Con este viaje descubre aún más sus miserias. Van porque le pagan el viaje, al que ha debido acoplar al mandilín y al niño, porque lo mínimo por parte de la marca, hubiera sido unas orejitas también para el pequeño, y en la habitación había solo detalles para ella, que es con la que contaban.
Han disfrutado del parque medio día que es lo que a ella le quedó libre tras la presentación insulsa de los textiles en los que ohhh, se atrevieron a meter el verde!
Al desfile y al espectáculo nocturno, se debieron arrimar pensando en lo instangrameable que quedaría, porque con un niño, lo mínimo es esperar un ratito para intentar coger buen sitio, y no verlo en quinta fila a través de la cámara del móvil.
Penoso, viaje para la foto, no para el disfrute.
Y Chula, por muy miserables que te creas que somos el resto de los mortales, una buena parte hemos estado en Disney y hasta hemos repetido.