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Alcalde turbio​

El 31 de mayo de 2014, el alcalde de San Sebastián, Juan Carlos Izaguirre, inauguró un monumento conmemorativo de las víctimas donostiarras de la guerra civil. El monumento omite descaradamente los nombres de las víctimas del inicio de la guerra civil en San Sebastián​

24/07/2024Actualizada 01:30
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Hoy abusaré de texto y espacio. Fundamental el libro de Guillermo Gortázar «Un veraneo de muerte. San Sebastián 1936». En él se relata el criminal dominio revolucionario, asesinatos, torturas y violaciones de inocentes en la capital de Guipúzcoa. Dos meses de terror de la sociedad easonense sometida a la canalla socialista, comunista y nacionalista.
El 31 de mayo de 2014, el alcalde de San Sebastián, Juan Carlos Izaguirre, inauguró un monumento conmemorativo de las víctimas donostiarras de la guerra civil. El monumento omite descaradamente los nombres de las víctimas del inicio de la guerra civil en San Sebastián entre el 18 de julio y el 13 de septiembre de 1936. Un grupo de ciudadanos de San Sebastián y el resto de las vascongadas le reclama el cumplimiento de las sesgadas, desdichadas y siempre malinterpretadas Leyes de la Memoria Histórica y Memoria Democrática, que incluyen entre las víctimas a todas aquellas, sin distinción de partido político, ideología o religión, que padecieron violencia y persecución. Se lee en la carta al alcalde de San Sebastián «que el cumplimiento de la Ley obliga a incluir a todas las víctimas mortales de la guerra civil en San Sebastián enterradas en el verano de 1936 o a retirar el referido monumento erigido frente al palacio Goicoa, que resulta obviamente parcial, ajeno a la reconciliación y contrario a lo dispuesto en la vigente Ley de Memoria Democrática, que establece el mismo reconocimiento y reparación de todas las víctimas».
Ley de la Memoria Histórica 52/2007. Artículo 1. Objeto de la Ley.
« La presente Ley tiene por objeto reconocer y ampliar derechos a favor de quienes padecieron persecución o violencia por razones políticas, ideológicas o de creencia religiosa durante la Guerra Civil y la Dictadura».
Ley de la Memoria Democrática de 2022: Artículo 1 y 2: «Es objeto de la ley el reconocimiento de quienes padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, de pensamiento u opinión o creencia religiosa, de orientación e identidad sexual, durante el período comprendido entre el 18 de julio de 1936, la Guerra de España y la dictadura franquista hasta la entrada en vigor de la Constitución Española de 1978»…
Todas las víctimas olvidadas por el Ayuntamiento de San Sebastián fueron perseguidas y finalmente asesinadas entre el 18 de julio y el 13 de septiembre de 1936. Entran pues, de lleno, en el derecho a su memoria y en el respeto por su brutal asesinato.
Por ello, en la carta al alcalde de San Sebastián se solicita que se tomen las medidas pertinentes a los efectos del cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática que no diferencia entre las víctimas de los dos bandos y se incluyan sus nombres en el citado monumento de la calle Igentea (sic) de las 250 personas, entre hombres y mujeres, enterradas en el cementerio de Polloe entre el 14 y el 24 de septiembre de 1936, o se proceda a retirar el citado monumento por flagrante incumplimiento de la Ley.
Es de justicia y lo firmamos.
Guillermo Gortázar, Iñaki Anasagasti –sí, han leído bien-, Ramón Rabanera, Iñaki Ezkerra, Fernando Savater, Jon Juaristi, Ángel García Ronda, Martín Gabarain, Ignacio Suárez-Zuloaga, Begoña Ameztoy, Pedro Chacón, Miguel Ángel Idígoras, Pedro Barruso, Ana García Urcola, Álvaro Cortina, Daniel Múgica, Román Cendoya, Joaquín Torrente, Federico Verástegui, Dora Múgica, Juan José Echevarría, Álvaro Bermejo, Carlos Martínez Gorriarán, Erneste Lejeune, Antonio Orbe.
Posteriormente, y para refrescarle la memoria al sesgado, felón y tramposo alcalde de San Sebastián, se relacionan las víctimas inocentes del odio socialista y comunista, mientras los nacionalistas miraban hacia otro lado. Incluyo a todos los inocentes asesinados, por si alguno de sus descendientes busca el consuelo de saber que sus nombres y su sacrificio no han sido olvidados por los justos de San Sebastián.
Carlos Abía, José Acebal, José Acejo, Andrés Adán, Julio Aguro, José Manuel Aizpúrua, Ignacio Aizpúrua, José María Alcíbar (sacerdote)
José Aleixandre, Mariano Alfaro, Miguel Alquiza, Francisco Alvarado, Eliseo Álvarez Cuevas, Alfredo Álvarez Ortega, José Ansa, Pedro Aramendi, Gabino Aranalde, Juan Aranda, Antonio Arazasti, Manuel Arconilla, Gumersindo Ardanaz, Aurelio Aristimuño, Vicebte Arizaga, María Arrillaga, Francisco Arrúe, Ernesto Artola, Francisco Artola, Manuel Artola, Severiano Asarta, Alejandro Astaburuaga, Paulino Astigarraga, Jesús Ayestarán, Miguel Ayestarán (sacerdote), José Ayllor, Ramón Badiola, Manuel Baiz, Felipe Baldeón, Carlos Balmaseda, Fernando Balmaseda, José Javier Barcáiztegui (conde de Llobregat), Eduardo Baselga, Eugenio Belemiga, Joaquín Beunza, Eugenio Bolinaga, José Borán, Diego Brito, José bruño, José Burgui, Fernando Bustillo, Miguel Cadena, Pedro Calderón, José María Carmona, Jesús Carrá, León Carrasco, Antonio Carro, Juan Casi Vidaurre, Francisco Castaño, Antonio Castellanos, Adolfo Cazorla, José Cestao, Félix Churruca ( Tte. Col, de Miqueletes) Felipe Churruca ( sacerdote) Cruz Ciganda, Rafael Conde, Emilio Cordero, Antonio Cortuera, Abelardo da Riva, José María da Riva, Manuel da Riva, Faustino Dapena, Julián de Belacorte, Fernando de la Brena, Eloy de la Brena, Zacarías del Pozo, Emilio del Rey, Lucila Díaz Núñez, Vicente Dominguez, Herminia Domínguez, Lorenzo Echarri, Eugenio Egoscozábal, Juan Elbo, Carlos Elduayen, Bernardo Elizondo, Antonio Elósegui, Antonio Escales, Timoteo Escribano, José María Expósito, Justo Fernández, Francisco Fernández, Juan Antonio Ferrando,
Francisco Ferrer, Manuel Galarza, José Galdona, Lorenzo García, Serapio García, María Garmendia, Fructuoso Gastón, Guadalupe Gaytán de Ayala, Primitivo Gil, Felipe Goena (sacerdote)Joaquín González Arana, Cistóbal González, José González, Encarnación Gorbea, Manuel Gorrochategui, Alberto Gortázar (capitán de Miqueletes) Victoriano Goya, Juan Grajera, José Guerra, José Guillaza, Modesto Gurruchaga, Alfonso Gutiérrez, Lucio Hernández, Juan Herrán, Luis Herrero, Dionisio Ibáñez de Opacua, Camilo Ibáñez, Gumersindo Iglesias, Alfonso Ilardia, Manuel Inoriza, Francisco Irazábal, Saturnino Irigoyen, Mario Iturrino, Augusto Iturrino, Jesús Iturrino, Álvaro Izuru, Francisco Jiménez, Matías Jiménez, Vicente Jiménez, Mariano Lacruz, Alfredo Landredo, Luis Larrea, Santiago Legorburu, Miguel Lehoz, Francisco Leo, Juan Manuel Lizárraga, Ignacio Loinaz, Eugenio López de la Chica, José López de Maturana, Francisco López Reinoso, Miguel López Robert, Antonio Loren Ramos, Emilio Macaya, Miguel Machimbarrena, Eugenio Macia (sacerdote), Felipe Malo, Julián Mansilla, Ricardo Manso, Iñigo Manso de Zúñiga, Marcos Mateo, Román Martín, Miguel Martiz, Leopoldo Matos, Honorio Maura, Jacinto Mendicute, Laureano Miguel, Pedro Millán, Rogelio Miranda, Prudencio Molina, Pedro Montón, Alberto Moreno, Federico Morlán, José María Múgica, Francisco Muguruza, Manuel Murguía, Antero Murillo, Patrocinio Muruzábal, Mario Muslera, Valentín Ochoa, Mariano Olaiz, José Olasagasti, Marcos Olasagasti, Pedro Olmero, Gregorio Ortiz, Alejandro Palacios, Juan Palonvi, Jesús Parra, José María Paternina, Martín Peña, Ángel Pérez Alonso, Rodrigo Pérez, Petra Pineda, José Portolés, Victor Pradera Larumbe, Eustaquio Prior, Juan Puig, José Quintana, José Ramiz,
Manuel Ramos, Francisco Rebollar, Manuel Rebollo, José Luis Rodríguez del Castillo, Juan Rodríguez Hinojosa, José Rodríguez Hinojosa, Camilo Rodríguez Pardo, José María Rodríguez, Luis Rojo, Atilano Roldán, Alfredo Roldán, José María Roldán, Indalecio Ruiz Cossío, Carlos Ruiz García, Ramón Sáez de Pinilla, Máximo Sáez Tomé, Felipe Sáinz de Ortuvi, Félix Salamero, Eugenia Salaverría, Fernando Saldaña, Ramón Saldaña, Pedro Samper, Plácida San Juan, Cesáreo San Sebastián, Juan Sánchez Carrillo, Jaime Sánchez Vega, Juan Sánchez, José Santamaría, Leandro Santaolalla, Macario Snaz Díez, Feliz Sanz González, Saturnino Sanz, Jorge Satrústegui, Enrique Serra, Eusebio Serrano, Luis Sierra, Juan Miguel Sirvet, Julián Sola, Joaquín Solbes, Pedro Soraluce, Luis Tapia, Esteban Torres, Adalberto Torres, José Tuero, Serafín Uberra, Jesús Valtuera, Manuel Vázquez, Ricardo Vázquez (sacerdote), Ángel Velasco, Toribio Vergara, Alfonso Vignau, Antonio Vivar, María Zabalegui, Francisco Zaldúa, Federico Zamalloa, Mabuela Zubiarraín, Eloy Zufiarri.
Doscientos cincuenta olvidos, olvidadizo y olvidable alcalde de San Sebastián. Agotadora la relación, pero ninguno de los nombrados merece la falta de memoria y el reconocimiento a su heroísmo y sacrificio.
Sí. Ustedes, los socialistas, los comunistas y los del PNV mirando hacia otro lado.
Perdón por la extensión.
Gracias, Guillermo Gortázar.

