Azul &Rosa Jaime Peñafiel 01/03/2025 Mi Semana en OK diario

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AZUL Y ROSA | MI SEMANA EN OKDIARIO

El perro, el mejor amigo de reyes, príncipes y presidentes​



Esta semana, en TikTok alguien ha desvelado una gran noticia: «Los perros hablan». Alexis Divine, una ciudadana de Tacoma (Washington), ha demostrado la forma de hablar con su perro Bunny, un pastor inglés. Y lo ha hecho por medio de una alfombra desplegada en el suelo con botones que, al ser presionados por el perro, emite palabras grabadas con la voz de su ama y que el este identifica ese sonido con una acción, con un comportamiento. ¿Mediante inteligencia artificial? (?).

Tal vez a algunos de los lectores no les guste lo que voy a escribir, pero, si siguen leyendo, lo entenderán: prefiero un perro a un niño. Tal vez por mi mala suerte. La única hija que he tenido desapareció de mi vida a causa de la droga, produciéndome una herida que ni el paso de los años logra cicatrizar. Cuando algunos padres, con hijos pequeños, conocedores de mi historia, se cruzan en la calle conmigo, suelen decirme: «¡Ay!, señor Peñafiel, cuantas veces nos acordamos de lo que dice…».

Nunca se acordarían si, en vez de hijos, tuvieran… perros. Porque estos son «el mejor amigo del hombre», que dijo el abogado y senador por Missouri, George Graham Vest, en el juicio contra Leonidas Hornsby, que había asesinado a Old Drum, el precioso galgo de su vecino Charles Burden.


Sully, el perro de Bush​

Me va a permitir, querido lector, que reproduzca algunas de las palabras del abogado y senador en el juicio que creó jurisprudencia contra el maltrato a los perros en Estados Unidos: «Caballeros del Jurado, el mejor amigo de un hombre podrá volverse en su contra, incluso su propio hijo o hija, a quien crio con amor infinito, puede demostrarle ingratitud. El único, absoluto y mejor amigo que puede tener el hombre, en este mundo egoísta, el único que no le va a traicionar o negar es su perro. Y cuando el amo muere y el cuerpo es enterrado bajo la fría tierra, no importa que todos los amigos se hayan ido. Allí, junto a la tumba, se queda su perro, la cabeza entre las patas, los ojos tristes, pero abiertos y alerta más allá de la muerte. Porque no lo olviden, ese perro era el mejor amigo de ese hombre».

Un perro labrador, Sully, demostró ser el mejor amigo del ex presidente de los Estados Unidos George H.W. Bush. Emocionó hasta las lágrimas contemplar a su perro «con la cabeza entre sus patas y los ojos tristes» bajo la cúpula del Capitolio, donde se rendía homenaje póstumo al presidente.
Sully era el único acompañante de Bush desde que falleciera su esposa, Bárbara, y su salud comenzó a apagarse rápidamente. Desde ese día, el perro no se separó ni un metro de su dueño. Y no sólo eso, sino que le avisaba, según contaba Álvaro Martínez, cuando tenía que tomar sus medicamentos y le advertía cuando sonaba el teléfono que Bush no oía porque estaba medio sordo. Todo un ejemplo de fidelidad. Mas que perruna … ¡¡¡humana!!! Mas allá de la muerte.

También Odin, el perro de Rainiero​

El 15 de abril de 2003, yo fui testigo de un hecho insólito, único, que difícilmente olvidaré, con motivo del entierro del príncipe soberano Rainiero de Mónaco, fallecido a la edad de 81 años a causa de una afección broncopulmonar, después de cincuenta y seis años de reinado. Se había convertido en el decano de las monarquías europeas. A los funerales asistieron casi todos los reyes de entonces, entre ellos, don Juan Carlos. Como es habitual en los entierros de los soberanos reinantes, tras el féretro suele caminar el caballo desmontado del rey. Sin embargo, en el entierro de Rainiero, tras el féretro, sobre un armón de artillería, caminaba, con una correa negra, en señal de luto, Odin, el perro triste de Rainiero, un ejemplar de grifón Korthal, raza caracterizada por la fidelidad incondicional a su amo. Fue el regalo del Consejo de la Corona del Principado en el 50º aniversario de su reinado. Seis años tenía Odin el día del entierro. Toda su vida. Tengamos en cuenta que seis años en la vida de un perro es más de media vida de un hombre.

