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Cuando volvamos a California, Encinitas será nuestro paraíso
No es tan conocido como Monterrey ni falta que le hace. Cuando volvamos a Estados Unidos, iremos a Encinitas.

Cuando volvamos a California, Encinitas será nuestro paraíso © iStock
¿Cuántas veces has pensado en hacer ese road trip por la costa californiana? Recorrer la mítica Pacific Coast Highway 101 conduciendo, por qué no, un descapotable y creyéndote un actor de peli. Al fin y al cabo, esto es California, la meca del cine. Bordear el océano y toparte con sus salvajes acantilados, disfrutar de algunos de los spots surferos más famosos del mundo, perderte por las mini urbes que aparecen en tu camino.
Una de esas villas es Encinitas, un lugar a dos horas de Los Ángeles y 30 minutos de San Diego que nos enamoró y atrapó más días de los que planeábamos. Pero nosotros, que nos dejamos llevar como la corriente a las olas, felices. Porque Encinitas es el rincón para escaparse en la costa californiana. Prepárate para zambullirte en el mundo del surf y desconectar de todo aquello que no sea mar-arena-sol (¡aquí siempre luce el sol!), tacos-tequila-cerveza y, por supuesto, mucha vida sana.

Encinitas, California © Photo by Katie Rodriguez on Unsplash
Lo primero que hay que hacer al llegar a Encinitas es ir a la playa, ya sea a sentarse en la arena, darse un chapuzón o animarse a coger unas olas. Solo así, uno puede empezar a captar la onda de esta localidad, escondida entre las lagunas de San Elijo y Barquitos. Hay opciones playeras para todos los gustos: desde South Ponto Beach hasta Cardiff Beach (gozarás de una de las mejores puestas de sol), pasando por Beacon’s Beach (para surfistas intrépidos), Moonlight Beach (para los menos osados o familias con niños) o Swami’s (para los más melómanos, porque esta fue la que inspiró la famosa 'Surfin’ USA' de los Beach Boys).
En los últimos años, este enclave costero tan surfero es el destino elegido por familias jóvenes para vivir. Además de por el surf y the good vibes, nos cuentan los locales con hijos, por a la calidad de sus colegios. Precios de inmuebles subiendo como la espuma y negocios abriendo a ritmo trepidante. Pero aun así, Encinitas todavía conserva ese punto desenfadado de los 60 que permite disfrutar sin agobios ni aglomeraciones turísticas de todos sus recovecos.
Lo comprobamos al pasear por sus calles, especialmente Vulcan Avenue y la Highway 101, y sentir cómo sigue latiendo un espíritu bohemio que no se deja avasallar por los tiempos modernos. No hay más que ver La Paloma, el mítico cine de estilo colonial español con más de 100 años, Pannikin Coffee, una cafetería cuyo edificio de 1800 es una antigua estación de tren, o el Centro de Meditación, puesto en pie en 1948, dedicado a Paramahansa Yogananda (padre del yoga occidental) y que reconocerás por sus cúpulas doradas. Si buscas un retiro espiritual, este es el sitio.

Cervecería Modern Times en Encinitas © Modern Times
Y entre tanto, lo clásico convive con lo nuevo de manera verdaderamente atractiva. Te darás cuenta en cuanto te pierdas por Old Encinitas, su downtown. Nos encantan sus edificios bajos, que le confieren un toque apacible y una sensación de amplitud, y su rollo despreocupado y amistoso. En una tarde cualquiera, puedes ver a la gente con sus perros disfrutando de una cerve en alguna de sus cervecerías locales. Nos gustan Culture, Modern Times y Saint Archer que, aunque esté un poco más alejada (en la zona de Leucadia), merece la pena visitar.
¿Hambre después de tanta playa y cerveza? The Taco Stand causa furor y las colas son de órdago; pero sí, los tacos merecen la espera. Si no tienes paciencia, déjate caer por Fish Shop, un restaurante donde tú eliges el pescado que quieres comer y cómo quieres que te lo cocinen. Uno de nuestros sitios favoritos durante el día.
Porque por la noche, sin dudarlo, tienes que ir a Valentina. Después de un día de mar, surf y sol, nada mejor que disfrutar de una cena tranquila con deliciosa comida (¿el risotto negro con langostinos? De escándalo) y un buen vino. Este pequeño restaurante nos atrae ya desde fuera, con su fachada de madera blanca sutilmente iluminada, y nos atrapa al entrar por su decoración (¡el patio es lo más!). Morgan y Mario Guerra son los propietarios de este local que nombraron como a su hija y que también cuentan con Moto Deli, donde sirven unos sándwiches a los que tampoco nos hemos podido resistir.
Pero sin lugar a dudas, lo que más nos seduce de Encinitas son sus mercados locales. El más molón es el que montan en el jardín del colegio Paul Ecke. ¿Qué por qué nos gusta tanto? Entre otras cosas, porque si vas en bici te hacen descuento. California es el paraíso de la filosofía healthy & organic y sus tenderetes, a rebosar de productos frescos de temporada, no iban a ser menos. Perderse por ellos es toparse con una paleta de colores con todas esas frutas, verduras y flores (¡nos chiflan sus múltiples puestos de flores!), de olores a panes y cruasanes recién hechos, incluso a auténticos tacos de baja california, ¿quién dijo que no se podían desayunar tacos? Abierto todos los domingos de 10.00 a 14.00.
Una de las mejores cosas de Encinitas es que puedes recorrerla entera en bicicleta, algo bastante inusual para una ciudad estadounidense, donde todo se hace en coche. Aquí, velocípedos y monopatines son la norma. No dudes en coger una bici (o un skate si eres más atrevido) y recorrer su magnífico Coastal Rail Trail, un camino de poco más de 2 kilómetros que discurre paralelo al océano y que te lleva hasta Cardiff-by-the-Sea. Y ya que estás aquí, entra en Vg’s a por una de las obsesiones de los californianos: los donuts, no te arrepentirás. Quién sabe, tal vez hasta te encuentres a Rob Machado, uno de los surfistas más pro de todos los tiempos. Sí, vive aquí y le van los donuts.

