Después de todos los maratones de este último año y de sus viajes alrededor del mundo gastando y gastando dinero en vuelos, alojamientos y chorrada varias de ropa y calzado la semana blanca de vacaciones de sus hijos la están pagando con su trabajo y a cambio de su intimidad. Nada a cambiado en esa familia. Lo de la tortilla francesa es triste, solo eso. Al menos le ha cambiado el body y le ha puesto ropa.