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A esta le revirtió la menopausia.Aquí, preñando a la Macrona. Su marido, pues eso, un mocoso.
Te compro lo de las Vladimiriers, porque las Putiniers no. Una es muy decente y una señora de su dacha.¡¡Vivan las Vladimiriers!!
Te compro lo de las Vladimiriers, porque las Putiniers no. Una es muy decente y una señora de su dacha.
Diosssss!!!! Me has recordado una cosa.....
Mi profe de piano le adoraba, a Vladi el Bueno. Bueno, a ver. Odiaba a Gorbachov. Renegaba de Yeltsin y al principio recuerdo que no daba un duro por él, por Putin. Ella se había tenido que ir. De ser profesora en Peter y concertista de renombre, con discos con Deutsche Gramophon y todo, a no cobrar durante un año y tener que venirse a España a trabajar y aguantar a alumnas mediocrísimas como yo, en una pequeña capital de provincia, ella que había dado clase a la flor y nata de su pais. Aclaro que cobraba una barabridad enorme para la época. Lo valía, pero era salvaje. A Yeltsin le hacía todos sus vudús rusos y unas parafernalias al decir su nombre que para qué (era super, super, super, supersticiosa, tenia unos rituales para todo que no veas, hasta para maldecir). Con Yeltsin tenía como rabia y decepción. A Gorbachov literalmente lo mataba. Yo no lo podía comprender, porque para mi era como el bueno de la película, con la Perestroika, la caida del muro, el desarme y tal.... Pues ella, pffff.... no veas. Hasta ponía a parir a Raisa, le llamaba inculta y hortera y acaparadora de atención y poco humilde... En fin.. Yo no se si la llegó a conocer, pero vamos.... Un odio africano, como si le hubiera levantao al novio en el instituto. Una Navidad, antes, nos fuimos de cena con ella sus alumnos, lo hacíamos siempre. Esas cenas ella estaba más suelta, menos rígida (el Ribera ayudaba). Venían también dos profes más, con los que hacíamos cámara, que eran rusos también, un chelo y una viola. Bueno pues a los postres empezó un discurso contra Yeltsin de la de Dios, y mentiroso, y flojo, y no hizo nada, nos vendió, hemos olvidado nuestra grandeza.... en ese plan. Ella sola hablando. Aquello eran 5 horas con Mario versión matrioshka cabreá. Muy cabreá. Un compañero, en una de sus breves pausas, dijo algo sobre que además el tío había sido un borrachuzo y no se tenía ni de pie, y se rió.... Todos, menos él, sentimos la conmoción en la fuerza. Y lo supimos. La cena terminó casi con prisa y cada mochuelo a su olivo. Por supuesto, en Enero ese chico ya no estaba. Por cuestiones de horario ya no podía seguir dándole clase. No permitía que se criticara jamás, jamás, nada ruso. Lo que fuera. Un compositor o un expresidente decadente, corrupto y borracho. Por eso a veces parecía racista. Para ella lo ruso era, por definición, mejor, mejor y mejor. Y no toleraba críticas a eso.
¡Quién fuera corneto putiniano!Ver el archivo adjunto 1403677
Y el chimi que va después, fresquíbiris, fresquíbiris.El helado le ha hecho el plongeon y le ha suplicado que se lo coma. Faltaría plus.