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«Lo que hicieron con esas chicas no tiene perdón de Dios»
El triple asesino de Alcàsser se va a Madrid tras deambular por Jaén y asegura que ahora quiere «desaparecer y que acabe todo ya»
01.12.13 - 00:14 - J. A. MARRAHÍ/J. SIGNES | VALENCIA.
Como si no hubiera pasado el tiempo. Veinte años de cárcel no parecen haber hecho mella en Miguel Ricart. Lejos de admitir el crimen y mostrar arrepentimiento, se aferra por enésima vez a su inocencia y a las viejas teorías conspiratorias que exhibió tras su arresto y procesamiento por el triple crimen de las niñas de Alcàsser.
«Tengo que demostrar que yo no fui en ese caso», aseguró en una entrevista televisiva a Antena 3 posterior a las primeras declaraciones a LAS PROVINCIAS en el interior de un tren. Respondía así a la posibilidad de retomar la relación con su familia. «Mantengo lo que dije en su día y es que soy una put* cabeza de turco. Punto. Se ha acabado». Su lenguaje sigue siendo chabacano, visceral.
El ya antiguo recluso de la cárcel de Herrera de la Mancha, en la calle por la desaparición de la doctrina Parot, admitió, eso sí, haber sido un delincuente. «He cometido errores, he robado un banco, he hecho el gilipollas, pero de ahí a lo otro...». Y a la hora de hablar de eso otro, las violaciones, torturas y asesinatos de las tres jóvenes, desvía la atención hacia una misteriosa tercera persona del plural. Y se atreve incluso a condenar el crimen. «Lo que hicieron con esas chicas no tiene perdón de Dios, es igual que fueran unas niñas, como si tienen 30 años...».
Las primeras horas de Ricart se basaron en una persecución mediática que le sobrepasó. «No esperaba ni salir tan rápido de prisión, ni algo así», confesó a este diario. Después de salir a las seis y media de la tarde de la prisión de Herrera de la Mancha, el triple asesino, que actualmente tiene 44 años, tomó un tren en Manzanares con rumbo a Jaén.
Fue en uno de esos vagones donde realizó sus primeras declaraciones. Se vio a un hombre atolondrado y confuso, en ocasiones resignado ante su indefinido futuro y en otros momentos bromista. Todo cuanto aventuró de sus intenciones fue esto: «Quiero desaparecer. Que pase todo ya de una vez. Que se me olvide», deseaba.
«Quiero seguir con mi vida»
Preguntado por su hija Rosa María, el nuevo beneficiado por la decisión de Estrasburgo fue tajante: «Sé que le va bien y si ella está bien yo estoy bien». La joven manifestó ayer a este diario: «Sólo deseo seguir con mi vida». La intención de Ricart, al menos la que mostró, es no implicar a sus familiares directos en el complicado proceso de reinserción.
«No me entero aún de nada», confesó el 'recién nacido' a la libertad. El triple asesino de Alcàsser no ocultó su asombro ante un mundo exterior que para él se esfumó hace dos décadas. Le extrañaba, por ejemplo, ver un teléfono móvil sin teclas, los carteles luminosos, la apertura automática de puertas del tren al que se subió o la manera de vestir de la gente con la que se cruzó. Muchos de esos ciudadanos se quedaron perplejos, otros temerosos, al ver a ese misterioso hombre fornido que se tapaba el rostro con una braga y un gorro negro.
Sobre su futuro inmediato, que algunas fuentes sitúan en el interior de Andalucía, no quiso dar detalles. Ricart no desveló en qué lugar prevé instalarse, con el argumento de que no tiene a dónde ir. Dijo haber adquirido formación en jardinería forestal y manipulación de alimentos dentro de la cárcel, pero no parece tener concertado ningún puesto de trabajo.
El homicida y violador valenciano es consciente de los problemas de la crisis económica y mostró interés por este asunto: ¿Tan mal están las cosas para encontrar trabajo?», preguntó a un informador de LAS PROVINCIAS durante su viaje en tren desde Manzanares a Jaén. Ese era su destino inicial. El billete que compró era para esta localidad andaluza, si bien su objetivo no era quedarse allí a vivir. «A Jaén voy sólo de paso», dijo después cuando la policía lo interceptó al desviarse de su trayecto y acabar, a última hora de la noche, deambulando por las afueras de Linares.
Tentado por la televisión
Un supuesto «agobio» de la persecución mediática, fue, según él, lo que le empujó a apearse de su ruta inicial. En el pequeño núcleo urbano de la provincia de Jaén, Ricart echó a correr. Poco más tarde volvió a abrirse a un micrófono de televisión para el programa Espejo Público. En esta ocasión entreabrió también su braga y su gorro negros.
Ricart quiere pasar desapercibido. Por eso se ha dejado barba y salió de Herrera de la Mancha con su dantesco aspecto de 'ninja' motero. Pero su faz envejecida ya se conoce en toda España tras la filtración de una fotografía carcelaria que paradójicamente las fuerzas de seguridad no habían recibido ayer, por vía de Interior, en la provincia de Valencia. Su difusión se vio acelerada por las redes sociales.
Como avanzó LAS PROVINCIAS, el asesino dejó Linares tras comparecer en la comisaría de la Policía Nacional por desviarse de su ruta. Dos mujeres con un coche le esperaban a la puerta y el propio Ricart dijo que se iba a Madrid. Al parecer, se trata de las mismas jóvenes que, unos días antes, dijeron ser «del programa de Ana Rosa» mientras intentaban ganarse la confianza del asesino de Anabel Segura en la entrada de la cárcel de Ciudad Real. «Espero que ninguna televisión llevé a este asesino al plató y, ni mucho menos, que le paguen», fue el deseo expreso de Rosa Folch, madre de Desirée.
http://www.lasprovincias.es/multime...131129/ricart-sale-carcel-30739482966-mm.html
Espeluznante. Ayer leí el informe del forense Luis Frontelas y no puedo dejar de pensar en las inocentes niñas que tuvieron que pasar por semejante calvario, y todo para complacer a unos sádicos. Los verdaderos culpables siguen en libertad. Son personas con mucho poder.