Dejo el editorial de Le Monde
ÉDITORIAL. Le discours du vice-président des Etats-Unis, J. D. Vance, lors de la Conférence de Munich a ébranlé la relation transatlantique. Les Européenns doivent désormais prendre acte que la sécurité du continent ne dépend que d’eux-mêmes.
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Europa ante un desafío histórico
Le Monde
El discurso del vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, en la Conferencia de Múnich ha sacudido la relación transatlántica. Los europeos deben ahora tomar nota de que la seguridad del continente depende únicamente de ellos mismos.
Publicado hoy a las 10:04, modificado a las 10:18. Tiempo de lectura: 2 min.
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Entre Europa y Estados Unidos, la fractura es profunda, el rompimiento histórico. Incluso antes de la batalla de los aranceles, el huracán Trump azotó el Viejo Continente y el daño es considerable. Se hicieron evidentes del 14 al 16 de febrero con motivo de la Conferencia de Seguridad de Múnich, que reúne cada año al establishment político, diplomático y de defensa occidental. Tres días que sacudieron la relación transatlántica, pilar del sistema internacional desde la Segunda Guerra Mundial.
Por supuesto, está el impacto de un discurso autoritario y cuya hostilidad ni siquiera se disimuló, el del vicepresidente estadounidense, J. D. Vance. Un discurso marcado por la ideología MAGA (Make America Great Again), un discurso de extrema derecha, que acusa a las prácticas democráticas europeas de ser liberticidas y compara a los responsables europeos con los comisarios políticos soviéticos. Está la inaceptable injerencia de una supuesta potencia aliada en una campaña electoral, la de Alemania, donde el vicepresidente de Estados Unidos apoya a la candidata del partido de extrema derecha AfD, mientras se niega a reunirse con el canciller.
Y luego está la incertidumbre sobre el destino de Ucrania y su agresor, el presidente ruso, Vladimir Putin, por parte de un presidente de Estados Unidos con prisa por hacer las paces para poder desvincularse de Europa y concentrarse en la rivalidad con China. ¿Pueden Estados Unidos y Europa trabajar juntos por un «justo y duradero» en Ucrania mientras libran una guerra ideológica?
Discurso de la verdad
Es una cuestión crucial para el futuro de los europeos, que tardan en comprender que están atrapados en su dependencia de seguridad de un aliado que se comporta más como un adversario que como un amigo. En Múnich, el impacto causado por la administración Trump, en un clima execrable, tuvo el mérito de provocar una toma de conciencia sobre la insuficiencia de los recursos asignados a la defensa. Comienza a escucharse un discurso de la verdad, especialmente entre los líderes alemanes, sobre la pedagogía indispensable que debe llevarse a cabo con los ciudadanos sobre los aumentos de los presupuestos de defensa.
En este contexto de incertidumbre sobre las intenciones del equipo Trump, el apoyo económico y militar de Europa a Ucrania debe seguir siendo la prioridad, para que esté en una posición de fuerza cuando comiencen las negociaciones. Del mismo modo, hay que mantener a este país agredido en el camino hacia la Unión Europea y, en última instancia, hacia la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Tales exigencias suponen sumas colosales para financiar el esfuerzo de defensa. La deuda común europea, a la que Alemania se muestra reacia, debe seguir siendo una opción, al igual que el uso de los activos rusos congelados, de los que por ahora solo se utilizan los intereses para financiar el Estado ucraniano.
La perspectiva, no anticipada, de perder la protección estadounidense es potencialmente devastadora para la unidad de Europa. Por el contrario, impone un impulso, cuyo primer acto podría ser la reunión cumbre organizada urgentemente en París el lunes 17 de febrero. Conseguir que Washington renuncie a una retirada completa de Europa supone que esta demuestre su voluntad y capacidad de invertir en su propia defensa. En Múnich, la ceguera europea llegó a su fin de forma abrupta. A partir de ahora, la seguridad del continente depende esencialmente de los propios europeos y de su capacidad para mantener su cohesión.