Maruja, me has despertado un recuerdo!! Cuando era peque, le tenía miedo a los “subes y bajas”. En mi época, no sé porqué, eran de madera, pintados de rojo y azul y muy, pero muy largos; exageradamente largos. Mi hermana era más mala que la quina y cuando me subía (bajo la promesa que no lo haría) me dejaba arriba a propósito un buen rato. ¡Me cogía un desespero tremendo!