Porque la pelusa siempre va a estar ahí. Hay que aceptarla como parte de tu vida. Puedes "dejarla ir" pasando la aspiradora o mopa a diario ( o cada cuatro horas) pero ella siempre vuelve a casa y ni mucho menos es solo por Navidad. Porque la vida doméstica consiste en eso, estar todos los dias quitando pelusa, viendo que el bombo de la ropa nunca va a estar vacío, ni el baño limpio, que el espejo estará salpicado ya , aunque hace solo un rato que lo limpiaste , y no hay ningún cacharro que te vaya a solucionar algo que no tiene solución: la mugre que generamos los seres humanos día a día.
Y encima tampoco va a venir Jack desde Virgin River a escucharte las penas con cara de : esta mujer triste y meláncolica, con esa pesada mochila de sufrimiento, justo es la que me pone perraco, y le voy a montar en un pis pas una megacabaña sin pelusas, que además estando justo al lado del río ni tiene humedad ni nada. Ni pasará por alli el armario empotrado de Preacher con la última exquisitez gastronómica que se la ha ocurrido a un tipo que trabaja en un bar de un pueblo perdido, ni te va a susurrar el menú con ese bozarrón, pero solo en plan mejor amigo de Jack, que nadie se confunda...
¿Acaso no habrá pelusas ( y grasa) en esas cocinas de los programas de reforma, con sus milquinientos armarios para almacenaje y su megaisla, tan recesaria? No tendrá roña "la casa de tus sueños" ni habrá que lavar nunca los 500 cojines del sofá?
Aceptación es la clave, no luches contra la pelusa, déjala que fluya..
(Perdón)