- Pagando abogados carísimos que están aplicando todas las tácticas dilatorias permitidas por la ley.
- Gastando dinero en asesores de imagen y siguiendo sus indicaciones para intentar mejorar la percepción pública según convenga a la causa legal.
- Invirtiendo en médicos, psicólogos, clínicas de desintoxicación.
- Y en mantener al hijo díscolo, cuando deberían haberlo dejado ganarse la vida y enfrentar sus propios problemas, en lugar de encubrirlo y gastar aún más dinero enviándolo a Los Ángeles con todos los gastos pagados, solo para alejarlo y evitar que los escándalos explotaran en casa.
Y quien sabe si habrán pagado a algunas víctimas para que se mantengan calladas o retiren sus acusaciones.