Algunos miembros de la multitud vitorearon: “Dios salve al Rey”, mientras Su Majestad caminaba alrededor del mar de ofrendas florales.
Le dijo a un simpatizante que le preguntó sobre su tratamiento contra el cáncer: "No estoy tan mal".
Otros miembros de la multitud parecían emocionados y lloraban mientras él les hablaba.