Para nada, fue al revés. Le dijeron que si no aceptaba su contrato se rescindía, y ella así lo decidió.Eso no fue así. Sofía rechazó la agencia pensando que podría seguir trabajando en la tele, y telecinco le respondió despidiéndola, cancelándole el programa ese cutre que presentaba sobre Supervivientes, y vetándola de telecinco. Seguro que si Sofía hubiera sabido que la consecuencia de rechazar la agencia sería estar vetada de telecinco, su respuesta habría sido muy diferente, sobre todo teniendo en cuenta las ganas de tele que tiene siempre y lo importante que se creía por aparecer en cuatro programas cutres.
Jamás quiso compartir agencia con gente tan cutre como Albalá, por ejemplo, y tener que dejar la de Dulceida. A Sofía le gusta la tele pero no tanto como para necesitarla, y con las redes ha conseguido todo lo que necesita para vivir mejor que muchos que siguen en Mediaset, que ni siquiera tienen casa propia o la hipoteca pagada.