La culpa de que dudemos no es mía ni tuya, es SUYA.Pues yo me sentía mal dudando de la enfermedad, he querido creer hasta el último minuto que no estaba mi tiendo en eso pero joder, que difícil lo pone!
Ni me sentiré mal si al final es cierto, porque sería lo único en que no ha mentido.
Normal que lo pongamos en duda