Vg’s, los mejores donuts de Encinitas © Vg’s
DÓNDE DORMIR EN ENCINITAS
Si pensabas que no podías relajarte más, es porque no conoces Inn at The Moonlight Beach. Esta es la definición de paz y tranquilidad, de calma y sosiego. Tu salud y bienestar son el principal motor de este pequeño hotel que abrió sus puertas a principios de 2019 y que, de momento, es el único que cuenta con la Certificación WELL Platino. Desde el primer momento, sus propietarios, Shangwen y Mike Kennedy, tuvieron claro que querían crear un espacio donde uno pudiera desconectar del mundanal ruido para conectar con uno mismo y con el entorno que le rodea. Y vaya si lo han conseguido.

Inn at The Moonlight Beach © Inn at The Moonlight Beach
Lo intuyes con solo ver el edificio, una pequeña estructura de dos pisos y 6 habitaciones con paredes interiores recubiertas de bambú y madera. Y lo confirmas al ver su jardín con distintos niveles y recovecos donde las fuentes con agua, plantas herbales y flores otorgan una placidez de lo más reparadora. Como no podía ser de otra manera, cuenta con un huerto con frutas y hortalizas locales y de temporada. Y con todo lo que sale de su pequeño vergel, preparan los tés y desayunos con los que mima a sus huéspedes.
Lo que más nos gusta es cómo nos cuidan desde primera hora de la mañana, llevándonos a la habitación una cesta con un desayuno de lo más saludable, ideal para empezar el día con buena energía. Frutas y hortalizas, tés y tisanas, pan y algún dulce recién hecho, ¡hasta chocolate negro y un ramito de flores! Así da gusto arrancar.

Surf House © Surf House
Si en cambio tienes ganas de un poco más de adrenalina, Surf House es lo tuyo. Después de mucho viajar buscando olas, los hermanos Nikki y Sander decidieron que una meca del surf como Encinitas necesitaba un hotel como este, en el que uno pudiera vivir la auténtica experiencia californiana de rollo surfero, vida playera y mucha buena onda.
Aquí hay que venir dispuesto a disfrutar del Océano Pacífico y de sus olas, de los pies descalzos llenos de arena, de los neoprenos colgados de la barandilla, del pelo revuelto con sabor a sal, de la gente saludándote como si fueras un local. Porque si algo llama la atención cuando estás por estos lares, es que todo el mundo te saluda como si te conociera de toda la vida. ¡Y sienta tan bien!
Lo mejor de esta “casa surfera”, además de que te ofrece bicis gratuitas y te alquila tablas de surf, es que está en la mítica Highway 101, a tiro de piedra de un buen número de comercios (las legendarias tablas Bing tienen tienda enfrente y también las alquilan). ¿Quieres una recomendación que no puedes dejar escapar? Ve a desayunar y a comprar tus comidas para llevarte a la playa a Nectarine Grove. Además de hacerlo todo ellos (¡todo!), da igual cuál sea tu alergia o intolerancia que aquí la tienen en cuenta, adaptando cualquier cosa del menú a tus necesidades. Un puntazo que nos encanta.

