Suena a que lo has pasado fatal y lo siento mucho, pero a la vez es una historia super preciosa y emotiva. Y que 25 años después sigáis juntos más. Ya pase lo que pase os ha salido muy bien.En mi boda, fuimos 4. Mi marido y yo y mis suegros delante de la Jueza de Paz y su auxiliar. Mi cuñada no llegó a tiempo y nos esperó a la salida del juzgado. Llevaba mi jersey de punto favorito y unos vaqueros. El novio, camisa de cuadros y vaqueros. Ni fui a la peluquería ni fui maquillada, excepto un ligero color de labios (no me maquillo casi nunca).
A la salida pasamos a visitar a las abuelas de mi marido para informarles de que acabábamos de casarnos y les dejamos una bandeja de pasteles.Tomamos unas copas en el bar de enfrente con unos tíos de mi marido que nos encontramos de camino .
Comimos en casa de mis suegros, mi marido y yo, mis suegros y mi cuñada y su esposo. De menú: un picoteo de lonchas de jamón ibérico y queso Flor de Esgueva (mi favorito) ,unos langostinos salvajes enormes comprados en Alcampo acompañado de un buen vino y de postre una tarta de fresas y nata que me regaló mi cuñada.
Mi cuñada nos quitó varias fotos al llegar a casa para comer . Con cámara de fotos que de aquella los móviles nuestros no tenían cámara, hablo de años 2000. Ésas son las fotos que tenemos de nuestra boda.
No tuvimos luna de miel, porque no teníamos ni para pagar el alquiler (nos echaban una mano sus padres). De hecho yo había ahorrado una paga extra para comprarme las alianzas y unos relojes para cada uno. Además nos casamos un lunes y al día siguiente tocaba trabajar.Ni siquiera nos cogimos los 15 días de licencia matrimonial.
Las circunstancias fueron las que fueron porque mi familia se oponía a la boda y lo llevamos en secreto para que no la boicoteasen. A excepción de mis suegros y mis cuñados, nadie sabía que nos casábamos ese día.
Por consejo de mi suegro, mandamos hacer unos detallitos de cerámica como recordatorio para dar a las abuelas y a los tíos de mi marido que ni habían sido informados del enlace (eso sí me pesó más tarde)
¿Me arrepiento? En absoluto. Me parecería un disparate gastarme dinero en hacer una boda convencional cuando no llegábamos a fin de mes.
De lo único que quizá me arrepiento es de que por parte de la familia de mi esposo, que estaban muy unidos, les pareció mal que no les dijésemos que nos casábamos y tampoco quisimos decir el motivo de hacerlo así,porque bastante vergüenza tenía yo con mi situación familiar. Incluso una prima suya, muy unida, se casó al año siguiente con un bodorrio por todo lo alto y no nos invitó porque como no la habíamos invitado a la nuestra....
Además también me sentó mal que al llevar el detalle de boda a los tíos de mi marido, nos dieron todos un sobrecito con dinero de regalo. Me hizo sentir como que " a la boda no te invité pero ahora con la excusa del detallito vengo a recoger tu regalo"
Y aquí estamos, casi 25 años después, planeando que para cuando cumplamos las bodas de plata, o sea esos 25 años, sí haremos una invitación grande a la familia de mi marido con una comida en un buen restaurante, porque con el paso de los años y sabiendo todo lo que tenían que saber, estuvieron ahí al pie del cañón y se lo merecen.Por su apoyo incondicional. Y porque ahora, sí podemos permitirnos hacer una celebración.
Respecto a lo del regalo de los tíos de tu marido... Yo lo estoy pensando por mi respecto a los hijos de mis hermanos y me sentiría muy contenta de poder darles algo aunque me diera rabia no haber ido, que claro, cuando tienes aprecio da rabia.
Felices bodas de plata cuando lleguen!