Más de Alfonso Ussía​

 

Payasos de la traición​

Lo divertido es que los de «Junts» rogaron al ruso Sadvonikov que iniciara las gestiones diplomáticas precisas para que la inauguración de la Sagrada Familia fuera presidida por Su Santidad el Papa​

25/07/2024Actualizada 01:30
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Son infames, traidores y ridículos. Me refiero a los puigdemontes que han establecido relaciones con los putinos del Kremlin para desestabilizar España y lograr su segunda independencia de 8 segundos. En su informe, la Policía revela los vínculos directos de Puigdemont con la inteligencia rusa. Aparecen los nombres del estercolado, de Boye, el abogado de pasado terrorista, el jefe de gabinete del cagonzuelo, «Joseo Lluís» Alay, de Víctor Tarradellas, y de dos altos funcionarios rusos de la antigua KGB, Primakov y Syromolotov. El plan requisado y estudiado por la Policía concluye en la veracidad de «una trama para lograr apoyo político y económico a la independencia». El problema es que las arcas rusas, ya no presentan la abundancia de años atrás por culpa de la guerra con Ucrania, y han decidido retrasar la ayuda a la independencia de Cataluña porque los rusos serán muy suyos, pero no tienen nada de tontos. Y lo más divertido. Los socios fundamentales de Sánchez, –la Comisión Europea ya estudia expedientar a España por la chapucera Ley de Amnistía–, solicitaron a los rusos la financiación para finalizar las obras de la Sagrada Familia. La idea emergió del caletre de un tal «Jordi» Sardá, que mantuvo conversaciones con el representante ruso Nikolay Sadvonikov al respecto. Lo de la Sagrada Familia se les ha ido de las manos, y los más optimistas calculan que la finalización de las obras tendrá lugar, más o menos, a mediados del siglo XXIV, lo cual es bueno para Barcelona, porque con todo respeto, a mí particularmente, el sagrado mamotreto se me antoja bastante feo, como la Casa Batlló, el Parque Güell, el Capricho de Comillas, y el espantoso Palacio Episcopal de Astorga, de cuyos aposentos obispales han salido varios obispos con la cabeza hecha un lerele. Es cuestión de gustos y de la libertad de opinar, por dolorosa que resulte.
Lo divertido es que los de «Junts» rogaron al ruso Sadvonikov que iniciara las gestiones diplomáticas precisas para que la inauguración de la Sagrada Familia fuera presidida por Su Santidad el Papa. No se especifica la identidad del Santo Padre que presidiría tan importante inauguración, por motivos de respeto cronológico. En el siglo XXIV, ni Sardá intuye quién podría ser el Sumo Pontífice, porque faltan más de tres siglos para que nazca.
No tengo el placer de conocer a los señores Primakov, Syromolotov y Sadvonikov, y mucho lo lamento, por cuanto he sabido que son espías agradables, cultos y educados. Al único espía ruso –en aquellos tiempos soviético– que he tratado se llamaba Serguei Bogomolov, y fue el primer embajador de la URSS en España. Tenía una mujer guapísima y él, con su uniforme de embajador soviético, parecía un jefe de estación de la vieja Renfe –que funcionaba muy bien–, de muy complicada superación textil.
Y era tan malo como espía que, con sólo estrecharle la mano, se le adivinaba el oficio. No obstante, y como ya he recordado en alguna ocasión, al embajador no le hacía nadie caso, porque los que mandaban en la nueva embajada eran Igor Ivanov, primer secretario, y Juan Domínguez, el chófer del embajador y más alto en el escalafón de la KGB que el pobre embajador.
Pedir a dos funcionarios de Putin que consiga la presencia del Papa en la inauguración de la Sagrada Familia, da a entender cómo se mueven estos payasos de la traición y la melancolía. Terminarán por pedirle a los rusos que Putin protagonice el saque de honor en la inauguración del nuevo «Camp Nou» –el 'Nou Camp Nou'–, que a pesar de ser capicúa se retrasará casi tanto como la Sagrada Familia de Gaudí, que jamás pisó Comillas y de cuya autoría de El Capricho existen fundadas dudas.
Son fétidos, traidores y ridículos. Payasos de la traición. Cada día más paletos. Traicionan, incluso, a los que más les ayudan, como Sánchez.
Así están las cosas por allí.

