Pues bien primas, no sé si compartiréis conmigo la idea de que en el humor hay límites. Ignatius no los conoce. Bromeó sobre cómo en el 8M podría haber "arrimado cebolleta" a una mujer y que todo acabase en una "bonita historia de amor". Una chica le dijo que eso podía considerarse acoso, pero él a lo suyo. Y como esas muchas más perlas.
Hay mucha interacción con el público, de hecho parece que sea uno de los puntos fuertes del show. La verdad es que llegó a incomodarme cuando se dirigió a mí y a mi acompañante, haciendo bromas y animando al público a aplaudir mientras nos preguntaba por nuestra vida sexual. Mi acompañante no es mi novio, de hecho era como nuestra quinta cita juntos y a él le hacía ilusión ir a ver a Ignatius.
Lo del pezón sigue haciéndolo y ha añadido un plot twist: se sacó la p***a.