María Fernández Rubíes (Frubies)

No hay nada más ridículo que un pijo que no sabe que es pijo.
Yo lo que he visto en este último episodio ha sido a María reconociendo que es híper pija. Y hasta en algunos momentos me ha gustado porque reconocía ciertas cosas, como que los pijos solo se mueven en un ambiente pijo. La que me ha dado más verguencita ha sido Rocio, hablando de ella misma como pija y queriendo sumarme a muchos carros tipo “eso sí que lo llevo, eso sí que lo hago”, pero ha quedado claro que no es pija. Es pija en cuanto a ambiente, porque ella es prototipo chica mona y es fina, pero no como lo han querido plantear. Aun así sigue siendo los “pies a tierra” de este podcast. A mi me encanta por cierto.
 
A mí Rocío, con los años que tiene ya, me parece que no sabe de qué va la vida, que vive en los mundos de Yupi total.
Todos los programas habla de los mismos: que ella no ve que pudiera tener hijos con su vida actual, que no le gusta la comida (así en general), la relación adolescente con sus amigas, los mismos temas de conversación de una chica con posibles que no ha tenido un solo problema en su vida ni nada interesante a su alrededor.
Me aburre soberanamente ya y llevo ya sin escuchar varios capítulos.
 
Les ha salido el tiro por la culata con el último podcast. Las he visto tan alejadas de la realidad y clasistas... uff
Después de leerte, me picó la curiosidad, y me puse a escucharlo.

Aunque a mí el rollo meritocracia que se han cascado no me ha sorprendido, no me esperaba menos.

Que sus padres han trabajado mucho dicen, claro, ¡y los míos! Y los de tanta gente, pero no por eso tienen la mitad de la mitad de lo que tienen ellos. Por lo que sea...

Me flipa esta gente creyéndose que todo lo que tienen es sólo porque se lo han ganado. Claro, el resto es que somos un poco inútiles.
 
A mí Rocío, con los años que tiene ya, me parece que no sabe de qué va la vida, que vive en los mundos de Yupi total.
Todos los programas habla de los mismos: que ella no ve que pudiera tener hijos con su vida actual, que no le gusta la comida (así en general), la relación adolescente con sus amigas, los mismos temas de conversación de una chica con posibles que no ha tenido un solo problema en su vida ni nada interesante a su alrededor.
Me aburre soberanamente ya y llevo ya sin escuchar varios capítulos.
A mi rocio me parece una persona hiper mundana y cero interesante
 
Después de leerte, me picó la curiosidad, y me puse a escucharlo.

Aunque a mí el rollo meritocracia que se han cascado no me ha sorprendido, no me esperaba menos.

Que sus padres han trabajado mucho dicen, claro, ¡y los míos! Y los de tanta gente, pero no por eso tienen la mitad de la mitad de lo que tienen ellos. Por lo que sea...

Me flipa esta gente creyéndose que todo lo que tienen es sólo porque se lo han ganado. Claro, el resto es que somos un poco inútiles.
Yo creo que hay que cambiar el discurso de “parece que dicen que los demas no trabajan y ellos si” me huele a envidia. Tenemos que empezar a aceptar que hay gente que tiene más dinero que nosotros y ya está, ni nosotros somos peores ni ellos mejores. Lo siento pero siempre ha habido clases!
 
Yo creo que hay que cambiar el discurso de “parece que dicen que los demas no trabajan y ellos si” me huele a envidia. Tenemos que empezar a aceptar que hay gente que tiene más dinero que nosotros y ya está, ni nosotros somos peores ni ellos mejores. Lo siento pero siempre ha habido clases!
¡Noticias frescas!

Pero que no nos cuenten que los ricos lo son por haber trabajado más.

Yo lo único que estoy diciendo es que aquí trabajar trabajamos todos (la mayoría), pero ese trabajo revierte en cada una de manera diferente, en función del punto de donde partimos.

