Hola
@Juanitoit , es un tema muy difícil y largo de explicar a los profanos en la materia, así que lo voy a hacer citando un texto que no es mío, si no tomado de una conferencia de un encuentro ecuménico. El primer párrafo es una breve introducción imprescindible para comprender la explicación. Espero que os sirva, saludos!
Conferencia del Rev Dylan James, párroco de Shaftesbuty, Inglaterra, en el “Faith Movement´s Theological Symposium 2014” realizado en Ampleforth.
Oikonomia es la palabra griega que se refiere a la gestión de la casa de Dios (
oikos), de la Iglesia, por el administrador (
oikonomos) de la Iglesia, es decir, el obispo local. En particular, se refiere a una relajación de la aplicación estricta (
akribea) de una ley en favor de una flexibilización de esa ley en un caso particular, en lo que se llama la práctica de la «oikonomia». La justificación de la relajación de la ley es la condescendencia de Dios (
sunkatabasis) ante la debilidad humana. De acuerdo con este enfoque, tal y como es seguido por las Iglesias ortodoxas orientales [1], Dios sabe que somos débiles, que con frecuencia fallamos en vivir de acuerdo con su ley, y por ello ha establecido a sus obispos como los administradores de su casa para determinar en qué ocasiones la ley no se debe aplicar estrictamente sino que su aplicación debe relajarse.
¿Cómo se aplica esto al nuevo matrimonio de una persona divorciada (cuyo cónyuge original todavía está vivo)? La aplicación estricta (
akribea) de la ley moral sería prohibir dicho nuevo matrimonio. En la visión de los griegos ortodoxos se reconoce que el matrimonio original puede haberse roto , “disuelto” en cierto sentido, no obstante, no se pone en cuestión que sólo puede haber un “verdadero” y “único” [2] matrimonio. El segundo matrimonio no es el "verdadero" matrimonio. El divorcio y casarse de nuevo siguen siendo un pecado que quiebra la ley de Dios. Sin embargo, el obispo local puede hacer un juicio de oikonomia para no aplicar la ley que prohíbe estrictamente el nuevo matrimonio, y por lo tanto a la nueva pareja le está permitido casarse en la iglesia, aunque con una ceremonia penitencial que refleja el hecho de que su comportamiento no se ajusta a lo que Cristo ha mandado. Así, hay una condescendencia hacia la debilidad humana, mientras que se mantiene que la ley moral es el ideal. (Estos nuevos matrimonios son permitidos en el caso de un segundo, e incluso un tercer matrimonio, pero están estrictamente prohibidos para un cuarto matrimonio).
Antes de seguir avanzando, debemos detenernos en una comparación con algunos conceptos latinos. En Occidente, nuestro derecho canónico establece un marco jurídico mediante el cual se pueden conceder ´dispensas´. Sin embargo, las dos nociones, dispensa y oikonomia, no son lo mismo. Una dispensa es un término o proceso legal preciso: la propia ley especifica quién tiene la autoridad para conceder dispensas y también las circunstancias exactas en las que se puede y no se puede conceder una dispensa. Para aquellas situaciones en que la ley no lo especifica, la tradición jurídica occidental añade la noción de "
epikeia", mediante el cual, en una circunstancia particular alejada del contexto del legislador, la ley no se aplica, ya que se considera que la intención del legislador no incluyó el caso que se está considerando. Por el contrario, la oikonomia es primariamente un concepto teológico más que jurídico y, en una dramática diferencia respecto del pensamiento católico romano, se aplica no sólo a la ley de la Iglesia, sino a la ley divina y moral. Además, su práctica no está codificada y no sigue los precedentes, su aplicación en una ocasión no establece necesariamente un modelo para futuras ocasiones, sino que más bien su aplicación depende del obispo local. Para resumir la diferencia clave entre Roma y los Ortodoxos, en la visión católico romana, la Iglesia es la sierva de lo que Cristo ha mandado y no tiene autoridad para «dispensar» a nadie de la ley moral, sino que es su deber llamar a la gente a vivirla como el camino a la vida.