El desayuno playero perfecto en Encinitas © Nectarine Grove
https://www.traveler.es/naturaleza/...dtrip-estados-unidos-pueblo-con-encanto/17669
No es tan conocido como Monterrey ni falta que le hace. Cuando volvamos a Estados Unidos, iremos a Encinitas.

Cuando volvamos a California, Encinitas será nuestro paraíso © iStock
¿Cuántas veces has pensado en hacer ese road trip por la costa californiana? Recorrer la mítica Pacific Coast Highway 101 conduciendo, por qué no, un descapotable y creyéndote un actor de peli. Al fin y al cabo, esto es California, la meca del cine. Bordear el océano y toparte con sus salvajes acantilados, disfrutar de algunos de los spots surferos más famosos del mundo, perderte por las mini urbes que aparecen en tu camino.
Una de esas villas es Encinitas, un lugar a dos horas de Los Ángeles y 30 minutos de San Diego que nos enamoró y atrapó más días de los que planeábamos. Pero nosotros, que nos dejamos llevar como la corriente a las olas, felices. Porque Encinitas es el rincón para escaparse en la costa californiana. Prepárate para zambullirte en el mundo del surf y desconectar de todo aquello que no sea mar-arena-sol (¡aquí siempre luce el sol!), tacos-tequila-cerveza y, por supuesto, mucha vida sana.

Encinitas, California © Photo by Katie Rodriguez on Unsplash
Lo primero que hay que hacer al llegar a Encinitas es ir a la playa, ya sea a sentarse en la arena, darse un chapuzón o animarse a coger unas olas. Solo así, uno puede empezar a captar la onda de esta localidad, escondida entre las lagunas de San Elijo y Barquitos. Hay opciones playeras para todos los gustos: desde South Ponto Beach hasta Cardiff Beach (gozarás de una de las mejores puestas de sol), pasando por Beacon’s Beach (para surfistas intrépidos), Moonlight Beach (para los menos osados o familias con niños) o Swami’s (para los más melómanos, porque esta fue la que inspiró la famosa 'Surfin’ USA' de los Beach Boys).
En los últimos años, este enclave costero tan surfero es el destino elegido por familias jóvenes para vivir. Además de por el surf y the good vibes, nos cuentan los locales con hijos, por a la calidad de sus colegios. Precios de inmuebles subiendo como la espuma y negocios abriendo a ritmo trepidante. Pero aun así, Encinitas todavía conserva ese punto desenfadado de los 60 que permite disfrutar sin agobios ni aglomeraciones turísticas de todos sus recovecos.
Lo comprobamos al pasear por sus calles, especialmente Vulcan Avenue y la Highway 101, y sentir cómo sigue latiendo un espíritu bohemio que no se deja avasallar por los tiempos modernos. No hay más que ver La Paloma, el mítico cine de estilo colonial español con más de 100 años, Pannikin Coffee, una cafetería cuyo edificio de 1800 es una antigua estación de tren, o el Centro de Meditación, puesto en pie en 1948, dedicado a Paramahansa Yogananda (padre del yoga occidental) y que reconocerás por sus cúpulas doradas. Si buscas un retiro espiritual, este es el sitio.

Cervecería Modern Times en Encinitas © Modern Times
Y entre tanto, lo clásico convive con lo nuevo de manera verdaderamente atractiva. Te darás cuenta en cuanto te pierdas por Old Encinitas, su downtown. Nos encantan sus edificios bajos, que le confieren un toque apacible y una sensación de amplitud, y su rollo despreocupado y amistoso. En una tarde cualquiera, puedes ver a la gente con sus perros disfrutando de una cerve en alguna de sus cervecerías locales. Nos gustan Culture, Modern Times y Saint Archer que, aunque esté un poco más alejada (en la zona de Leucadia), merece la pena visitar.
¿Hambre después de tanta playa y cerveza? The Taco Stand causa furor y las colas son de órdago; pero sí, los tacos merecen la espera. Si no tienes paciencia, déjate caer por Fish Shop, un restaurante donde tú eliges el pescado que quieres comer y cómo quieres que te lo cocinen. Uno de nuestros sitios favoritos durante el día.
Porque por la noche, sin dudarlo, tienes que ir a Valentina. Después de un día de mar, surf y sol, nada mejor que disfrutar de una cena tranquila con deliciosa comida (¿el risotto negro con langostinos? De escándalo) y un buen vino. Este pequeño restaurante nos atrae ya desde fuera, con su fachada de madera blanca sutilmente iluminada, y nos atrapa al entrar por su decoración (¡el patio es lo más!). Morgan y Mario Guerra son los propietarios de este local que nombraron como a su hija y que también cuentan con Moto Deli, donde sirven unos sándwiches a los que tampoco nos hemos podido resistir.
Pero sin lugar a dudas, lo que más nos seduce de Encinitas son sus mercados locales. El más molón es el que montan en el jardín del colegio Paul Ecke. ¿Qué por qué nos gusta tanto? Entre otras cosas, porque si vas en bici te hacen descuento. California es el paraíso de la filosofía healthy & organic y sus tenderetes, a rebosar de productos frescos de temporada, no iban a ser menos. Perderse por ellos es toparse con una paleta de colores con todas esas frutas, verduras y flores (¡nos chiflan sus múltiples puestos de flores!), de olores a panes y cruasanes recién hechos, incluso a auténticos tacos de baja california, ¿quién dijo que no se podían desayunar tacos? Abierto todos los domingos de 10.00 a 14.00.
Una de las mejores cosas de Encinitas es que puedes recorrerla entera en bicicleta, algo bastante inusual para una ciudad estadounidense, donde todo se hace en coche. Aquí, velocípedos y monopatines son la norma. No dudes en coger una bici (o un skate si eres más atrevido) y recorrer su magnífico Coastal Rail Trail, un camino de poco más de 2 kilómetros que discurre paralelo al océano y que te lleva hasta Cardiff-by-the-Sea. Y ya que estás aquí, entra en Vg’s a por una de las obsesiones de los californianos: los donuts, no te arrepentirás. Quién sabe, tal vez hasta te encuentres a Rob Machado, uno de los surfistas más pro de todos los tiempos. Sí, vive aquí y le van los donuts.