Más de Alfonso Ussía​

 

Escudo del tirano​


Alfonso Ussía
Alfonso Ussía Muñoz-Seca. Madrid 1948 Escritor. Premios. Mariano de Cavia, González-Ruano, Jaime de Foxá y Baltasar Iban. Especial Ejército, Fundación Guardia Civil y FÍES de periodismo. 53 libros. Distinciones. Gran Cruz del Mérito Naval. Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Medalla de Oro de Madrid. Cruz de Plata de la Guardia Civil. Entre ABC, Tiempo, Época, y La Razón, más de 20.000 artículos. Pluma de Plata y Pluma de Oro.

Escudo del tirano​

No parece leyenda urbana. Muchos amigos y conocidos de César González Ruano, cada uno con sus matices, me lo contaron. El gran César siempre andaba a la última pregunta. Por eso escribía tanto, y tan singularmente. Horas y horas en su mesa del Teide, con un café y pidiendo al camarero “recado de escribir”. A don César, un amigo poco informado, le había dado un consejo. –Escribe de Paraguay. Hay dinero-. Y César, que probablemente no había puesto el pie en Paraguay, escribía un artículo cada quince días elogiando la vida, la naturaleza y el sentido del respeto y la convivencia en Paraguay. El Director de ABC, el genial Luis Calvo, cada vez que recibía un texto de Ruano dedicado a Paraguay, montaba en cólera.- Ruano, un artículo más de Paraguay y le cierro las páginas de ABC-. Ruano le respondía con argumentos históricos y navegantes.
Director, hoy son las palabras y no las goletas las que tienen que llevar consuelo y optimismo a los países hermanos de nuestra América-. Y a los quince días, otro artículo de Paraguay.
Al fin, fue invitado a almorzar por el embajador de Paraguay en España. Lo recibió con extremada cortesía. En el segundo plato, el Embajador consideró oportuno adelantarle a Ruano una buena noticia.
—Don César, me honra informarle que el Presidente de la República, como muestra de gratitud por su constante y demostrado amor a nuestra Patria, le ha concedido la Gran Cruz del Quetzal. Nos hubiera encantado recompensarle, además, con una generosa donación de utilidades, pero ya sabe que Paraguay pasa por una situación económica angustiosa, y esa donación, hoy por hoy, es inviable-. Ruano dejó caer el tenedor sobre la guarnición del solomillo. —¿Me quiere decir, Embajador, que no hay dinero? —No hay dinero don César, pero sí esa valiosa Gran Cruz-. La voz campanuda de Ruano endureció el tono. —Pues renuncio a ella. Métanse usted y el Presidente de la República al quetzal por el culo-. Se levantó y fuése.
Cita:
Zapatero se ha convertido en el escudo europeo de la tiranía asesina de Maduro en Venezuela
González Ruano era un pícaro, y la picaresca no le fue propicia. Otra cosa es la infección de la farsa. Ruano buscaba un lomo de billetitos, y le salió el tiro por la culata. Pero nada más. Hoy, muchos columnistas y periodistas viven muy bien y ganan mucho dinero gracias a la mentira. No relaciono sus identidades porque se bloquearía mi ordenador. Y salto a Zapatero.
Zapatero se ha convertido en el escudo europeo de la tiranía asesina de Maduro en Venezuela. El número de ciudadanos – niños incluídos-, asesinados por el régimen comunista de Maduro es escalofriante. Ejecutados, torturados, encarcelados, desaparecidos Venezuela, una de las naciones más ricas del mundo, se muere de hambre. Para comer, hay que pertenecer al sistema criminal. Venezuela, una de las tres naciones con más reservas de petróleo, no tiene gasolina en sus estaciones de servicio. Venezuela es una tierra bendecida con todas las riquezas posibles y probables, y hoy representa la ruina. Ruina y sangre inocente derramada por un tirano multimillonario que guarda, como las hijas de Chávez, o sus incondicionales allegados – voz muy de moda-, decenas de miles de millones de dólares robados a los venezolanos en los bancos de Andorra, Liechtenstein, Mónaco, Suiza o los cercanos paraísos fiscales isleños del Caribe. Y Zapatero es su embajador, su escudo, su coartada constante.
Cita:
Nadie sabe cuáles son los beneficios de un expresidente del Gobierno de España a cambio de representar y defender a un régimen criminal
Venezuela financió a Iglesias, a Monedero, a Echenique y a toda la gran mentira comunista de Podemos. Y Podemos no tuvo más remedio que reconocer que así había sido. Te doy y tú me das. Pero nadie sabe cuáles son los beneficios de un expresidente del Gobierno de España a cambio de representar y defender a un régimen criminal. La constancia ideológica descansa. La obligación no. Y Zapatero se muestra obligado a cumplir un contrato. Nada hay de picaresca en la actitud de Zapatero. Hay claros indicios de corrupción, ética y moral. Viaja a Venezuela porque allí tiene, además de algunas propiedades, su trabajo. Defender a un tirano a cambio de…
Cita:
Los escudos no actúan de forma gratuita. Y los escudos socialcomunistas, menos aún.
Europa es idiota y mansa. Concede a los asesinos de la Izquierda comunista laxitud y afecto. Al final, casi siempre tarde, reacciona. Su Justicia no está bien definida. Pero me pregunto, cada vez que Zapatero va a Caracas o vuelve de ella, cuándo Europa va a sentar en el banquillo de la Justicia Internacional al escudo del criminal. Todos los muertos sacrificados y torturados por Maduro, todos los desaparecidos, todos los encarcelados y todos los venezolanos que no pueden afrontar el gasto de una barra de pan, aguardan ese momento. La caída del régimen asesino, y la presencia de sus cómplices ante el Tribunal de La Haya. Porque esa contumacia, esa permanente disposición de Zapatero a favor del inmenso genocida, no corresponde a la idea. Corresponde a otro tipo de compensaciones. Los escudos no actúan de forma gratuita. Y los escudos socialcomunistas, menos aún.
 

Elegancia verbal​

El taco no es siempre una grosería. En ocasiones, es remedio curativo y balsámico​

