el Pachá III este selecto yate con más de 80 años de historia y 36 metros de eslora no es el más ostentoso del Principado pero sí el más especial para su propietaria,
Carolina de Mónaco.
Corría el año 1990 cuando la princesa monegasca y su marido, el apuesto empresario italiano
Stefano Casiraghi, adquirieron este yate. Carolina lo descubrió por casualidad en el Puerto de Mónaco. Lo bautizaron Pacha III en honor a sus tres hijos, uniendo las iniciales de los pequeños: Pierre, Andrea y Charlotte, un gesto típico entre los propietarios de embarcaciones. Rainiero III había tenido un barco similar al que había llamado
Albercaro, por sus hijos Alberto y Carolina. Siguiendo esta tradición, el príncipe soberano tuvo otras naves a las que llamó Carostefal (por sus hijos Carolina, Estefanía y Alberto) y Stalca (de nuevo, por sus hijas Estefanía y Carolina).
Ver el archivo adjunto 1512090
Carolina decidió restaurar y embellecer la que había sido su última nave juntos. Invirtió 600 millones de las antiguas pesetas (unos 3 millones de euros). La modernizó añadiendo aire acondicionado, máquinas de agua, calefacción y agua caliente y dos baños. La
royal pidió que se respetase el diseño vintage de la cubierta. Su casco azul se pintó de nuevo y la madera de roble fue cuidadosamente barnizada.