Hace una semana dije en un mensaje que parecía la portavoz de la
Asociación de afectadas por el rabo de Milhouse. No iba muy desencaminado.
La entrevista en Pronto, tu revista de confianza. ¡Qué recuerdos! ¡Todavía recuerdo los reportajes que le dedicaban a Carlos Jesús Micaé!
Ella misma dijo que
"Podría haber contado otra cosa para que fuera más creíble y no tuviese contradicciones pero esto es lo que ocurrió", que no es algo muy inteligente que decir en un proceso judicial. Entiendo que lo que quiere decir, pero se puede interpretar como que hubiese podido exagerar la historia si hubiese querido para, como dices, que fuese más contundente, pero no lo hizo. La duda ahora con eso es que si reconoce que podría haber exagerado, que tenía esa capacidad, ¿Quién nos dice que no lo ha hecho? Eso sumado al
"y no tuviese contradicciones", reconociendo ella misma que su relato las tiene... Mala historia.
Yo estoy igual, me creo la denuncia, que además es su primera versión
"no adulterada". Lo que ha venido después en declaraciones
espontáneas ya lo pongo en cuarentena. Lo malo es que la denuncia es justamente lo que es, poca cosa.
Pues como la Fallarás, que todo lo que saque en derechos de autor por su libro (una miseria) va a ir directamente a
la compañía de teatro de Cristina Fallarás. Lo ha intentado disimular detrás del pomposo nombre ese de
"acción comadres" pero en cuanto rebuscas un poco ves de qué se trata realmente. Y ni hay acción, ni hay comadres, paradójicamente.
Tendrías que ser un poco más precisa ahora que
"abuso" engloba desde un
piquito (la Jenni) a violar a una chica con un palo (la chica de Igualada).
Técnicamente y leyendo la denuncia de Elisa y tomando como referencia el Artículo 181 del Código Penal, pues sí, habría abuso:
Artículo 181.
1. El que, sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona, será castigado, como responsable de abuso sexual, con la pena de prisión de uno a tres años o multa de dieciocho a veinticuatro meses.
Milhouse habría cometido, al menos, tres abusos esa noche. El primero, al besar a Elisa en el ascensor, el segundo, al manosearla y sacarse la tranca en la habitación de la fiesta y, finalmente, al manosearla cuando van a la casa de él. No sé si se podría incluso desglosar cada acción y que fuese un delito de abuso separado (teniendo el precedente del juicio de
la manada): besos, tocamientos en pechos, tocamientos en glúteos y sacarse la tranca en la habitación de la fiesta y besos, tocamientos en pechos, tocamientos en la casa de
Milhouse.
Lo que tendrá que hacer un juez es estudiar bien el
"sin que medie consentimiento", que es algo que
Milhouse también tiene en contra gracias a abogar tanto y tan fuerte por el
"sólo sí es sí". A menos que Elisa manifestase expresamente su consentimiento, el juez debería de entender que no lo hubo.
Que todo esto que cuento sea una
@Distopia sin sentido es otro tema.
¿En que realidad alternativa vives? A
la chica que estuvo con un grupito una noche en plenas fiestas no sólo no la defendió
todo el mundo, también se le puso en duda antes, durante y después del juicio (voto particular de uno de los jueces).
Es mucho más complejo que eso. En la izquierda tienen la
mala costumbre de dimitir fácilmente porque se ponen unos listones éticos y morales muy altos. A la mínima que meten la pata, ya asumen responsabilidades. Errejón es sólo un ejemplo, pero hay más. Lo contrario pasa en la derecha, que se creen que
dimitir es un nombre ruso. Cuando tienes la cara de hormigón armado aguantas vientos y tempestades. Ahora mismo está de moda Mazón por el follón de Valencia, pero también hay otros muchos ejemplos en la derecha de gente que, a pesar de estar de caca hasta el cuello, ni dimitían, ni pensaban hacerlo (ni lo han hecho).
De todas formas lo de la dimisión de Errejón no creo que sea tanto por la denuncia de Elisa (que, insisto, es
poca cosa) y es más porque se teme todo lo demás que se le viene encima. Yo estoy con
@imparcial , creo que en las últimas semanas Errejón habrá estado haciendo un esfuerzo enorme por recordar todas sus aventuras a lo
50 sombras de Grey para ver por donde le van a llover las ostias. Probablemente ni se acordaba de lo de Elisa (ni de ella).