AZUL Y ROSA | MI SEMANA EN OKDIARIO

Desde que, el pasado 14 de febrero, Su Santidad el Papa Francisco fue ingresado en la décima planta del hospital Gemelli de Roma, aquejado de una seria bronquitis que derivó en una neumonía bilateral, el mundo ha permanecido pendiente de los sucesivos comunicados del Vaticano en los que llegó a informarse de los altibajos, algunos en «estado crítico». Incluso, el pasado 22 de febrero, Su Santidad sufrió una grave crisis respiratoria asmática y una trombocitopenia (disminución de plaquetas en sangre) que requirió una transfusión sanguínea. Y el 28, un nuevo «empeoramiento brusco» a causa de una crisis de broncoespasmo con vómitos.
Desde entonces, en todos los comunicados el pronóstico ha sido y sigue siendo «reservado». No olvidemos que a los 21 años Jorge Bergoglio ya estuvo a punto de morir a causa de una gravísima pleuresía que obligó a extirpar el lóbulo superior del pulmón derecho.
Profesionalmente, siempre he estudiado con mucho interés la vida de los 264 papas, pontífices de 266 papados, ya que Benedicto IX accedió en tres ocasiones a la Silla de Pedro. Cuarenta y dos han ejercido el pontificado durante menos de un año y diez durante más de veinte. Y, personalmente, he conocido la de los siete últimos. Como periodista cubrí los funerales de Pío XII en 1958, la proclamación ese año de Juan XXIII y su muerte en 1963. Al igual que las de Pablo VI, Juan Pablo I, («el Papa de la sonrisa») que sólo lo fue durante 33 días: del 26 de agosto de 1978 al 28 de septiembre de ese mismo año en que falleció repentinamente. Le sucedió el polaco Karol Josef Wojtyla con el nombre de Juan Pablo II. A diferencia de su antecesor, su papado fue el más largó de la historia, con 27 años en la silla de San Pedro: de octubre de 1978 a 2005. Le sucede Benedicto XVI que, en febrero de 2013, decidió renunciar al papado, siendo el primer pontífice en hacerlo. Según reveló el mismo en una carta a su biógrafo, «el insomnio que padecía fue el motivo central» de su renuncia.
Nunca olvidaré –quedó grabado en mis ojos con la intensidad de un espectáculo– cómo esta Legión Árabe rescataba de entre la multitud a dos cardenales y cómo el coche del Papa, un Mercury, permanecía enterrado entre una masa impresionante de gente que pugnaba por ver a Pablo VI. También vi cómo los policías de la escolta personal del Pontífice se echaban materialmente sobre el techo del vehículo papal, para evitar que la multitud se subiese a él.
Dos horas tardó el coche del Papa en cubrir los 200 metros que separan la entrada de la plaza con la Puerta de Damasco. Tiempo, en fin, que necesitó Pablo VI para salir del coche y caer en brazos de la Legión Árabe y de su escolta, en medio de aquel mar humano que amenazaba incluso la integridad física del Pontífice y que le impedía, incluso, mover los brazos para impartir su bendición.
En la plaza quedaba el coche con los faros destrozados, llenos de abolladuras y sin la bandera pontificia, arrebatada por la multitud.
A las 11 de la noche y mientras el Papa permanecía en oración en el Huerto de Getsemaní, yo atravesaba la Puerta de Mandelbaum, que dividía Jerusalén en dos zonas y, ya en Israel, continuar mi camino en dirección a Tel-Aviv para dirigirme, desde allí, a Tiberiades y Monte Tabor.
Amanecía cuando yo llegaba a Nazaret, la bellísima ciudad situada al norte de Israel y donde se encuentra la iglesia de la Anunciación.
El camino se encontraba abarrotado de gente que esperaba, desde el amanecer, para ver al Papa. Entre la multitud se veían a muchas jóvenes, luciendo uniformes militares, ya que en Israel el servicio militar se extiende también a la mujer.
