Buenos dias a tod@s, recurro aquí a ver si alguien con sus experiencias podría ayudarme o dame un poco de luz ante esto...
Tengo un perro de 7 años (podenco) muy muy nervioso, tenemos serios problemas con el tema de la ansiedad por separación hemos probado etologos, feromonas, trasnportines positivizándolo.. no hacerle caso... aceite de CBD, entrar y salir varias veces espaciándolas y alargando los tiempos... enfin,. todos los tips habidos y por haber y nada.. ya no solo es por como se queda el perro, de los nervios, jadeando, aullando, llorando.. si no por los vecinos y por los nervios que paso yo hasta que llego a casa y el sin vivir de la situación.. no queremos recurrir a fármacos.. pero ya es lo ultimo que nos han recomendado, alguien en la misma situación? Alguien ha probado fármacos y cuales para esta situación? Gracias
Ohhh @Babymeow , no sabes como te comprendo.
Yo tengo un Jack Russell quién se apegó muchísimo a nosotros durante la pandemia, porque se acostumbró a vernos contínuamente en casa. Además que ya es un perro adulto (va a cumplir 16 este año).
No podemos dejarlo solo (acompañado de las gatas) porque sus aullidos alarman a todos los vecinos, porque tal parece que lo estuvieran torturando.
Probé con ferromonas, flores de bach, pasiflorum y nada funciona. Incluso las flores de Bach y el pasiflorum le hacen vomitar (él ya a su edad es bastante delicado del estómago).
Consulté a su veterinario y me dijo que ellos como veterinarios no tienen documentación probada de que ese tipo de gotas como las flores de Bach funcionen.
A finales del 2021 el veterinario me sugirió esterilizarlo porque además a su edad era recomendado y de paso podíamos ver si le cambiaba la conducta. Los esterilizamos en enero del 2022 y si bien ahora es más tranquilo alrededor de otros perros machos (antes trataba de imponerse siempre, sin importar el tamaño del otro perro) no cambió en nada su ansiedad de separación.
Traté lo que comentas de entrar y salir varias veces, pero salir y que pegara aullidos dolorosos es inmediato. Nos sentíamos secuestrados por él, con angustias cada vez que teníamos que dejarlo solo porque sabíamos que de inmediato tendríamos fuertes quejas de los vecinos. Ya no sabíamos qué hacer con él porque no siempre podemos dejarlo acompañado.
Así que la entrenadora, quién me ayudó con el asunto de sus ladridos cuando él era pequeño, me dijo que no le gustaba la solución que me iba a sugerir, pero que era el último recurso que se le ocurría. Un collar anti ladridos.
Hay collares que solo vibran y hay otros que emiten descargas eléctricas leves. Yo me negué al que emite descargas eléctricas porque me parece una forma de tortura.
Así que compramos uno que vibra. Cuando el perro ladra o aulla, el collar vibra por un poco tiempo y lo alarma. Si sigue ladrando o aullando, vibra de nuevo por más tiempo y mayor intensidad. Y así va.
Probamos con salidas cortas y aulló una sola vez y se ve que el collar lo desconcertó y se calló.
Luego hemos probado con salidas más largas y me doy cuenta al volver de que está callado (y no he recibido quejas de los vecinos en el teléfono). Apenas siente que entro él comienza a gemir bajito, hasta que abro la puerta y enloquece de alegría (la entrenadora me dijo que no le haga aspavientos al llegar, ni saludos efusivos, para no premiarle la ansiedad).
Así que hasta ahora ha funcionado. Un día que iba a casa de unos vecinos probé dejarlo sin el collar, pensando que ya sabría que no debe llorar, pero comenzó a aullar desesperado. Así que cada vez que salgo lo dejo con el collar.
No es mi solución favorita, pero no he conseguido otra.