El Jaume treinteañero debería tener la obligación de ganar likes y seguidores siendo mayestático en su ridículo y de llenar de chinchetas de colores el mapa mundi de las perversiones sexuales. Debería colgar su patético día a día, debería afilar su mejor tono de voz para la afición y dirigirse a su pueblo con su condescendencia imperial. Pero el mundo y el talento de Jimbo andan algo descoordinados ultimamente. Él da la sensación de ir por delante y esperar magnánimo a que los siglos escriban su leyenda en este foro.
Pero no nos engañemos, lo más probable es que Barrizales haya culminado su viaje hacia la vulgar normalidad. Que ahora trabaje y tenga los mismos problemas que todo el mundo, que ya no sueñe con delirantes idioteces, que sus mentiras ya no le engañen ni a él mismo y que ya no nos vuelva a deleitar con su apoteósica ridiculez. Es un nuevo hombre y nosotros somos viejos homínidos, los australopitecus de la palabra. Jaime habla y se relaciona con sus congéneres, nosotros gruñimos la nostalgia en un foro. Tal vez lo único que podamos hacer sea contemplarlo como una referencia histórica y gloriosa, tal vez Jaime se haya convertido en nuestra leyenda negra.