Que ha cambiado, dice… Y más que va a cambiar. Se apuntará a lo que sea necesario para seguir viviendo del cuento y respaldándose en que hacen muchísimo bien a la gente con sus gilipolleces, cuando la inmensa mayoría de los que le pagan dinero a ella para que diga estupideces, lo emplearían mejor en ir a un profesional de la salud mental, porque seguramente estarán en una etapa muy fastidiada de su vida. hay que tener muy poca vergüenza.