- Registrado
- 9 Ago 2019
- Mensajes
- 881
- Calificaciones
- 14.331
Aquí otra "tucán" que vivió muchos años infeliz por un complejo de narices. He pasado por la fase de querer operarme, pero en el fondo no quererlo realmente, de lo contrario lo habría hecho. Mi nariz me ha servido como detector infalible de gilipollas: todo aquel que se reía de mí por mi napia quedaba completamente desterrado de mi vida. Mi complejo quedó completamente superado el día en que empecé a reírme de mí misma y a quererme un poquito. Cuando llegó ese día, comencé a brillar y ya no sentí jamás la necesidad de operarme para ser feliz. Si te operas sin haber dado antes el paso de aceptarte, siento decirte que no funcionará. Lo he visto en una hermana de mi padre, que siempre se arrepiente de su rinoplastia, y en una amiga, que se hizo una rinoplastia completamente innecesaria, después se puso labios, mentón, etc. Esta mujer no puede parar de hacerse retoques y no está nunca satisfecha porque no acepta que jamás podrá ser como esa imagen ideal que su cabeza ha construido.
Un abrazo.
Un abrazo.