Queda superficial decirlo pero la belleza es muy importante en el cine. En Memorias de Africa quitas a Redford y pones a un hombre normal, un Gene Hackman o un Pepe Sacristán y aunque sean buenos actores la película se hunde y no va a verla ni el productor.
El cine por un lado es mentira, la gente no es tan guapa ni suena música cuando andas por la calle. Pero por otro lado es cierto que las relaciones personales no son algo racional. El atractivo, el carisma, el aura tienen una influencia enorme. Si Alfredo Landa te anima a que le ayudes en el atraco a una joyería te niegas, intuyes que va a salir mal. Si te lo propone Alain Delon aceptas, sabes que va a salir bien.