Tiberiades es el lugar donde Pedro recibió de Jesucristo la primacía de la Iglesia con aquellas palabras de «Tú eres Petrus…» y a cuya orilla del lago Pablo VI se inclinó humildemente para tomar un poco de ese agua con el hueco de su mano. Con ella se santiguó y bebió mientras le oí musitar: «¡Tiberiades!, ¡Tiberiades!». Y se lo escuché perfectamente porque, para verle de frente cuando se acercó a la orilla, otros periodistas y yo nos habíamos metido en el lago mas allá de las rodillas. Al vernos se dirigió a nosotros, advirtiéndonos, cariñosamente: «¡Cuidado muchachos, sólo Jesucristo pudo caminar sobre las aguas!». Al tiempo que nos impartía su bendición. Seguidamente, continuó su peregrinación, mientras que mi corazón quedaba remansado, como las aguas del Tiberiades, por la voz, el gesto y la bendición del Papa peregrino Pablo VI.
Importante también el abrazo con el que el rey Hussein de Jordania le recibió al aterrizar en Ammán.
Nada que ver de ayer a hoy. Si Pablo VI fue el primer Papa en salir del Vaticano en un viaje por los Santos Lugares, Juan Pablo II fue el Pontífice más viajero, con 146 visitas pastorales dentro y fuera de Italia. Entre sus destinos, la Cuba de Castro. Le sigue Francisco, que ha realizado, hasta ahora, 47 viajes apostólicos.
La Obra espera ilusionada que el sucesor de Pedro les trate mejor que lo ha hecho el todavía titular.
Aunque les cueste creer, España figura en décimo lugar con 800.000 euros como donante entre los principales de las diócesis del mundo que aportan… 31 millones.
Independientemente de la quiebra moral de su anfitrión, no es de recibo acudir a la audiencia vistiendo como él suele hacerlo: «Me vestiré como debo cuando gane la guerra».
Ello me recuerda a la reina Isabel La Católica, que prometió no mudarse de blusa hasta que no conquistara Granada.
Nada menos que dos ministros pagaban a la querida de un tercero.
Como reconoce Berna G. Harbor «J», fue el lado más chusco y vulgar en la vida del ex ministro. Y el compañero Expósito «todo nauseabundo, cutre, chusco y machista».
¡Qué más quisiéramos los periodistas que ganar como un ministro, a juicio de la impresentable señora García!
Prefiero a la bonita Úrsula y sus cambios diarios de sus vistosas chaquetas.
Resulta increíble que el pequeño ministro del Gobierno del «puto amo» haya logrado en el escaso tiempo que lleva en el cargo nada menos que… ¡¡¡10 condecoraciones!!! extranjeras. ¡Tres por año!
¡Qué triste que llevaran 9 días, 9, muertos en su casa sin que nadie les echara de menos teniendo como tenían… ¡¡¡tres hijos!!!
En Japón se ha inaugurado un zoo para personas que tienen la necesidad de sentirse como ¡¡¡animales!!!
El zoológico Tokotoko sólo ofrece la posibilidad de transformarse en un perro de raza Aaskan Malamute.
Comprendo la preocupación de las hijas ante el anuncio de la publicación de un libro sobre el noviazgo de seis años del humorista con su famosa madre.
«No pararé hasta ver a mi hermano en la cárcel».
LOS PAPA Y YO

- Jaime Peñafiel
- 08/03/2025 06:45
- Actualizado: 08/03/2025 06:45
Desde que, el pasado 14 de febrero, Su Santidad el Papa Francisco fue ingresado en la décima planta del hospital Gemelli de Roma, aquejado de una seria bronquitis que derivó en una neumonía bilateral, el mundo ha permanecido pendiente de los sucesivos comunicados del Vaticano en los que llegó a informarse de los altibajos, algunos en «estado crítico». Incluso, el pasado 22 de febrero, Su Santidad sufrió una grave crisis respiratoria asmática y una trombocitopenia (disminución de plaquetas en sangre) que requirió una transfusión sanguínea. Y el 28, un nuevo «empeoramiento brusco» a causa de una crisis de broncoespasmo con vómitos.