Que el concepto del ascensor social es muy bonito, pero cada vez funciona peor. Hay hasta estudios al respecto:

La renta de los padres influye significativamente en el éxito económico de los hijos, especialmente cuando analizamos las dinámicas en los percentiles más altos. En términos de ingresos, vemos que hay diferencias de hasta 23.000€ entre el ingreso medio alcanzado por los hijos de las familias más ricas y las más pobres.
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El ascensor social no funciona en España: los niños del 1% más rico serán los millonarios del futuro​

 
Última edición:
Pues a mi me esta encantando este episodio de pjas! Siento que Frubi es muy realista en cuanto a su realidad. Ella no tiene la culpa de haber nacido en esa familia.

Me he reido en voz alta cuando Rocío le dijo a Frubi algo tipo “es que tu no eres mentalmente profunda” jajajaja y lo mejor es que la misma frubi se echó a reir.

En cuanto a Rocío, creo que ha sido una chica bien educada, de padres que han trabajado y han logrado llegar a vivir en un ambiente pijo, pero sin ellos haberlo sido. Hay mucha gente así, no todos los nuevos pijos vienen de cunas de oro. No todos los abuelos son ricos. Hay de todo y cada quien tiene su historia.

Se nota que Frubi viene de padres que igual tuvieron padres pijos. Esta acostumbrada a eso. Ro no, y que bueno que en el episodio se fue dando cuenta de la diferencia, porque ella estaba encasillada en que era pija, y creo que ella lo es, ahora, sin haber crecido con los estereotipos de ser pija.
 
María Fernández-Rubíes nos recibe en su casa familiar de Baqueira Beret

La prescriptora nos recibe en este idílico refugio entre mantas y almohadones y al calor de la chimenea. Un cálido paraíso donde relajarse tras una jornada de esquí​




Con más de 800.000 seguidores en Instagram, María Fernández-Rubíes puede presumir de una extensa y brillante carrera en el mundo de las redes sociales que ha hecho que las marcas de moda y belleza se la rifen. Pero María, además de ser una de las influencers más conocidas de nuestro país, también es madre de Nicolás, de cuatro años, y Patricio, de casi dos; esposa -lleva casada desde 2018 con el odontólogo Manu Losada-; e hija (su madre, Silvia Soler, se ha animado a posar para este reportaje). Cada año, la prescriptora espera con ilusión la llegada de la Navidad para, así, poder pasar tiempo con los suyos -lo que más le gusta en el mundo- y disfrutar de unos días de desconexión en su casa familiar de Baqueira Beret, un hogar alegre y luminoso pensado para recibir y cuya decoración, realizada al cien por cien por su madre, envuelve al invitado en un halo de buen gusto y calidez.

María, paseando por los alrededores de la casa

María, paseando por los alrededores de su casa de Baqueira, una construcción en piedra y madera típica de la zona del Pirineo catalán

-Nos recibes en tu casa de Baqueira, en plena naturaleza y rodeada de montañas. ¿Qué significa este lugar para ti?​

-Baqueira es casa, en mayúsculas, para mí; significa mi infancia y mi familia, sobre todo mis hermanos y mis padres. Nunca hemos necesitado mucho más. Son muchos los recuerdos, todos bonitos, vividos aquí. En esta casa he pasado las mejores Navidades de mi vida, siempre rodeada de mis seres queridos. Y en Baqueira también me presentaron a Manu, mi marido, gracias a su hermana Lucía, muy amiga mía y a la que también había conocido esquiando. Así que este es un lugar que siempre me hace muy feliz.

-¿Sueles venir a menudo?​

-Sí, aunque no todo lo que me gustaría. Cuando no tenía niños veníamos más; ahora el viaje se hace más complicado porque está lejos de Madrid y les resulta un poco pesado. Pero siempre pasamos las Navidades aquí. También intentamos venir durante la Semana Blanca, aprovechando que no hay “cole”. Es una época buenísima para esquiar porque hay mucha menos gente. En Semana Santa alguna vez también venimos y, ocasionalmente, en verano, una época del año en la que el paisaje está precioso y se disfruta mucho.

