Estilista, bloguero y sinvergüenza
Hay que pagar las facturas. Las de
Pelayo Díaz se liquidan con lo que el "estilista, bloguero, diseñador de moda, escritor y colaborador de televisión español que se hizo conocido gracias a su blog Katelovesme"
cobra por promocionar cosas en sus redes. El entrecomillado lo copio directamente de Google para no tener que, ejem, pensar. El estilista, bloguero, etc etc tampoco suele pensar demasiado antes de darle al botón de publicar. Su texto en Instagram lamentando el
asesinato de Samuel acompañaba a una foto en la que se alegraba de que
una marca de alcohol patrocinase su celebración privada del Orgullo LGTBIQ+. Sin ningún tipo de pudor.
Tras las inevitables críticas recibidas, el diseñador de moda, escritor, etc etc
publicó una semi-disculpa en la que pedía semi-perdón por si alguien se había ofendido por su actitud. Como si en algún momento tuviera otra. Acordémonos de su apestosa publicidad de un
criadero de perros (con envío a domicilio) en pleno confinamiento. Años atrás, el colaborador de televisión español que se hizo conocido gracias a su blog Katelovesme nos deleitó con sus posados en el Monumento en Memoria de los Judíos. Busquen en Google "Pelayo pomerania confinamiento" y "Pelayo holocausto". Busquen después "sinvergüenza".
Pero en eso, en no tener vergüenza, parece basarse a veces el famoso "marketing de influencers". Haciendo gala de una ignorancia que siempre les salva, los autoproclamados reyes de las redes sociales más
exhibicionistas, son capaces de hacer publicidad de cualquier cosa y en cualquier circunstancia. Ayuda que ellos y ellas sean básicamente
la nada más absoluta. "Elegida por la revista Forbes como una de las 100 mejores
influencers españolas" me responde el buscador cuando le pregunto por
María Pombo. La nada.
Nunca olvidaré a aquella
influencer que, en medio de una cena organizada por una marca (marca que, por cierto, lo que está organizando ahora es casi su suspensión de pagos), se levantó de la mesa al grito de
"voy a influenciar" y empezó a hacer vídeos como una loca con su móvil. Como os lo cuento. Yo no sabía dónde meterme. Como no sé dónde meterme cuando veo que alguien recuerda el
desgraciado e injusto final de un chaval de 24 años mientras se asegura de que sepamos que una marca de champán le paga por comportarse como un perverso narcisista. Mira en Google lo que significa esto último, Pelayo. Y
ten un poco de vergüenza la próxima vez.
Hay que pagar las facturas. Las de Pelayo Díaz se liquidan con lo que el "estilista, bloguero, diseñador de moda, escritor y colaborador de televisión español que se hizo...
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