Aquí no puedo estar más de acuerdo. Chapó. Ciertamente es así, y por eso hay que recurrir al sentido común, poner todas las piezas más o menos conocidas sobre la mesa y como si fuera un puzzle ver si encajan y cuáles hay que desechar porque son farfolla. Esto es el desgranado de los puntos oscuros que como dices muy bien, hace este crimen tan apasionante. Rafi empieza ocultando su propio móvil, que era la creencia desesperada, propia de un loco de amor, de alguien que sufre por amor no correspondido, creencia digo de que heredando Miriam, volvería con él, porque se olvidaría de las penurias y dificultades económicas que pasaron estando juntos y que pensaba el pobre que por eso le dejó por alguien más decidido y emprendedor, pero que tampoco era un dechado de fortuna económica -al menos de momento-. Era un móvil tan enfermizo que entendía el infeliz que no podía decirlo, por pudor, por vergüenza. La policía se hubiera descojonado de risa. Pero este era el móvil, SU móvil -porque cada uno tenía el suyo-. El infeliz se pensaba que todo se arreglaría con buen abogado, etc..., cambiando su declaración, y empieza a volverse loco en prisión viendo que eso no ocurre y que LOS OTROS se van de rositas, y que él no puede ni soñar ya con tirar de la manta, porque tiene totalmente perdido esa " palabra contra la palabra". Ya enloquecido por la estancia prolongada en prisión, las drogas, etc...empieza a mentir acusando por acusar.es que claro, es dificil darle mas credbilidad a rafi que a algunos de los otros, ya que rafi se dedicó a lo mismo que la mayoria dde sospechoss que son culpables,luego condenados etc
ir cambiando de version, acusando a todo el mundo segun conveniencia, no demostrar nada de lo que afirma etc..entonces al final lo mas probable es que sea verdad solo lo que dice acusandose a si mismo y a algun cl,aborador que ha acabado reconendo ,al menos en parte, participacion
todo lo demas,, con pinzas
Creo que solo al final de su vida, sin esperanza alguna ya, y con el apoyo de amistad de Matías Antolín, se abrió un poco y empezó a contar algunas verdades, pero que aún así hay que espigar.