El objetivo, precisaba la autora, “son los ingentes recursos naturales en forma de oro, uranio y hasta 30.000 toneladas de petróleo que se encuentran entre Turquía, el centinela de la OTAN en Oriente Próximo, y China y los territorios en torno al mar Caspio”. “También la guerra contra Yugoslavia puede interpretarse como una medida para complementar la nueva tenaza de la OTAN que se extiende desde los estados bálticos en el norte por Polonia, la República checa y Hungría hasta Grecia y Turquía”, escribía Elmar Altvater. De este modo, seguía, “se rodea a Rusia, creando al mismo tiempo un puente desde Europa occidental a Oriente Próximo y Medio”.
ltvater recordaba que en la antigua Yugoslavia “se instalaron importantes bases militares estadounidenses decisivas para la estrategia mundial de dominio imperialista de las regiones petrolíferas de Asia Central hasta África, pasando por Oriente Medio y Próximo”. Una de esas bases es, como es notorio, Camp Bondsteel en Kosovo, capaz de alojar a 7.000 soldados estadounidenses. Más recientemente, Croacia fue utilizada por la CIA como base para crear un puente aéreo para el transporte de armas procedentes de Arabia Saudí, Jordania y Qatar a los islamistas que luchaban contra el gobierno sirio.