No es la primera familia ni será la última que por convicciones religiosas, aceptan lo que pueda devenir.
Mariam Suárez, sin ir más lejos, hija del expresidente Adolfo Suárez, a quién, estando recién embarazada de su segundo hijo, se le diagnosticó un cáncer con muy buen pronóstico si se empezaba a tratar de inmediato, pero para ello tendría que abortar, pues la quimioterapia y la radioterapia, sin ninguna duda, matarían o dejarían gravísimas malformaciones y secuelas al bebé. Mariam eligió que su bebé naciera sano y se negó a abortar ni recibir tratamiento para salvarlo.
Finalmente, tras años de lucha contra el cáncer acabó falleciendo, no sin antes escribir su naravilloso libro, que recomiendo a todo el mundo, contando su experiencia: "Diagnóstico: cáncer, mi lucha por la vida".
Hoy día, todo el que la conoció la recuerda al ver a su magnífico hijo Fernando, por el que sacrificó su vida.


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