Tres mujeres acusan al director de cine Carlos Vermut de violencia sexual

Yo me enteré hace apenas unos días, a raíz de un comentario de un usuario en una noticia sobre el tema de este hilo en el que estamos. Es normal que no lo conociéramos porque casi no se ha hablado del tema ni en medios ni redes en foros ni en ningún sitio, ni el ministerio ni ninguna asociación feminista ha salido a protestar, a manifestarse o a pedir justicia a estas chicas, no olvidemos que además casi todas eran menores cuando ocurrieron los hechos

Dejo enlace con la iformación del documental, y perdón por desvirtuar el tema del hilo, es el último comentario que hago al respecto 🙏

Muchas gracias 😘
 
Es peligroso jugar a las adivinanzas porque puede llevar al error y acusar a personas inocentes. Comprendo que haya ganas de desvelar a los HDP que pululan por ahí.

Pero cuando se acusa hay que hacerlo con pruebas auténticas.
Y añadiría que en vez de jugar a las adivinanzas en redes sociales o programas de tv, denunciaran en un juzgado. Aunque hayan pasado años. Es la única manera de que se pueda hacer justicia. Seguro que muchos nombres de abusadores se repetirán en unos juzgados y otros.
 
1 C Tangana
2 Plácido Domingo
3 Eloy Azorín
4 Carmelo Gómez
Los otros la verdad ni idea..
Eloy azorin he tenido que buscarle... me suena de hace muchos años... y este tiene poder xa fastidiarle la carrera a alguien? Si ya no curra no?
En cualquier caso quien ha dado esas insinuaciones deberia denunciar. Yo tb creo, como algunas primas, q en este mundillo tiene q haber casos para aburrir. Yo en su dia habia oido Juan Diego xo mientras las victimas no denuncien no son mas q habladurias
 
Artículo de Opinión de EL PAÍS por María Acale Sánchez,c atedrática de Derecho Penal de la Universidad de Cádiz

Acusaciones contra Carlos Vermut: el miedo a no ser creídas

El discurso del cineasta está cargado de una visión masculina sobre el uso del cuerpo de las mujeres como objeto de placer, nunca como sujetos de una relación igualitaria

Las acusaciones de tres mujeres vertidas en este diario contra el cineasta Carlos Vermut han abierto un proceso de reflexión sobre las condiciones laborales de quienes intentan convertir el cine en su sustento, un medio fascinante a la vez que tremendamente opaco.


El hecho de que estos testimonios no hayan sido denunciados ante la policía impide incluirlos dentro de las cifras oficiales, pero no por ello deben ser desvalorizados. Estudios victimológicos solventes han probado que no interponer una denuncia no es sinónimo de falsedad del relato, sino un comportamiento propio de un elevado número de víctimas que, ante el miedo a no ser creídas, al propio agresor y a los procesos de revictimización que siguen sufriendo, optan por guardar silencio.

Las contradicciones del cine español ante su tema tabú tras las acusaciones contra Carlos Vermut

El artículo de Gregorio Belinchón, Ana Marcos y Elena Reina recoge la versión de las tres mujeres sobre sus respectivas relaciones con Vermut, en las que se repiten unas prácticas sexuales acompañadas de contactos sorpresivos, desprecios e incluso estrangulamientos, y que vienen trianguladas a partir de unas características repetidas como son el s*x*, la edad, un pronóstico laboral frágil, la subordinación con respecto al director y la opacidad del medio.

En el artículo también se entrevista al propio Carlos Vermut, quien da su versión, afirmando que “me gustaría que saliera publicado que he tenido muchas relaciones de muchos tipos siempre queriendo que la otra persona esté bien. Y creo que haber tenido una vida sexual promiscua y haber tenido s*x* de muchos tipos puede llevarte a situaciones como estas”.

El brocardo latino excusatio non petita, accusatio manifesta nos permite corroborar que, a partir de las declaraciones de Vermut, hay un fondo de verdad en las acusaciones de las mujeres, sobre todo cuando afirma haber “practicado s*x* duro”, lo que confunde con “s*x* consentido” y el “consentimiento inicial” con una suerte de patente de corso que le autoriza a hacer lo que quiera con los cuerpos ajenos.


Y es que ese discurso entrecomillado de Vermut es un discurso masculino sobre el uso del cuerpo de las mujeres como objeto de placer, nunca como sujetos de una relación igualitaria que se sostenía en su deseo sexual, y se nutría de la relación de subordinación profesional que mantenía con ellas. A lo que añade: “Imagínate que he subido con una persona a mi casa y estamos en la cama o en el sofá hablando. Doy por hecho que tiene una intención sexual. A lo mejor me acerco a ella, le puedo tocar los pechos, y si esta persona me dice que me aparte, no haga nada más. Es que depende del contexto”. Dar por hecho que esa persona tiene una intención sexual es dar por hecho el consentimiento, presumirlo, por lo que difícilmente ha podido asegurarse de que la otra persona “esté bien”. Se contradice, pues, en este punto esencial de su relato.

Las leyes que en este país se han venido aprobando durante los últimos años han contribuido a crear el caldo de cultivo para que estas mujeres ahora hayan hablado: la reciente ratificación por España del Convenio OIT 190 sobre la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo culmina un proceso de revisión legislativa que lucha por dignificar los espacios de trabajo.

Quizás sea el momento de que el mundo del cine reflexione sobre si está ante un fenómeno aislado o si se trata de otro de carácter estructural, normalizado por el propio ámbito. De ser así, deberán plantearse medidas eficaces para favorecer el libre desarrollo de la personalidad de todas las personas a las que da cobijo.


María Acale Sánchez es catedrática de Derecho Penal de la Universidad de Cádiz.
 
Este tema es muy delicado.

Pero si en USA que son millones de personas las que viven del cine y tv SE SABE TODO imaginad en Españita… en algún momento chicas (y chicos) jóvenes se pueden ver obligados a hacer cosas… con el miedo de ser vetados y queriendo ser actores.

personalmente, de ganas de limpieza en el cine español, yo tenía muchísimas. Por edad tuve que aguantar que escenas de s*x* explícito sin ningún sentido, totalmente gratuitas, aparecieran en toooodas las pelis españolas. Es que era pensar a ver cuánto tardan en enseñarnos unas t*tas. Daba igual el tema, y no hablo del destape, hablo de los 80 y 90.

Espero que con la apabullante fuerza con la que llegan directoras mujeres, el s*x* sea una parte menos prioritaria en las historias. Si toca, pues vale, pero si estás hablando de una receta de cocina, no hace falta que saques en bolas a la nueva futura estrella (femenina, of course).

A por los grandes no irán porsupuestísimoqueno, pero que todo sale, todito… pues sí.

Las primeras interesadas somos nosotras. Aunque la denuncia de “tu palabra contra la mía” es muy dura.

Esta semana un repartidor de supermercado violó a una anciana de más de 80 años en su casa… al llevarle la compra. ¿Se habrán atrevido a preguntarle qué llevaba puesto? ¿Si se le insinuó? ¿Que por qué estaba EN SU PROPIA CASA A ESAS HORAS DE LA MAÑANA?…

Pues eso, si encima eres actriz, con la mente muy abierta, has aparecido sensual en fotos, sabes que van a desautorizarte. Y es durísimo. Por eso callan.

En mundo del espectáculo es un putiferio, de siempre. Pero abusos hay en todos los sectores… y las más débiles son las que lo tienen peor.
 

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