Nunca he olvidado aquella tristeza visible, caminando, con la cabeza gacha, tras el féretro que llevaba a su amo. Tuvo el lugar que le correspondía.
Me contaron que los días que Rainiero había permanecido en la clínica de Montecarlo, donde había fallecido, Odin se los había pasado buscándole por las habitaciones del palacio, pero sobre todo en la habitación vacía del soberano, al tiempo que se le oía «llorar». Viéndole caminar tras el féretro por las calles del Principado hacia la catedral, uno no podía dejar de emocionarse ante aquel ejemplo de fidelidad incondicional a su amo. Como la de Sully a Bush. No exagero si les digo que Odin impresionaba y emocionaba mucho más que Alberto, Carolina y Estefanía, los tres hijos de Rainiero.

Y Puskin, el perro del entonces príncipe Felipe​

La Familia Real española es gran amante de los perros. Hace unos años, cada uno de sus miembros tenía el suyo y de razas diferentes. Felipe a Puskin, un schnauzer; su hermana Elena a Bruja, un golden retriever, y Cristina a Gringo, un teckel.

El rey Juan Carlos es quien más perros tenía, aunque, sobre todo, sentía pasión por los golden. Incluso poseyó un criadero de esta raza durante veinticinco años. Los solía regalar a sus amigos, entre ellos al diplomático Chencho Arias, que se lo llevó a Nueva York cuando fue representante ante la ONU. Del criadero se encargaba un empleado del Banco de España que solía escamotear algún que otro cachorro de las camadas para venderlo. Yo le compré, por 200.000 pesetas, un cachorro de golden.

Pero ningún miembro de la Familia Real amaba tanto a su mascota como el entonces príncipe Felipe, con su pequeño schnauzer, bautizado con el nombre de Puskin. El perrito formaba parte de su vida. Como ya he contado alguna vez que otra, era tal la identificación entre los dos que cuando Puskin intuía que Felipe se iba de viaje, empezaba a vomitar por todos sitios. El príncipe no llamaba a nadie del servicio para recoger los vómitos. Lo hacía el mismo.


Lo amaba tanto que, cuando la reina Sofía decidió visitar a su hijo en la época en la que estudiaba en Washington, en 1993, éste le pidió le llevara a Puskin.

Pero cuando Felipe contrae matrimonio en 2004 con Letizia, lo primero que ésta hace es poner al perrito de patitas en el jardín del pabellón construido y habilitado para ellos, a un kilómetro de Zarzuela. El pobre animal debió internarse en los montes que rodean las mansiones reales porque de Puskin no se volvió a saber. Posiblemente, moriría de frío o atacado por los jabalíes u otras alimañas. Felipe lo pasó muy mal, pero, para evitar mayores problemas, aceptó lo que Letizia había decidido. En la casa no habría nunca perros. De aquellos polvos vienen estos lodos de hoy. Para mi sorpresa, se vio en la escena de despedida en el pabellón de Zarzuela a la infanta Sofía, camino de Londres, junto a sus padres y a la nueva mascota Jan, un labrador. Desconozco a qué miembro de la Familia pertenece.
 
CHSSSS…
A propósito del presunto novio de la princesa, («a quien ella le dio un beso en la nuca y él se lo devolvió»), ya se conoce la identidad del guardiamarina: pertenece a una acomodada familia madrileña que estudió en un colegio privado de uno de los mejores barrios de la capital, muy deportista él, que compite en regatas de vela y juega al balonmano.

¿Cuatro? escoltas de la policía española viajan en el buque Elcano para proteger a la Princesa.

A pesar de la polémica y de los tuits de su protagonista, la película francesa Emilia Pérez se ha llevado el premio a la mejor producción de habla no inglesa. Veremos que pasa en la madrugada de este domingo al lunes con los Oscar.

Jordi Hurtado se merece recordarlo en esta sección por los 28 años de su espacio Saber y Ganar en TVE. ¡Felicidades, querido!

Me ha sorprendido y emocionado leer en una esquela mortuoria de un médico que, entre los nombres de sus hijas, sus hermanos y sus sobrinos que nunca le olvidarán aparecía el de su gata Lola.

Ello me ha recordado a mi hermano Aurelio que el día que murió, su gato permaneció en la capilla ardiente bajo el féretro hasta que se lo llevaron. Algo así como Sally, el perro de Bush.

Mi madre, que tenía un macabro sentido del humor, propuso introducirlo en la caja.

Ha reconocido públicamente que pagó a su presidente en el último año un salario de 2.51 millones de euros, un 11% más que en 2023.

Poco o nada queda ya del esfuerzo por liberar a su ex mujer de la cárcel tailandesa por tráfico de drogas, de quien se separó después de tener cuatro hijos y otro adoptado.

Ahora, según he declarado el famoso herpetólogo Frank Cuesta, ella le ha interpuesto tres querellas criminales contra él «con el fin de destruirme y de que abandone Tailandia». Se desconocen los motivos.