26/07/2024Actualizada 01:30
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En el prólogo de mi libroVersos Prohibidos, Jaime Campmany retrata la elegancia verbal y honda cultura del que fuera presidente de Murcia, el socialista Andrés Hernández Ros. Un diputado regional le preguntó qué pensaba de Carlos I y Felipe II. Y don Andrés, ágrafo y contundente no dudó en la respuesta:- ¿Carlos I y Felipe II? ¡Joder, qué tíos! ¡La madre que los parió!-. El taco no es siempre una grosería. En ocasiones, es remedio curativo y balsámico. Si en un descuido, limpiando un bronce, el bronce se escapa de las manos y aterriza sobre un pie del limpiador, un ¡coxx! bien emitido y voceado, actúa de calmante. Contaba Manuel Alcántara que Rafaelito Neville, hijo del gran Edgar, tan ingenioso como trucha, sufrió un involuntario pisotón de Manolito el Pollero, que frisaba los 110 kilogramos de peso. El pie derecho de Rafael Neville se espachurró con el pisotón del Pollero, pero como era muy fino, exclamó en agónico alarido. ¡Madame de Sevigné, Marquesa de Tres Castillos!, y desapareció cojeando mientras murmuraba toda suerte de improperios dedicados al genial poeta popular.
No obstante, en la política y el Parlamento, la corrección en los hablares era norma casi obligada. La ironía vencía a la grosería. Hablaba en la tribuna, durante el franquismo, un procurador tan meritorio como mal confeccionado. Había partido de cero y a fuerza de tesón y esfuerzo, se sentaba en un escaño de las Cortes. El procurador se puso un poco pesado con la relación de sus méritos. Era breve de estatura, tenía la cabeza muy grande, una pierna más larga que la otra, y unos brazos muy cortos, como los de un canguro. Y dijo la frase esperada: -Yo, que me he hecho a mí mismo- Y otro procurador, desde su escaño, con su voz tronante y famosa crueldad, le interrumpió: -Pues ya podría haberse esmerado un poco más su Señoría-.
El padre Rementería lo dejó claro en una homilía dominical de un domingo del mes de agosto en la parroquia del Antiguo de San Sebastián:
-A ver blasfemos. ¿Por qué “hasher en Dios y Santísima Virgen si teneís la mar y el diez para hasher?-.
Un político, más si es el dirigente de un partido y aunque sea tan ridículo como Puigdemont, está obligado a cuidar su lenguaje. El pueblo siempre ha sido libre en el empleo de blasfemias, tacos, voces malsonantes y groserías. Los políticos están obligados a dar ejemplo, y quizá por ello, resultan en ocasiones tan aburridos. Alfonso Guerra fue el que acuñó los mejores motes durante la transición, pero jamás cayó en la vulgaridad malsonante. Los Reyes de España, en privado, siempre han usado de un lenguaje castizo y taquero, pero en público se guardaban mucho de expresarse como en la intimidad familiar. A cuento viene todo esto por las últimas palabras emitidas por el pobre Puigdemont después de traicionar a quien ha delinquido presumiblemente para rescatarlo de la cloaca de la delincuencia terrorista con la vergonzosa Ley de Amnistía. El acuerdo de Sánchez con ERC para llevar a la calamidad de Salvador Illa a sentarse en el tronito de la Generalidad de Cataluña, ha provocado la traición del eterno estercolado, que ha definido la debilidad de Sánchez a falta de su apoyo, de esta manera. «Si Sánchez pacta con ERC, seguirá de hostia en hostia».
Esa manera de hablar no es admisible en un dirigente político, aunque nos lo tomemos a broma. A lo de dirigente político, me refiero.
Hay mucha grosería y sal gorda en esa oración. No obstante, podría considerarse que con esta frase blasfema y gratuíta, al fin ha dicho algo que merece un cierto y medido interés.
De haber dicho de leche en leche, le aplaudiría.

Más de Alfonso Ussía​

 

Toros en Santander​

Ahora, la Feria del Norte por definición, prestigio y fuerza es la santanderina, con un empresario valiente y decidido como José María Garzón y una alcaldesa que defiende a ultranza la cultura taurina. Todos los días, llenazo y un gran ambiente​

27/07/2024Actualizada 01:55
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Tarde de toros en la preciosa plaza de Cuatro Caminos de Santander. La Infanta Elena en una barrera. Le viene la afición de generaciones, de su abuela Doña María de las Mercedes, y de su tía tatarabuela la Infanta Isabel, la Chata, protagonista de un popular romance de Rafael Duyos. La Infanta Elena, compañera constante de su padre en la plaza de Las Ventas, merece otro romance. La alcaldesa Gema Igual, a su lado, y Rita Allendesalazar, su grandísima y leal amiga.
El norte era fundamental en el año taurino. Bilbao y San Sebastián dominaban la tauromaquia del Ebro hacia arriba. Cuando desapareció el Chofre donostiarra, la Semana Grande de San Sebastián se convirtió en una Semana Chica. Y Bilbao ha decaído. Antonio Ordóñez, el torero más grande que ha parido una madre, el rondeño, decía que triunfar en Bilbao y San Sebastián era tan importante como hacerlo en Madrid o Sevilla. Y un escalón más abajo, estaba la Feria de Santander. Ahora, la Feria del Norte por definición, prestigio y fuerza es la santanderina, con un empresario valiente y decidido como José María Garzón y una alcaldesa que defiende a ultranza la cultura taurina. Todos los días, llenazo y un gran ambiente. A la entrada, un grupo de personas con camisetas amarillas, de esa ultraizquierda que aplaude el asesinato de los niños no nacidos y deplora la tauromaquia, abucheaba a los aficionados que llegaban a la plaza. La verdad es que no se entendía lo que gritaban. Un amigo alemán me preguntó por los antitaurinos. Le mentí. –Son unos aficionados enfadados porque no han conseguido localidades–. –«Ahorra» entiendo que estén tan «cabrrreados»–, sentenció. Con anterioridad al inicio de la corrida, –Cayetano Rivera, Juan Ortega y Roca Rey con toros de Puerto de San Lorenzo–, visité con mi querido amigo el doctor Casanova, catedrático de cirugía y jefe del equipo médico de la plaza, la enfermería. Sería conveniente que la plaza más importante del norte de España, hiciera un esfuerzo para modernizar sus instalaciones, querida alcaldesa.
Paso de intentar la crítica taurina. En El Debate tenemos la fortuna de contar con la sabiduría del extraordinario Andrés Amorós, que sabe de toros como de Teatro y Poesía. Mis nietos Pedro y Guzmán en el tendido, y el menda en un burladero del callejón, donde la lidia se vive y se oye. Abrazos de reencuentro con Cayetano y Curro Vázquez, aquel rubio que toreaba como los ángeles. Y un ambiente de fiesta grande en la plaza. Día de Santiago, Patrón de España, las cuadrillas en el paseíllo detenidas y respetuosas mientras la banda interpretaba –y muy bien–, el himno nacional.
Un gallo aparece en el ruedo. Nadie se atreve a atraparlo y devolverlo a su dueño. Cinco minutos de gallo esquivando las trampas de los areneros. Con la cursilería animalista que hoy impera en España, hubo que aguardar a que el gallo adoptara la sabia decisión de abandonarlo por determinación propia. Cualquiera se atreve a agarrar a un gallo y que éste pierda una pluma durante la captura.
Tarde de toros completa. Cielo encapotado y 24 grados de temperatura. Comentario de un sevillano en la barrera. –Estamos en el paraíso–. Un presidente raro que perjudicó a Juan Ortega por motivos que sólo él conoce. Pañuelos azules en muchos cuellos, y todavía, el público bien vestido, de fiesta, de toros. Lo decía Antonio Ordóñez en Ronda. "Me gusta ver al público con mujeres guapas y bien vestidas y hombres de corbata–. En lugar de gorriones, vuelos de gaviotas. Me recordó al Chofre de San Sebastián, y a la plaza de Gijón, que se ha librado de la alcaldesa tonta y animalista, y vuelve a tener feria taurina. Me gusta el vuelo de las gaviotas sobre el arte en movimiento.
Hoy, Santander es la Feria del Norte de España. Un tercio de la plaza ocupada por aficionados madrileños y andaluces, con Sevilla muy bien representada. –¡Viva el Betis!. Me volví y la voz venía de Rogelio, «Trifón», el fundador de «La Flor de Toranzo», bético hasta las cachas y montañés jándalo a orillas del Guadalquivir.
Pues eso, una tarde para guardar entre los mejores recuerdos.
Y Roca Rey, a hombros de los santanderinos.

