Ahora en serio. No tiene mal cuerpo, se podría sacar un montonazo de partido, podría haber aprovechado el tirón para formarse en interiorismo y crearse un personaje elegante y serio, y a vivir de redes.
En cambio, elije tomarle el pelo a sus seguidoras, menospreciándolas cuando no le dicen lo que quiere oír, vistiéndose como si fuera a la Isla de las tentaciones y tuviera participaciones en Shein, y creando una huella digital de vergüenza absoluta para cuando su hijo tenga unos poco años más.
Esta mujer no piensa. Con lo fácil que lo tenía. Pero es que si hay algo peor que ser tonta perdida es, siéndolo, creerte la más lista.