A mí una de las primeras cosas que me puso en alerta de un mentiroso compulsivo con el que salí y que resultó ser además de mentiroso un desquiciado peligroso, fue que afirmó con toda la naturalidad del mundo que media metro ochenta cuando no pasaba de 1.70 ni por casualidad. Inicialmente pensé que lo había entendido mal pero es que después delante de mi mejor amigo afirmó que él comía mucho porque era muy grandote y para mantener su metro ochenta había que meter ahí mucha comida. Mi mejor amigo no llega a metro noventa, al ser muy flaco se le ve muy largo visualmente y le sacaba mucho, mucho mucho trozo. Sentí mucha vergüenza ajena, pero más tarde empecé a sentir ya miedo por su conducta y personalidad y olvidé totalmente la vergüenza inicial que me hizo pasar con varias cosas como esta. Por favor, desconfiad de la gente que no solo se miente a si misma sino que se creen sus propias mentiras e intentan convencer a los demás de que la realidad que percibimos es la que está incorrecta, es un claro síntoma inicial de muchas cosas peores.