Hola!!!
Me han dado ganas de abrazarte mientras iba leyendo tu primer mensaje ya que justo en EXACTAMENTE la misma situación me encontré hace ya dos años aproximadamente, cuando mi pareja y yo decidimos independizarnos. Y de verdad, comprendo perfectamente lo que estás pasando, lo duro, y lo frustrante que es.
En mi caso, al igual que tú, donde nos permitía la economía era coger un piso en Madrid Sur. Semanas literalmente pegada a Idealista y demás páginas viendo el último anuncio que se subía y cómo al llamar, o ya nos habían quitado el piso, o nos pedían unos sueldos estratosféricos. O simplemente había ya lista de espera de otras parejas, que habían llamado antes, dejándonos un mal pronóstico.
En mi caso, tampoco quería vivir un piso que estuviera casi entero para reformar. No pedía tampoco ni siquiera que estuviera muy muy amueblado, simplemente que al menos la cocina y el baño estuvieran en condiciones y que no fuera un piso que claramente nadie había metido mano desde los años 60.
Con la desesperación, al final cogimos un piso que estaba bastante bien cerca de Getafe Central tanto en condiciones como de precio, pero sin mirar precisamente el barrio en el que viviríamos, cosa que me lleva martirizando día tras día. Precisamente, al igual que tú comentas, vivimos justo en unas calles muy masificadas, sin nada de espacio para aparcar, con un tráfico te diría casi hostil especialmente en las horas puntas por gente que busca aparcamiento casi desesperadamente. Hay que tener mil ojos constantemente porque sencillamente la gente pasa de largo por los pasos de peatones, y si estabas esperando a cruzar, ni te he visto.
Por otro lado, mi calle está atestada de gente de la misma etnia que tu expones en tu comentario y que a mi, también me genera muchísima incomodidad e inseguridad al andar sola. Da igual la hora que sea, o el día de la semana que sea, siempre están en la calle en algún banco tirados bebiendo cervezas en lata con la música puesta hasta las tantas. Y esto también aplica a cuando voy a trabajar a las 7 de la mañana, que ya ni sabes si han empezado a beber a esa hora o están acabando ya.
Es muy triste, porque precisamente todo esto a mi me da la sensación de forzarme a hacer vida en mi casa, vivir enjaulada dado que no puedo hacer vida fuera ya que detesto enormemente donde vivo.
Si yo volviera atrás, al punto exactamente donde te encuentras tú lo tendría claro: no vivir en un sitio donde no te haga feliz. Tu casa es tu hogar, y debe ser un lugar de descanso y donde desconectar. Las calles que rodean tu casa es tu día a día. No permitas sacrificar cosas esenciales simplemente por lo desesperante que pueda ser la situación.
Me han dado ganas de abrazarte mientras iba leyendo tu primer mensaje ya que justo en EXACTAMENTE la misma situación me encontré hace ya dos años aproximadamente, cuando mi pareja y yo decidimos independizarnos. Y de verdad, comprendo perfectamente lo que estás pasando, lo duro, y lo frustrante que es.
En mi caso, al igual que tú, donde nos permitía la economía era coger un piso en Madrid Sur. Semanas literalmente pegada a Idealista y demás páginas viendo el último anuncio que se subía y cómo al llamar, o ya nos habían quitado el piso, o nos pedían unos sueldos estratosféricos. O simplemente había ya lista de espera de otras parejas, que habían llamado antes, dejándonos un mal pronóstico.
En mi caso, tampoco quería vivir un piso que estuviera casi entero para reformar. No pedía tampoco ni siquiera que estuviera muy muy amueblado, simplemente que al menos la cocina y el baño estuvieran en condiciones y que no fuera un piso que claramente nadie había metido mano desde los años 60.
Con la desesperación, al final cogimos un piso que estaba bastante bien cerca de Getafe Central tanto en condiciones como de precio, pero sin mirar precisamente el barrio en el que viviríamos, cosa que me lleva martirizando día tras día. Precisamente, al igual que tú comentas, vivimos justo en unas calles muy masificadas, sin nada de espacio para aparcar, con un tráfico te diría casi hostil especialmente en las horas puntas por gente que busca aparcamiento casi desesperadamente. Hay que tener mil ojos constantemente porque sencillamente la gente pasa de largo por los pasos de peatones, y si estabas esperando a cruzar, ni te he visto.
Por otro lado, mi calle está atestada de gente de la misma etnia que tu expones en tu comentario y que a mi, también me genera muchísima incomodidad e inseguridad al andar sola. Da igual la hora que sea, o el día de la semana que sea, siempre están en la calle en algún banco tirados bebiendo cervezas en lata con la música puesta hasta las tantas. Y esto también aplica a cuando voy a trabajar a las 7 de la mañana, que ya ni sabes si han empezado a beber a esa hora o están acabando ya.
Es muy triste, porque precisamente todo esto a mi me da la sensación de forzarme a hacer vida en mi casa, vivir enjaulada dado que no puedo hacer vida fuera ya que detesto enormemente donde vivo.
Si yo volviera atrás, al punto exactamente donde te encuentras tú lo tendría claro: no vivir en un sitio donde no te haga feliz. Tu casa es tu hogar, y debe ser un lugar de descanso y donde desconectar. Las calles que rodean tu casa es tu día a día. No permitas sacrificar cosas esenciales simplemente por lo desesperante que pueda ser la situación.