atrevía a llevar ese tipo de vestido; gracias por demostrar que una todavía puede ser seductora a los 65 años”, ha contado
al periódico Pierre-Olivier Costa, consejero de la primera dama francesa.
Madame Macron, de hecho, ha batido el record del número de cartas recibidas por una Primera Dama, que hasta ahora ostentaba Carla Bruni, su predecesora en el Elíseo: mientras que la mujer del presidente Sarkozyrecibía alrededor de 35, son más de 200 las que escriben a Brigitte. “Estamos sorprendidos de la cantidad de peticiones de ayuda que recibe Brigitte Macron”, ha declarado Costa.
Emmanuel y Brigitte se conocieron cuando en el liceo jesuita La Providence de Amiens. Él tenía 15 años y estudiaba en ese centro. Brigitte había cumplido ya los 39 y le daba clases de teatro. Trabajaban los viernes por la noche en la obra
El arte de la comedia. “Desde el sábado estaba esperando a que llegara el viernes. No entendía por qué. Parecía tan loco….”, contaba la primera dama en la revista
Elle el pasado mes de agosto.
Por aquel entonces, Brigitte estaba casada y tenía tres hijos. Cuando Emmanuel tuvo que seguir sus estudios, prefirió quitarse de encima el lío y le animó a que se fuera a París a terminar la carrera. “Volveré y me casaré contigo”, le prometió no obstante el joven.
Veinticinco años después, la pareja desayuna junta en el Elíseo, “ella con sus arrugas y él con su juventud”, dijo en
Elle la primera dama. Las bromas y las críticas a costa de su diferencia de edad han dejado paso, como casi siempre que uno se abre camino sin que la opinión de los demás le importen, a la admiración de todos.