Vg’s, los mejores donuts de Encinitas © Vg’s
DÓNDE DORMIR EN ENCINITAS
Si pensabas que no podías relajarte más, es porque no conoces Inn at The Moonlight Beach. Esta es la definición de paz y tranquilidad, de calma y sosiego. Tu salud y bienestar son el principal motor de este pequeño hotel que abrió sus puertas a principios de 2019 y que, de momento, es el único que cuenta con la Certificación WELL Platino. Desde el primer momento, sus propietarios, Shangwen y Mike Kennedy, tuvieron claro que querían crear un espacio donde uno pudiera desconectar del mundanal ruido para conectar con uno mismo y con el entorno que le rodea. Y vaya si lo han conseguido.

Inn at The Moonlight Beach © Inn at The Moonlight Beach
Lo intuyes con solo ver el edificio, una pequeña estructura de dos pisos y 6 habitaciones con paredes interiores recubiertas de bambú y madera. Y lo confirmas al ver su jardín con distintos niveles y recovecos donde las fuentes con agua, plantas herbales y flores otorgan una placidez de lo más reparadora. Como no podía ser de otra manera, cuenta con un huerto con frutas y hortalizas locales y de temporada. Y con todo lo que sale de su pequeño vergel, preparan los tés y desayunos con los que mima a sus huéspedes.
Lo que más nos gusta es cómo nos cuidan desde primera hora de la mañana, llevándonos a la habitación una cesta con un desayuno de lo más saludable, ideal para empezar el día con buena energía. Frutas y hortalizas, tés y tisanas, pan y algún dulce recién hecho, ¡hasta chocolate negro y un ramito de flores! Así da gusto arrancar.

Surf House © Surf House
Si en cambio tienes ganas de un poco más de adrenalina, Surf House es lo tuyo. Después de mucho viajar buscando olas, los hermanos Nikki y Sander decidieron que una meca del surf como Encinitas necesitaba un hotel como este, en el que uno pudiera vivir la auténtica experiencia californiana de rollo surfero, vida playera y mucha buena onda.
Aquí hay que venir dispuesto a disfrutar del Océano Pacífico y de sus olas, de los pies descalzos llenos de arena, de los neoprenos colgados de la barandilla, del pelo revuelto con sabor a sal, de la gente saludándote como si fueras un local. Porque si algo llama la atención cuando estás por estos lares, es que todo el mundo te saluda como si te conociera de toda la vida. ¡Y sienta tan bien!
Lo mejor de esta “casa surfera”, además de que te ofrece bicis gratuitas y te alquila tablas de surf, es que está en la mítica Highway 101, a tiro de piedra de un buen número de comercios (las legendarias tablas Bing tienen tienda enfrente y también las alquilan). ¿Quieres una recomendación que no puedes dejar escapar? Ve a desayunar y a comprar tus comidas para llevarte a la playa a Nectarine Grove. Además de hacerlo todo ellos (¡todo!), da igual cuál sea tu alergia o intolerancia que aquí la tienen en cuenta, adaptando cualquier cosa del menú a tus necesidades. Un puntazo que nos encanta.

El desayuno playero perfecto en Encinitas © Nectarine Grove
https://www.traveler.es/naturaleza/...dtrip-estados-unidos-pueblo-con-encanto/17669