En 1975, la Secretaría de Transporte y Obras Públicas prohibió el fileteado en todas las unidades de colectivos que dependían de ella.
El argumento fue que se impedía la clara lectura del trayecto de las diferentes líneas, algo así como una contaminación visual.
Varios artistas dedicados al fileteado en este transporte público. se quedaron sin su fuente de trabajo. Esto hizo que se abriera otro sector para recibir este arte porteño, se pasó de las carrocerías de colectivos a las vidrieras de todo tipo de negocio. La resistencia de estos artistas, que no querían que su obra solo quede en una tela sobre un atril, provocó una nueva estética para Buenos Aires, sobre todo en los barrios: San Telmo, La Boca y Mataderos.
Pero el reconocimiento al fileteado y a sus pintores llegó en 2015. El arte del fileteado porteño fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por el Comité Intergubernamental para la Salvaguarda de la Unesco.