Desde entonces, en todos los comunicados el pronóstico ha sido y sigue siendo «reservado». No olvidemos que a los 21 años Jorge Bergoglio ya estuvo a punto de morir a causa de una gravísima pleuresía que obligó a extirpar el lóbulo superior del pulmón derecho.
Profesionalmente, siempre he estudiado con mucho interés la vida de los 264 papas, pontífices de 266 papados, ya que Benedicto IX accedió en tres ocasiones a la Silla de Pedro. Cuarenta y dos han ejercido el pontificado durante menos de un año y diez durante más de veinte. Y, personalmente, he conocido la de los siete últimos. Como periodista cubrí los funerales de Pío XII en 1958, la proclamación ese año de Juan XXIII y su muerte en 1963. Al igual que las de Pablo VI, Juan Pablo I, («el Papa de la sonrisa») que sólo lo fue durante 33 días: del 26 de agosto de 1978 al 28 de septiembre de ese mismo año en que falleció repentinamente. Le sucedió el polaco Karol Josef Wojtyla con el nombre de Juan Pablo II. A diferencia de su antecesor, su papado fue el más largó de la historia, con 27 años en la silla de San Pedro: de octubre de 1978 a 2005. Le sucede Benedicto XVI que, en febrero de 2013, decidió renunciar al papado, siendo el primer pontífice en hacerlo. Según reveló el mismo en una carta a su biógrafo, «el insomnio que padecía fue el motivo central» de su renuncia.
El histórico viaje de Pablo VI
Aunque han pasado ya ¡¡¡60 años!!! puedo recordar con todo detalle lo que sucedió el día 4 de enero de 1964 a las 5:30 horas de la tarde, a dos grados bajo cero. A lo largo de la Vía Dolorosa, miles de personas eran contenidas, a duras penas, por la Legión Árabe, apiñándose en murallas, cornisas, incluso sobre las farolas, dejando a duras penas espacio libre en la angosta calle para que pasara el Papa Pablo VI en su histórico viaje a los Santos Lugares, lo que supuso la primera salida de un Papa del Vaticano.Nunca olvidaré –quedó grabado en mis ojos con la intensidad de un espectáculo– cómo esta Legión Árabe rescataba de entre la multitud a dos cardenales y cómo el coche del Papa, un Mercury, permanecía enterrado entre una masa impresionante de gente que pugnaba por ver a Pablo VI. También vi cómo los policías de la escolta personal del Pontífice se echaban materialmente sobre el techo del vehículo papal, para evitar que la multitud se subiese a él.
Dos horas tardó el coche del Papa en cubrir los 200 metros que separan la entrada de la plaza con la Puerta de Damasco. Tiempo, en fin, que necesitó Pablo VI para salir del coche y caer en brazos de la Legión Árabe y de su escolta, en medio de aquel mar humano que amenazaba incluso la integridad física del Pontífice y que le impedía, incluso, mover los brazos para impartir su bendición.
En la plaza quedaba el coche con los faros destrozados, llenos de abolladuras y sin la bandera pontificia, arrebatada por la multitud.
A las 11 de la noche y mientras el Papa permanecía en oración en el Huerto de Getsemaní, yo atravesaba la Puerta de Mandelbaum, que dividía Jerusalén en dos zonas y, ya en Israel, continuar mi camino en dirección a Tel-Aviv para dirigirme, desde allí, a Tiberiades y Monte Tabor.
Amanecía cuando yo llegaba a Nazaret, la bellísima ciudad situada al norte de Israel y donde se encuentra la iglesia de la Anunciación.
«Cuidado, muchachos…»
La llegada del Papa se retrasó mas de dos horas sobre el horario previsto, debido a la recepción que, en la Puerta de Megido, le tributó el Gobierno israelí y que se prolongó mucho más de lo programado antes de dirigirse a Tiberiades, lleno de resonancias bíblicas.El camino se encontraba abarrotado de gente que esperaba, desde el amanecer, para ver al Papa. Entre la multitud se veían a muchas jóvenes, luciendo uniformes militares, ya que en Israel el servicio militar se extiende también a la mujer.