Más de Alfonso Ussía​

 

Genios olvidados​

Estuve apenas diez minutos siguiendo la retransmisión del guateque inaugural de los Juegos Olímpicos de París. Bochornoso espectáculo​

28/07/2024Actualizada 01:30
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Escribí recientemente que nada me aburre más que pasear. Estuve apenas diez minutos siguiendo la retransmisión del guateque inaugural de los Juegos Olímpicos de París. Bochornoso espectáculo. La católica Francia ridiculizando a Cristo. Francia es mahometana, y a mí, Mahoma, al que no he conocido personalmente, me cae muy mal. Apagué el bicho y opté por pasear. Y durante el paseo, recordé el comentario de un amable lector de El Debate. Me recordaba, después de leer mi texto dedicado a Manolito el Pollero, la existencia de otros geniales poetas humorísticos no mencionados –jamás olvidados–, en aquel artículo. Y los he repasado, y rindo homenaje a «Emilio», que me ha obligado con justicia a recordar a los genios silenciados por el analfabetismo imperante. Como el militar Pablo Perellada Molas, que firmaba en Blanco y Negro con el seudónimo de Melitón González, autor de los poemas La Razón Oficial y las Chimeneas. Y Hablar en Castellano; o Ramón López Montenegro, con su examen rimado de un alumno zote. O el estupendo Vital Aza, con su divertida narración en cuartetas octosílabas de una cacería de osos en Asturias; o los poemas humorísticos de Juan Pérez-Zúñiga y Joaquín Abati, éste último autor de El Conde Sisebuto. Conservo preciosamente encuadernada su última edición del Círculo de Lectores, con las prodigiosas ilustraciones de Antonio Mingote. Y claro, Carlos Luis de Cuenca, tío del poeta Luis Alberto de Cuenca, académico y brillante gestor de la Biblioteca Nacional antes de ser sustituido por Rosa Regás, cuyo reciente fallecimiento me obliga a la caridad de no enjuiciarla. Y el sevillano bohemio José Antonio Garmendia.
To be or not to be,
That is the question.
De papas con tomate…
¡Cómo me he «puestion»!
Y los romances de Tip, que escribía mucho mejor que Coll, aunque no se le reconociera porque Coll era de izquierdas y Tip de derechas. Y Llopis, y «Ludi», el gran «Ludi» gijonés, Luis Martínez Valdés, tío abuelo de Francisco Álvárez-Cascos –pero con mejor humor–, con su Kilo de Versos que incluye su maravillosa creación en italiano macarrónico El Castelo Sangrienti. Lo de siempre. La rica heredera guapa y calentorra, el novio oculto, el padre, el barón de Chente Mata, suspicaz y vigilante, y la tragedia. En nombre de «Ludi» se la regalo a mis lectores más jóvenes, que no habrán tenido la oportunidad de su lectura porque encontrar esa joya es empresa casi imposible.
Trachedia desarrollata
En el ruinosi Castelo
Del barón de Chente Mata.
¡Si no é cherta e veritata
Que m´arranquen un capello!

Tras morisca ventaneta,
Con le semblante contenti,
A primorosa Julieta
Murmura una cansoneta
Que marcha en alas del vienti.

Es sua voche melodiosa
Cual la campane de Huesca.
Es chentile, candorosa,
E más fresca qui una rosa,
¡quichás, demasiato fresca!

A bordo d´una barqueta
Llega un mancebi eleganti
Vestidato de etiqueta
Con gorra de «sportman», guanti,
E gabani con faldeta.

Fumando brevas a pasti
Fragua algún plane siniestri,
Perque a la paloma casti
Le hace con el ojo diestri
La seña del as de basti.

La joven, enamorata,
Le arroja una escalinata
Fabricata con cordeli,
E per ella, le donceli
Como un felini, esguilata.

Le patre, qu´era un Nerone,
Observó l´operachone
Desde un huerti exuberanti,
Donde tene plantachone
De pementone picanti.

Aparte del pementone,
Cultivaba: le melone,
Le fabi, la remolachi,
La chufi, le macarrone
E le turrón de Guirlachi.

Le burlato personache
Da uno grito de corache
Al ver que sua filla vile
Está con furia salvache
Abrazando a un zascandile.

Altamente incomodati,
Les apunta sin pietati
Con una vieja escopeti
Per profanare el respeti
De un lugare tan sacrati.

Sona una detonachone
E una descarga chertera
Atraviesa le pulmone
Del galán e la pendone.
¡Fue una morte de primera!
Furiosi, desesperati,
Y con el juicio incompleti,
Les tritura el esqueleti
Poniendo al uno al tomati
Y al otro a la vinagreti.

Abre luego le balcone
Y se tiri en direchone
Vertical sobre un peñasqui,
Quedando allí le barone
Como un centolli sin casqui.

Todos los astros del chelo
Se tiñeron d´escarlata;
Desde entonces, no es camelo,
Non s´abrió más el Castelo
Del barón de Chente Mata.
Extenso, pero no como la inauguración mahometana de los Juegos Olímpicos de París. En este caso, ha merecido la pena el paseo.

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Monterías Fundraising​

Desde La Jaralera, todo se ve con más tranquilidad y sosiego. Y me da pena esta chica. La estamos masacrando, pobrecilla mía. Al fin y al cabo, el dichoso fundraising no es un delito. Es abuso, eso sí, pero Mamá abusó toda la vida de los demás, y está enterrada en lugar santo​

29/07/2024Actualizada 09:52
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- ¿Desea alguna cosa, señor marqués?
- Sí, que me dejes meditar. Creo que voy a llamar a Sánchez y ofrecerle un carguito a su mujer.
- ¿A Begoña?
- Equilicuá.
Pregunto de nuevo. - ¿A Begoña?
Respondo otra vez. - Equilicuá. Necesitamos un buen fundraising.
Desde La Jaralera, todo se ve con más tranquilidad y sosiego. Y me da pena esta chica. La estamos masacrando, pobrecilla mía. Al fin y al cabo, el dichoso fundraising no es un delito. Es abuso, eso sí, pero Mamá abusó toda la vida de los demás, y está enterrada en lugar santo. Y además, creo que en La Jaralera es imprescindible, para asegurar el futuro, poner en marcha un fundraising de esos. Un fundraising segmentado, que no tengo ni idea de que se trata, pero suena bien.
señor marques echa a Tomás de su despacho

Barca
Por ejemplo. En noviembre siempre organizo para mis amigos una montería. Invito a todos y me sale por un ojo de la cara. También tengo que reconocer que mi fortuna equivale a dos mil caras, y por un ojo al año, puedo seguir invitando a quien me salga de la fistulilla. Pero también hay que modernizar las monterías, y a partir de ahora, todos mis amigos monteros tendrán que presentarse en casa con su fundraising bajo el brazo.
El que no traiga su fundraising preparado, no caza. El problema es que yo no soy nadie para decidir qué fundraising es válido y que fundraising es de culo de oca. Para ello, necesito a un experto, y nadie sabe más de fundraisings en España que Begoña.
Lo malo es que Sánchez puede interpretar mal mi generosidad y organizarme una manifestación de ecologistas a las puertas de casa, cuando mi intención es ayudar a su mujer a superar este trance que tanto le agobia.
He llamado a Cardeñosa, el de la imprenta, para redactarle el texto de la nueva invitación.
(Corona marquesal)
El Marqués de Sotoancho
Tiene el placer de invitar a …..
A la Montería de venados, gamos, muflones y cochinos, que tendrá lugar en La Manchona de La Jaralera el próximo 7 de noviembre del 2024.
Se ruega acudan con la documentación en regla y un proyecto de Fundraising que será analizado previamente, y en el caso de no merecer su aprobación, se le impedirá cazar a quien suspenda su proyecto.
SRC. Antes del 15 de octubre. Se adjunta plano.
Creo que me ha quedado de dulce de membrillo. A partir de 2024, y hasta que Dios me conceda la dicha de seguir viviendo, todas las actividades sociales que se convoquen desde La Jaralera, tendrán que aprobar su fundraising. ¿ Y quién sabe en España más de fundraising que Begoña?
Un buen español siempre está dispuesto a ayudar a una mujer en aprietos. Y me vendrá muy bien contratar a Begoña. Ya lo ha hecho alguno de mi clase social y título nobiliario y le ha ido de perlas, según me han contado.
No creo que Sánchez me interprete con sesgo envenenado.
Seré el primer marqués de la Historia de España que organiza monterías con fundraising.
- Señor marqués…
- ¿Tomás?
- La gente se va a creer que usted es tonto.
- Tomás, abandona mi despacho.

