Recuerdo haber leído que era de orgullo de ver a su hermano abriendo el desfile de los JO de Barcelona.
Si fue así, que triste. Ver a tu hermanín buen mozo con su bandera y conmoverte de orgullo y cariño y luego ver a ese mismo hermano mandándote a sentar de malos modos en una recepción a deportistas. ¡ La ingratitud!