Tiberiades es el lugar donde Pedro recibió de Jesucristo la primacía de la Iglesia con aquellas palabras de «Tú eres Petrus…» y a cuya orilla del lago Pablo VI se inclinó humildemente para tomar un poco de ese agua con el hueco de su mano. Con ella se santiguó y bebió mientras le oí musitar: «¡Tiberiades!, ¡Tiberiades!». Y se lo escuché perfectamente porque, para verle de frente cuando se acercó a la orilla, otros periodistas y yo nos habíamos metido en el lago mas allá de las rodillas. Al vernos se dirigió a nosotros, advirtiéndonos, cariñosamente: «¡Cuidado muchachos, sólo Jesucristo pudo caminar sobre las aguas!». Al tiempo que nos impartía su bendición. Seguidamente, continuó su peregrinación, mientras que mi corazón quedaba remansado, como las aguas del Tiberiades, por la voz, el gesto y la bendición del Papa peregrino Pablo VI.
Atenágoras de Constantinopla
Este histórico y difícil viaje por la zona más conflictiva del momento, duró en total 57 horas durante las que recorrió 500 kilómetros, visitando todos los Santos Lugares para encontrarse, por dos veces, con el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Oriente, el polémico Atenágoras de Constantinopla, rezando juntos tras un abrazo y un beso de paz que la cristiandad había estado esperando durante cinco siglos. Estos gestos adquirían una particular resonancia al producirse en la conflictiva Palestina. Y muy importante el discurso pronunciado en la Puerta de Mandelbaum ante el presidente de Israel, Zalman Shazar, que le entregó una medalla de oro al entrar en territorio israelí.Importante también el abrazo con el que el rey Hussein de Jordania le recibió al aterrizar en Ammán.
Nada que ver de ayer a hoy. Si Pablo VI fue el primer Papa en salir del Vaticano en un viaje por los Santos Lugares, Juan Pablo II fue el Pontífice más viajero, con 146 visitas pastorales dentro y fuera de Italia. Entre sus destinos, la Cuba de Castro. Le sigue Francisco, que ha realizado, hasta ahora, 47 viajes apostólicos.
Chsss…
La película Cónclave ha anticipado como será el próximo en el que se elegirá al sucesor del Papa Francisco.La Obra espera ilusionada que el sucesor de Pedro les trate mejor que lo ha hecho el todavía titular.
Aunque les cueste creer, España figura en décimo lugar con 800.000 euros como donante entre los principales de las diócesis del mundo que aportan… 31 millones.
Independientemente de la quiebra moral de su anfitrión, no es de recibo acudir a la audiencia vistiendo como él suele hacerlo: «Me vestiré como debo cuando gane la guerra».
Ello me recuerda a la reina Isabel La Católica, que prometió no mudarse de blusa hasta que no conquistara Granada.
Nada menos que dos ministros pagaban a la querida de un tercero.
Como reconoce Berna G. Harbor «J», fue el lado más chusco y vulgar en la vida del ex ministro. Y el compañero Expósito «todo nauseabundo, cutre, chusco y machista».
¡Qué más quisiéramos los periodistas que ganar como un ministro, a juicio de la impresentable señora García!
Prefiero a la bonita Úrsula y sus cambios diarios de sus vistosas chaquetas.
Resulta increíble que el pequeño ministro del Gobierno del «puto amo» haya logrado en el escaso tiempo que lleva en el cargo nada menos que… ¡¡¡10 condecoraciones!!! extranjeras. ¡Tres por año!
¡Qué triste que llevaran 9 días, 9, muertos en su casa sin que nadie les echara de menos teniendo como tenían… ¡¡¡tres hijos!!!
En Japón se ha inaugurado un zoo para personas que tienen la necesidad de sentirse como ¡¡¡animales!!!
El zoológico Tokotoko sólo ofrece la posibilidad de transformarse en un perro de raza Aaskan Malamute.
Comprendo la preocupación de las hijas ante el anuncio de la publicación de un libro sobre el noviazgo de seis años del humorista con su famosa madre.
«No pararé hasta ver a mi hermano en la cárcel».