Cuando el servicio se encocora, hay que ponerlo en su sitio.


Más de Alfonso Ussía​

 

La mejilla​

Sucede que hemos confundido el amor por los desfavorecidos con la inacción y el sometimiento a la invasión de quienes no conciben para los cristianos otro futuro que no sea el de su extinción​

30/07/2024Actualizada 01:30
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La paulatina degeneración lleva irremediablemente a descomposición. Sólo el hecho de encomendar la escenografía de la ceremonia de inauguración de unos Juegos Olímpicos a un mariquita del montón, demuestra el deterioro institucional de la que fue una gran nación.
Como si España se metiera en otro barullo olímpico y le encargara la inauguración a Jorge Javier o Javier Jorge Vázquez, que nunca atino con el orden de su nombre compuesto. Todo es posible, cuando una religión de paz, la cristiana, y dentro del cristianismo, la católica, lleva cumpliendo a rajatabla, desde la indolencia o la sumisión, el mandato de ofrecer la segunda mejilla para ser abofeteada cuando la primera ya lo ha sido. También es una religión de paz la de los hijos de David, y se defienden. La cristiandad ha combatido durante veintiún siglos contra quienes intentaron eliminarla con fiereza. Y del combate y la victoria nació el humanismo cristiano, la tolerancia, el amor hacia los desfavorecidos y el concepto férreo del perdón de Dios. Sucede que hemos confundido el amor por los desfavorecidos con la inacción y el sometimiento a la invasión de quienes no conciben para los cristianos otro futuro que no sea el de su extinción.
Ofrecer la otra mejilla después de una agresión es una interpretación elemental de una bella metáfora. Pero nada más. Llevamos aguantando agresiones y tortazos en las dos mejillas un tiempo excesivo. Y cuando nos hemos apercibido de nuestro error, una corriente de falso buenismo ha terminado con nuestra resistencia, hoy representada por la podrida Agenda 2030, la tolerante, la abridora de brazos, la falsa en bondades, la anticristiana, la de la impasibilidad ante la invasión mahometana del que fue el continente de la cristiandad. La Cruz que llevaron los españoles a todos los rincones del mundo.
De ello ha tenido un inmenso porcentaje de culpa el odio de las izquierdas europeas al cristianismo. En España, a los pocos días de proclamarse fraudulentamente la Segunda República, Madrid se convirtió en una extendida hoguera de iglesias incendiadas por el odio. Y fuimos nosotros los que incendiamos los templos, destrozamos el arte sacro, violamos los enterramientos de los religiosos y no supimos, en un principio, defender nuestra Fe y nuestras raíces. Ahora, los que nos odian vienen de fuera amparados por los que siempre nos aborrecieron. Y ya somos minoría. Hemos abierto nuestras casas a quienes vienen a ocuparlas, y nuestras calles a quienes las sangran con violencia, y nuestras reservas económicas a quienes jamás han trabajado para mejorar el nivel de vida de las viejas naciones conquistadas. Se decía que Europa, en el fondo, desde su opulencia, era una gran put*. Lo que no se dijo es que además de una gran put*, Europa era y es profundamente cobarde y rotundamente imbécil.
Lo de París, ofendiendo a más de mil millones de cristianos por el capricho de un LGTBIQ del montón, es prueba de nuestra cobardía. Si todos los atletas y deportistas que han nacido, se han educado y han vivido voluntariamente amparados por la Cruz de Cristo humillada, hubieran reaccionado haciendo las maletas y renunciando a la competición, se habría ganado, sin derramar ni una gota de sangre, la gran batalla del cristianismo contra el odio y la invasión. Pero de nuevo hemos puesto la otra mejilla, porque el satanismo, la perversidad, la ped*filia, la estupidez llamadawokey demás corrientes degeneradas de nuestras sociedades, nos han arreado a los pacíficos una colleja monumental mientras éramos insultados de norte a sur y de este a oeste. Y como era de esperar, la torta en la otra mejilla no se ha hecho esperar.
Prefiero al don Camilo de Guareschi que a San Fracisco de Asís con su «hermano lobo y su hermana lagartija». A don Camilo le arreaban los comunistas una trompada y respondía con seis trompadas más. Por eso le respetaban.
Estos degenerados, buenistas, y abrazadores de farolas de ahora, nos consideran idiotas sin capacidad de reacción. Y sin mejillas, que es peor.

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Nenúfares de porcelana​

Los especialistas en retransmisiones deportivas en las que compite cualquier selección de España, superan con creces en cursilería a los nenúfares de porcelana. O eso, que sería el mal menor, o que cumplen las órdenes de sus jefes de TVE para intentar omitir la españolidad de nuestras diferentes selecciones​

31/07/2024Actualizada 01:30
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La jovencísima y atractiva séptima esposa del veterano multimillonario caribeño, reunió a sus mejores amigas en su casa de Madrid. Entre sus mejores amigas, algunas optaban a sucederla y convertirse en la octava mujer del adinerado cosmopolita. Hablaban de colecciones. Una de ellas tenía la colección completa de baúles de Louis Vuitton. –Hemos tenido que construir una nave en nuestra finca de Toledo, porque en casa no cabían tantos baúles–. Otra de las amigas, muy bondadosa ella, reconoció el valor anímico de su mejor colección:
–Colecciono amor, paz y amistades–, y fue muy celebrada su revelación, emocionante fuera de cualquier duda. La más cursi de todas, que optó pocos años atrás al preciado galardón de «Miss Albacete» y casó con un rico terrateniente de su provincia, confesó con orgullo el contenido de su colección favorita: –Mi colección más querida es la de nenúfares de porcelana. Me paso horas y horas contemplándola, y gracias a ella, tengo fe y esperanza en el futuro de la humanidad–. –¿ Cuántos nenúfares tienes?–, le preguntó la peor intencionada de las amigas. –Una treintena, más o menos, y la que más me agrada, es de Limoges–. La coleccionista de nenúfares no había aprendido aún que, en la llamada y siempre relativa alta sociedad, hay dos verbos prohibidos. Agradar y enojar. A nadie le agrada nada y nadie tiene el mal gusto de enojarse.
Los especialistas en retransmisiones deportivas en las que compite cualquier selección de España, superan con creces en cursilería a los nenúfares de porcelana. O eso, que sería el mal menor, o que cumplen las órdenes de sus jefes de TVE para intentar omitir la españolidad de nuestras diferentes selecciones. En el fútbol, la selección de España, ya sea la masculina como la femenina, es La Roja. Antonio Naranjo ya se ha ocupado con su habitual brillantez en este periódico del asunto. Creo que existe una doble intención con «La Roja». En la selección de fútbol femenina, ese mote puede ser más acertado, porque quitando a cuatro o cinco futbolistas que no se meten en asuntos políticos y LGTBIQ, el resto de ellas está en la pomada. En la selección masculina, lo de «La Roja» no sienta bien, y en Chile, aún peor. «La Roja» desde que se inventó el fútbol, ha sido siempre la selección nacional de Chile. Pero la cursilería o el intento de desnaturalización de nuestras selecciones no se detienen ahí. A la selección nacional masculina de balonmano, se denomina a sus componentes «Los hispanos». Es decir, según la Real Academia Española. «Pertenecientes o relativos a Hispania. Español. Pertenecientes o relativos a las naciones de Hispanoamérica. Pertenecientes o relativos a la población de origen hispanoamericano que vive en los Estados Unidos de América. Persona de ese origen que vive en los Estados Unidos de América».
Todo eso. Y encima, pierden. Como a las seleccionadas de España en balonmano femenino, dichas «las guerreras», universal cursilería. Me recreaba en esas trampas tan majaderas para omitir la españolidad de nuestras selecciones, cuando leí que, la selección nacional femenina de hockey sobre hierba, es conocida por los corresponsales de «El Mundo» como la selección de las «redstike». El «stike» es el palo de madera con el que los que juegan al hockey sobre hierba o sobre patines utilizan para golpear la bola. De ahí el invento glorioso. Las «redstike» vestían de blanco en sus últimos encuentros. Pero hay que meter el «red», lo rojo, como sea.
Estos Juegos Olímpicos han nacido con un escándalo. Lo de nuestros comentaristas y periodistas no constituye nada escandaloso. Es simplemente, una cursilería, que deja a los nenúfares de porcelana inmersos en los objetos dotados de la mayor sencillez.
España y selecciones españolas, nenúfares del periodismo deportivo.

