Pero en honor a la verdad, el chino no es un idioma. Muchos grupos étnicos tiene su dialecto, aunque el más popular sea el mandarín, pero todos difíciles de aprender para un occidental y algunos sin relación entre sí porque no provienen de la misma familia lingüística. Los alfabetos más conocidos no son ni siquiera palabras, sino grafemas: imágenes que transmiten conceptos y que cambian su significado según su combinación. Mi mejor amigo vive en Shenzhen y lleva diez años aprendiendo mandarín y aún así no considera que lo domina. Usa el inglés, porque las grandes ciudades hace rato se prepararon para recibir una población cosmopolita. Además, hay que sumarle que idiomas como el mandarín son tonales, o sea en una misma palabra puede haber diversos tonos y variar alguno de ellos le cambia el significado a lo que estás diciendo, por eso uno siente que están gritando enojados, cuando en realidad lo que están haciendo es utilizar los diversos tonos que tienen. Y también sumémosle que los chinos culturalmente no son tan abiertos, así que no es que se esfuercen para que los entiendas. Supongo que al ser China un destino al que los futbolistas van a ganar dinero por un par de temporadas, ya que al no tener un campeonato relevante no existe el incentivo para quedarse por un largo periodo, como sí pasa en París o Barcelona, los futbolistas ni se plantean empezar el riguroso camino del aprendizaje de algún idioma chino y eso que sólo he mencionado lo que implica hablar el mandarín. Aprender a escribir otra aventura.