Que me da igual lo que digáis, las aspas, los vómitos... todo, como también me da igual el mantra de los trabajadores, que se tendrán que levantar a la hora que les toque. Solo faltaba.
Todos trabajamos, unos con ganas y buena disposición y otros de mala gana, deseando salir pitando y que nadie les complique la vida durante la jornada laboral. Mucho menos un "niñato que viene de farra".
Por supuesto no apruebo la versión aséptica que da Renfe, que corrobora que se lavan las manos. El chaval tropezaría con cuatro mindundis que lo atendieron de mala gana, más el probable roce con los de seguridad. Si la (o el) mindundi de turno que está en el mostrador se hubiera implicado un poco, es decir, con que hubiera emitido una frase no robotizada o una simple sonrisa de complicidad, un "vamos a ver qué se puede hacer", yo —personalmente— estoy segura de que este hilo no existiría. Pero por lo visto eso NO forma parte de las obligaciones de un trabajador. Tiene narices.
Pero bueno, imagino y deseo que sus conciencias obren el milagro.