Más de Alfonso Ussía​

 

El bicho​

Parece que ya se han encontrado doce cadáveres de jóvenes opositores y ochocientos venezolanos han sido detenidos. Y Zapatero aparece ofreciendo una rueda de prensa, como si fuera el presidente de Venezuela​

01/08/2024Actualizada 10:00
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Zapatero es un bicho. Su fortuna nació y aumenta gracias al régimen comunista de Chávez y Maduro. Monedero no es nada. Como los cuchillos de los balnearios, según el aforismo encadenado del gran Jardiel Poncela. ¿Qué una rueda?, la que se pincha. ¿Qué es la leche? La que se corta. ¿Qué es el cuchillo de un balneario? El que ni pincha ni corta. Cuando falleció el sinvergüenza de Chávez, que en paz no descanse, dejando a sus hijas una fortuna que superaba los mil millones de dólares, Monedero le escribió un poema llorado por lágrimas del Orinoco. Una creación divertidísima, como todas las que se llevan a cabo desde la más absoluta seriedad y resultan más cómicas que una película del Gordo y el Flaco.
Zapatero es diferente. Es el principal asesor de la bestia. Después de la trampa, viene la venganza. Es un tipo que se venga de los derrotados por su mentira. Parece que ya se han encontrado doce cadáveres de jóvenes opositores y ochocientos venezolanos han sido detenidos. Y Zapatero aparece ofreciendo una rueda de prensa, como si fuera el presidente de Venezuela. Se morrea con Maduro. Se habla de minas de oro y de frondosas cuentas corrientes. Y en este caso, Zapatero es consecuente. Sabe que un Gobierno puede caer, pero no un sistema. Y el chavismo de Maduro es un sistema blindado, y como se ha demostrado, brutal y asesino. Y Zapatero habla públicamente de una victoria limpia y unas elecciones ejemplarmente vencidas. Parece que las hijas, las que encanecieron las sienes de Barak Obama, el fundador y presidente del movimientoWokecuando la familia visitó la Casa Blanca, también se han establecido empresarialmente en Venezuela, y les va muy bien, de lo cual me alegro. Pero Zapatero no es un observador imparcial, ni un representante de las democracias, ni un defensor de los derechos humanos. Es un comunista generosamente recompensado por la tiranía. Tiene asegurado un buen exilio. En ese aspecto ha sido más previsor que los Sánchez.
La OEA ha denunciado la manipulación más aberrante en las elecciones venezolanas. Pero Zapatero que estaba ahí, no ha reparado en rareza alguna. El auténtico presidente electo de Venezuela y María Corina Machado, la dirigente opositora inhabilitada por el sangriento mulo, han tenido que refugiarse en la embajada de Argentina. A los tiranos les importa un bledo la presión exterior, y si la presión es tan amable y cuidadosa como la de la Unión Europea, el Gobierno de España y el líder de la Oposición español, que en un alarde de coraje se ha atrevido a insinuar «una probable manipulación en el recuento de los votos», todo está dicho y todo está hecho. Sucede que asesinar a veinte, cien o doscientos venezolanos es muy sencillo. Pero no a millones de ciudadanos hartos de un régimen de miseria comunista, que ha arruinado a uno de los países más ricos del mundo, con el fin de traspasar los beneficios de sus riquezas a las cuentas corrientes de los tiranos. Europa, desde la voz corrupta de Úrsula Von del Leyen, ha manifestado que protestar por la trampa electoral de Maduro es «inoportuno por precipitado». Un periodista español Cake Minuesa se ha salvado de milagro de desaparecer del mapa. Ninguna organización periodística española ha abierto la boca en defensa de un compañero que sólo acudió a Venezuela a informar. Les esperan tiempos muy duros y sangrados a los opositores venezolanos, los auténticos y legítimos ganadores de las elecciones.
Y Zapatero, que tiene que moverse por Venezuela con un dispositivo de seguridad casi similar al de Maduro, nos ha dicho que nada, que en Venezuela ha ganado el Chavismo con claridad y que todos los que dudamos de la limpieza del recuento somos los culpables de las manifestaciones y los disturbios callejeros. Un bicho.
Ya son doce los jóvenes asesinados.
Ya han sido olvidados por Europa.

Más de Alfonso Ussía​

 

Aquella Venezuela​

Noches navegadas y noches en los campamentos que Miguel De la Quadra alzaba en los claros de la selva. Los gritos escalofriantes del mono aullador, un gran simio con mucha más elegancia natural que Nicolás Maduro, el asesino en serie​

