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Hola primas.
El tema de otra prima sobre bodas me ha recordado un tema que tengo en mente, creo que tengo claro lo que debería hacer, pero me gustaría saber qué opináis. Es sobre lo que yo llamo una "boda de otoño" porque un poco marrón sí que es.
Se casa una amiga. Esta chica y yo nos llevábamos muy bien en la universidad, todo el día juntas, pero cosas que pasan, nos graduamos y nos vemos una vez al año, aunque hablamos cada pocos meses (ahora está de moda llamarle a esto "amistad cactus", de bajo mantenimiento). Se comprometió hace dos años, cuando había un poco más de contacto y me hizo muchísima ilusión. Pero hoy por hoy, pues eso, no estamos mal, pero estamos un poquito más cactus.
El caso, yo por supuesto dije que sí que iba. Me hace ilusión, no somos tan cercanas pero le tengo mucho aprecio. Pero es que en estos dos años, y a menos de un año para que por fin sea el gran evento (les ha costado organizarlo), las cosas se están poniendo un poco cada vez peor.
-Al inicio de la organización, me habla la novia a pedirme si puedo dar unas palabras en el brindis. Dice que, de sus amigas, soy la que mejor hablo y que seguro que puedo dar un discurso gracioso y bonito. Accedo, hay un par de anécdotas buenas por ahí así que, si nadie mas va a hablar por su parte, puedo con ello.
-De pronto me veo involucrada en la "bride crew". Sin comerlo ni beberlo soy una de las damas de honor. Es una boda bastante informal, las damas de honor somos las poquitas amigas de la novia que hay, así que no me saltan las alarmas. Aparezco en un grupo de wp con otras 7 desconocidas.
-Quedamos un día en lo que, a última hora, parece ser que son las pruebas del vestido. Le llaman un día antes cambiándole la cita de una de las tiendas de vestidos que quería mirar justo para cuando habíamos quedado. Le digo que sin problemas nos vemos otro día, pero me suplica que vaya, que ver a una amiga allí le va a reconfortar. Es bastante insistente, así que accedo.
-Ese mismo día me informa de una sorpresa maravillosa, ¡ha conseguido permiso para casarse justo donde ella quería! ¡En una playa preciosa en la otra punta de España! Aquí ya me empieza a dar el tic en el ojo, esto se pone un poquito más serio de lo que yo pensaba.
-Unas semanas más tardes, quedada de la bride crew para darnos las invitaciones. Varias de las damas tenemos pareja, en mi caso, desde hace casi 10 años, y aunque poco, los novios y mi pareja se conocen. Comprendo que las parejas del resto de damas son también amigos de la pareja, pero me fijo en que mi invitación es la única que pone "Naranjita", no "Naranjita y Media Naranja". No voy a juzgar que no le haya invitado, pero hombre, un poquito feo sí que me parece, no conozco a nadie más que a los novios, los padres de la novia y, ahora, a las damas de honor (antes de ese día no las conocía).
En definitiva, me veo involucrada sin comerlo ni beberlo en una boda que yo pensaba que sería un sin más, de una persona a la que le tengo aprecio, pero resulta que soy dama de honor, hablo en la boda, he ayudado a elegir el vestido y, además, me toca irme sola a la otra punta de España para no conocer a nadie de la mesa en la que me toque comer.
¿Me zafo del marrón, o me lo como, que un día es un día?
El tema de otra prima sobre bodas me ha recordado un tema que tengo en mente, creo que tengo claro lo que debería hacer, pero me gustaría saber qué opináis. Es sobre lo que yo llamo una "boda de otoño" porque un poco marrón sí que es.
Se casa una amiga. Esta chica y yo nos llevábamos muy bien en la universidad, todo el día juntas, pero cosas que pasan, nos graduamos y nos vemos una vez al año, aunque hablamos cada pocos meses (ahora está de moda llamarle a esto "amistad cactus", de bajo mantenimiento). Se comprometió hace dos años, cuando había un poco más de contacto y me hizo muchísima ilusión. Pero hoy por hoy, pues eso, no estamos mal, pero estamos un poquito más cactus.
El caso, yo por supuesto dije que sí que iba. Me hace ilusión, no somos tan cercanas pero le tengo mucho aprecio. Pero es que en estos dos años, y a menos de un año para que por fin sea el gran evento (les ha costado organizarlo), las cosas se están poniendo un poco cada vez peor.
-Al inicio de la organización, me habla la novia a pedirme si puedo dar unas palabras en el brindis. Dice que, de sus amigas, soy la que mejor hablo y que seguro que puedo dar un discurso gracioso y bonito. Accedo, hay un par de anécdotas buenas por ahí así que, si nadie mas va a hablar por su parte, puedo con ello.
-De pronto me veo involucrada en la "bride crew". Sin comerlo ni beberlo soy una de las damas de honor. Es una boda bastante informal, las damas de honor somos las poquitas amigas de la novia que hay, así que no me saltan las alarmas. Aparezco en un grupo de wp con otras 7 desconocidas.
-Quedamos un día en lo que, a última hora, parece ser que son las pruebas del vestido. Le llaman un día antes cambiándole la cita de una de las tiendas de vestidos que quería mirar justo para cuando habíamos quedado. Le digo que sin problemas nos vemos otro día, pero me suplica que vaya, que ver a una amiga allí le va a reconfortar. Es bastante insistente, así que accedo.
-Ese mismo día me informa de una sorpresa maravillosa, ¡ha conseguido permiso para casarse justo donde ella quería! ¡En una playa preciosa en la otra punta de España! Aquí ya me empieza a dar el tic en el ojo, esto se pone un poquito más serio de lo que yo pensaba.
-Unas semanas más tardes, quedada de la bride crew para darnos las invitaciones. Varias de las damas tenemos pareja, en mi caso, desde hace casi 10 años, y aunque poco, los novios y mi pareja se conocen. Comprendo que las parejas del resto de damas son también amigos de la pareja, pero me fijo en que mi invitación es la única que pone "Naranjita", no "Naranjita y Media Naranja". No voy a juzgar que no le haya invitado, pero hombre, un poquito feo sí que me parece, no conozco a nadie más que a los novios, los padres de la novia y, ahora, a las damas de honor (antes de ese día no las conocía).
En definitiva, me veo involucrada sin comerlo ni beberlo en una boda que yo pensaba que sería un sin más, de una persona a la que le tengo aprecio, pero resulta que soy dama de honor, hablo en la boda, he ayudado a elegir el vestido y, además, me toca irme sola a la otra punta de España para no conocer a nadie de la mesa en la que me toque comer.
¿Me zafo del marrón, o me lo como, que un día es un día?