María junto a su madre, Silvia Soler

María junto a su madre, Silvia Soler, que se ha encargado de la decoración de la casa al completo
Vista panorámica del salón

Vista panorámica del salón, con gustosas mantas y un amplio sofá para disfrutar de la chimenea

-¿Qué es lo que más te gusta de esta casa?​

-Que de momento cabemos todos (risas) y que es super acogedora, un auténtico hogar. También su ubicación, que no puede ser mejor; no solo por las vistas, que son preciosas, sino porque a nivel logístico tenemos la guagua que, literal, para justo enfrente de casa y nos sube directamente a las pistas. Y esto es un sueño.

-¿Qué es lo que no puede faltar en una casa de montaña como esta?​

-Mantas grandes y gustosas, para cuando sales a la terraza y te tomas un café o ves una peli en el salón en familia. Colores claros y blancos como la nieve, y los verdes y marrones del bosque. Pero, sobre todo, tiene que resultar acogedora y arropar.
"Baqueira significa casa para mí, un lugar que siempre me hace muy feliz. Aquí he pasado las mejores Navidades de mi vida, siempre rodeada de familia y buenos amigos"
María apoyada en la barandilla

Apoyada en la barandilla de madera de las escaleras que llevan a la zona de los dormitorios
María con el árbol de Navidad

La prescriptora, junto al árbol que ha preparado para estas Navidades
"Guardo muchos recuerdos, todos bonitos, de este lugar. Aquí me presentaron a mi marido, gracias a su hermana Lucía, muy amiga mía y a la que conocí esquiando"

-¿Cuales son para ti las bases de la decoración para estas fechas?​

-A mi madre le encanta montar en familia el árbol de Navidad, así que te diría que este adorno es un imprescindible en casa. Y el nacimiento, a poder ser lo más artesanal posible. También muchas velas, por la calidez y la luz tan bonita que dan. Y nos encanta el color rojo, aunque solo sea en los detalles. Somos muy tradicionales en ese sentido. Bueno, en realidad te diré que somos muy tradicionales en casi todos los sentidos con respecto a la Navidad.

-Teniendo una casa aquí seguro que sois todos grandes esquiadores… ¿Desde cuándo esquías?​

-Los cuatro hermanos aprendimos a esquiar de pequeños, cuando teníamos cuatro o cinco años aproximadamente. Mi padre también empezó de muy pequeño y mi madre más tarde, con más de veinte años, y quizás por eso le tiene más respeto al esquí. Aun así, ella sabe que es un planazo subir a las pistas y, si no, siempre hay otros planes alternativos para hacer por la zona, como excursiones o paseos.
La zona del comedor

Sobre estas líneas, la zona del comedor, presidida por un cuadro de Jaime Monge
La mesa de la cocina de María Fernández-Rubíes

Detalles de la cocina
Detalles de la mesa de la cocina

Detalle de la mesa de la cocina

-Háblanos de esos otros planes para hacer aquí...​

-Comer y cenar en el valle, donde hay una gastronomía increíble; pasear, hacer rutas y acercarnos a algún pueblecito en Francia y comprar productos locales; jugar a las cartas o a algún juego de mesa en casa y ver películas con una buena manta; llevar a los niños a que jueguen en la nieve (aunque Nico empezó a esquiar el año pasado con tres añitos y le gustó mucho). En resumen, pasar tiempo en familia es nuestro mejor plan y por eso intentamos hacerlo todo juntos.

-¿Cómo celebráis las Navidades aquí?​

-Antes celebrábamos Nochebuena y Navidad todos juntos. Ahora que estamos casi todos casados vamos viniendo de forma progresiva e intentamos coincidir en Nochevieja para cenar; a veces se nos une también algún familiar o amigo. A mi madre le encanta la decoración navideña, y lo pone todo ideal. La comida, siempre hecha en casa, y que no falten los villancicos. ¡Ah! Y nos encantan todos los dulces navideños: polvorones, turrones, roscón de Reyes, mazapanes...
María y su madre en la cocina

Madre e hija posan sonrientes sobre la encimera
"Mi madre sigue preparando en Nochebuena sopa de galets y canelones porque sus padres son catalanes y le gusta mantener esa costumbre"
María Fernández-Rubíes sobre la cama

La prescriptora, tumbada sobre una gustosa manta

 
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