02/08/2024Actualizada 01:30
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En 1992 me convenció el gran Miguel De la Quadra-Salcedo para incorporarme, como conferenciante literario, a su expedición al Orinoco y el Amazonas. Mis compañeros conferenciantes eran Fernando Sánchez-Dragó y Baltasar Porcel. También hablaba Rogelio Pérez de Bustamante, jurista y catedrático de Historia del Derecho, culto montañés. La asistencia de alumnos a sus charlas era obligatoria porque la primera de sus intervenciones, en plena navegación desde La Guaira a las bocas del Orinoco, apenas reunió a diez jóvenes somnolientos. También embarcó en el «J.J. Sister Guanahani» el maestro Antonio Beciero, que nos ofreció un concierto de piano en el prodigioso Teatro de Manaos, rodeado de selva, levantado en los tiempos prósperos del caucho. Manaos, la gran ciudad del Río Negro, contribuyente del Amazonas, con los carteristas de manos más rápidas y sutiles del mundo. Fue a pagar Fernando Sánchez-Dragó los muchos frascos de guaraná de Maués –un natural anticipo del Viagra–, que compró para pasar el invierno en Madrid, y le habían desplumado. Se distribuyó en el barco el dinero en siete bolsillos diferentes, y le robaron en los siete.
El periplo venezolano fue un milagro. Del archipiélago de los Roques guardo la imagen de un atardecer en una de sus playas con miles de pelícanos y albatros entrando como agujas en la mar en busca de pequeños peces. Y la llegada al Orinoco, con la selva a babor y estribor, recibidos por indios en sus piraguas a los que lanzábamos paquetes de regalos, en mi caso, camisetas del Real Madrid. El Orinoco es un río maravilloso, que se navega sin perder la vista de las dos orillas de selva.
Hablar a 250 jóvenes de Quevedo, Góngora, Lope de Vega y demás poetas del Siglo de Oro Orinoco arriba es una de las experiencias más imborrables de las que recuerdo en mi vida. Y en Ciudad Bolívar, un amable militar que acudió a visitar al capitán del «J.J. Sister Guanahani», don Salvador Segura, y que comandaba la base aérea de La Carlota, me invitó a sobrevolar el Salto de Ángel para aterrizar posteriormente en Canaima, así a primera vista, y olvidando la existencia de las serpientes venenosas, el paraíso terrenal. Impetuoso Caroní. Atrás dejamos Caracas, una ciudad en cuyo centro se podía pasear con toda tranquilidad y rodeado de la hospitalidad y simpatía de los venezolanos, que ignoraban la tragedia de su futuro. Ciudad de contrastes. La inmensa riqueza de sus edificios empresariales y la devastadora visión de sus chabolas, muchas de ellas habitadas por emigrantes colombianos que buscaban en Venezuela su porvenir. Colombia, otra maravillosa nación hoy sometida a los caprichos de un terrorista, la tierra en la que se habla el mejor y más poético español del mundo. Mejor, incluso, que en Perú. Y que en Castilla.
Noches navegadas y noches en los campamentos que Miguel De la Quadra alzaba en los claros de la selva. Los gritos escalofriantes del mono aullador, un gran simio con mucha más elegancia natural que Nicolás Maduro, el asesino en serie. Clases de pesca con lanza y de puntería con cerbatanas. El silencio amable de los indígenas. Ciudad Bolívar una ciudad nueva y poderosa, con parques y jardines en cuyos árboles presumían de sus colores los ibis y los guacamayos. Éstos, al menos, no son perseguidos por los esbirros de la bestia, que ya han terminado con la vida de una treintena de jóvenes venezolanos mientras en Europa se compra la deuda de Venezuela para mantener en el poder a los tiranos y los asesinos.
Después el Amazonas, Brasil, hasta Manaos. Y de ahí, vía San Pablo, el retorno a Madrid.
Le debo a Venezuela diez de los mejores días de mi vida. Se trata de una deuda impagable. Y estoy seguro de que se derramarán muchos litros de sangre inocente hasta que llegue el momento de su nueva libertad. Lo conseguirán los venezolanos. Son muchos más los justos que los sicarios de Maduro, que los narcos, que los militares millonarios, que los privilegiados del comunismo y que Rodríguez-Zapatero.
Y Venezuela ganará. Si tuviéramos en España la mitad del valor de los venezolanos, no estarían los amigos de Maduro destrozando lo que queda de nuestra Historia y nuestra libertad.
Perico, Begoña eso.

Más de Alfonso Ussía​

 

El federalizador enamorado​

Llevo años intentando que no se me vea el plumero. Ocultando mi fobia antipresidencial con habilidad suprema. Creo que ha llegado el momento de sincerarme con mis lectores. Sánchez me cae muy mal​

03/08/2024Actualizada 01:30
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Se levantó un día por la mañana, después de una noche de insomnio y pesadillas con Barrabés persiguiéndole por los pasillos de La Moncloa, y decidió «federalizar» a España. Porque el enamorado de sí mismo y posteriormente de su encantadora esposa, no federa, federaliza, y no culpa, culpabiliza, como todos los cursis del tinglado. Es correcto usar el verbo «federar», pero «federalizar» es un cursilismo inapropiado. No obstante, lo importante son las consecuencias, no las voces empleadas para fragmentar aún más a España.
Llevo años intentando que no se me vea el plumero. Ocultando mi fobia antipresidencial con habilidad suprema. Creo que ha llegado el momento de sincerarme con mis lectores. Sánchez me cae muy mal. Entiendo que esta confesión pueda causar sorpresa, y hasta espanto, entre los que me leen con cariño, por obligación, por tirria y por confusión. Al fin, me quito la careta, y lo reconozco. Sánchez me cae muy gordo, fatal, no entra en los límites de mi paciencia, y deseo que, a partir de ahora, a nadie le quepa la menor duda de mis impulsos y sentimientos. Es mi manera de sentir, que Sánchez diría «sentimentalizar».
Hoy, gracias a Sánchez el enamorado y a su encantadora y discreta esposa bilingüe, que se ha «sentimentalizado» tanto con La Moncloa que no quiere abandonarla por nada del mundo, 8.500 – ocho mil quinientos-, separatistas de izquierdas se disponen a decidir la financiación y el futuro de 49.000.000 – cuarenta y nueve millones-, de españoles. Feijóo, al que deseo una pronta recuperación de su problema visual, en un nuevo alarde de coraje diría que se trata de «un probable abuso» de poder.
Ocho mil quinientos españoles que odian a España decidirán en nombre de cuarenta y nueve millones de españoles, de los cuales treinta y cinco millones de ellos aman a su patria, su historia y su bandera, el futuro de su patria, de su historia, su bandera, sus impuestos, sus recursos y el fruto de sus trabajos, apoyando este primer paso de la «federalización» que se le ha ocurrido a este desalmado para seguir viviendo en La Moncloa, el palacio que tanto visita Barrabés, ese Barrabás.
Un gran torero –sí, perdón, torero–, peruano, Andrés Roca Rey, ha respondido a Cristina Luis, periodista de «El Mundo», a esta pregunta: –¿ Lleva la mitad de su vida en España, ¿se siente un poquito español?–. Y el joven maestro peruano le ha dado –y nos ha dado a todos–, su respuesta: –«Más que sentirme español, amo a España con mayúsculas. Es un país increíble, y hay veces que, como extranjero, no entiendo cómo la gente puede estar renegando por no sentirse español. No es que tenga una maravilla del mundo, es que España es una de las maravillas del mundo. Por eso me da mucha pena cuando rechazan la bandera y cuando algunos no se sienten españoles». El nuevo socialcomunismo de Sánchez es tan antiespañol como los separatismos melancólicos, decadentes y aldeanos.
Como esos 8.500 ignorantes engañados que van a decidir el futuro de 49.000.000 de españoles. Pura democracia.
Es decir, que nos van a fornicar y sodomizar –Sánchez diría «fornicalizar» y «sodomalizar»–, a cambio de su permanencia en el palacio donde intentaron arrebatar a un juez su teléfono móvil para jaquearlo, que así debe escribirse en el español de la calle. Algunos barones autonómicos socialistas se oponen, pero su oposición se reduce a las palabras, y jamás éstas intervienen en los hechos. El «federalizador» enamorado, el mudo ante la Justicia, el que sueña con Barrabés persiguiéndole por los pasillos del palacio de Eugenia de Montijo y en el que don Francisco de Goya –dicen–, «fornicalizó» con la duquesa Cayetana, no es otra cosa que un tirano que no conoce la vergüenza, capaz de arruinar a una nación por el simple hecho de no encargar una mudanza, que antes o después, se llevará a cabo.
Hoy, que todavía pago mis impuestos a España, me atrevo a reconocer que este tipo me cae como una patada en los entreperniles.
Una «patadalización huevalizada».
Qué peso me he quitado de encima.

Más de Alfonso Ussía​

 
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