No hay duda de que «mi madre estaría muy contenta de mi debut teatral». Porque la hija de mi inolvidable amiga y compañera será la protagonista de Santa Lola una obra que produce Lara Dibildos. ¡Suerte querida!

La familia real británica también tiene una Victoria Federica en la persona del jovencísimo sobrino nieto de Isabel II cuya vida y actividades está siendo documentada al detalle en las redes sociales.
 
Última edición:

Sube & Baja, por Jaime Peñafiel: semana del 21 al 28 de febrero de 2025​


Sube Baja Peñafiel

  • Jaime Peñafiel
  • Periodista político y del corazón. Experto en noticias sobre la aristocracia y la familia real. Ex redactor jefe de la revista ¡Hola! y fundador del diario El Independendiente y La Revista. Escribo sobre la Casa Real.

SUBE: Julio Iglesias
Ignacio Peyró, el director del Instituto Cervantes de Roma, adonde llegó desde la sede de Londres, ha publicado un libro sobre el cantante que ya está a la venta con el título El cantante español que enamoró al mundo. La vida de Julio Iglesias (Libros de Asteroides), en el que se vuelca en elogios como que «Julio es el cantante con un éxito más que descomunal, planetario, sobrenatural, un ser sin tiempo, que nunca ha tenido entre sus prioridades parecer contemporáneo y que encarna una especie de sueño de felicidad de clase media. Es el cantante vivo que más discos ha vendido en la historia junto a Madonna y Elton John. Es famoso desde Japón al último rincón del altiplano andino». Aunque pueden parecer excesivos elogios, yo, que conozco a mi compadre muy bien, diría que son más que merecidos.

SUBE: Jesús Calleja
El leonés, de 59 años, padre de tres hijos a los que adoptó y apasionado de la ciencia especialmente de la astrofísica y de la astronomía, se ha subido a la nave espacial New Shepard de la compañía norteamericana Blue Origin, siendo el tercer español de la historia en viajar al espacio después de Miguel López Alegría y Pedro Duque. «He soñado ser astronauta toda mi vida. No tengo miedo, ningún miedo… Otra cosa es el pánico… El miedo es muy relevante en la vida porque te impide cometer equivocaciones». El «viaje espacial» para turistas (le acompañaron cinco millonarios) duró tan solo ¡¡¡once minutos!!! Una pregunta, ¿Jesús Calleja se ha convertido en «astronauta» o en un simple turista espacial?


BAJA: Jaime Ostos Jr.
El hijo primogénito del que fuera famoso torero, con el mismo nombre y apellido, ha mostrado sin pudor alguno, en el programa de televisión De Viernes, los resultados físicos de una agresión de su hermano menor Jacobo (versión moderna de Caín y Abel) en la puerta del madrileño hotel Wellington, donde Jaime acababa de encontrarse con María Ángeles Grajal, con la que había tenido un violento altercado «amenazándola de muerte», según Jacobo. Otro que tal anda. Todo un lamentable ejemplo de un drama familiar «cuya vida ajetreada y poco pacífica», rememora Grajal.

BAJA: Yolanda Díaz
La polémica, exhibicionista, histriónica y hoy ridícula vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, por denunciar haber vivido «una terrible» situación machista, como la experimentada en el Congreso de los Diputados cuando «un periodista sin rubor me hizo un apelativo machista diciéndome que «estaba cada vez mas guapa». «Lo he sufrido ante la presencia manifiesta de muchos profesionales y soy la vicepresidenta. Imagina lo que pasa a las mujeres a diario». A mí también me gustaría, como a Rosa Belmonte, saber, a qué periodista se le ha ocurrido hacerle semejante apelativo a su estado físico. El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, le respondió que «no toda crítica ni todo halago es machista. Machismo es que el hombre pretenda prevalecer sobre la mujer por el solo hecho de serlo».
 
CHSSSS…
A propósito del presunto novio de la princesa, («a quien ella le dio un beso en la nuca y él se lo devolvió»), ya se conoce la identidad del guardiamarina: pertenece a una acomodada familia madrileña que estudió en un colegio privado de uno de los mejores barrios de la capital, muy deportista él, que compite en regatas de vela y juega al balonmano.

¿Cuatro? escoltas de la policía española viajan en el buque Elcano para proteger a la Princesa.

A pesar de la polémica y de los tuits de su protagonista, la película francesa Emilia Pérez se ha llevado el premio a la mejor producción de habla no inglesa. Veremos que pasa en la madrugada de este domingo al lunes con los Oscar.

Jordi Hurtado se merece recordarlo en esta sección por los 28 años de su espacio Saber y Ganar en TVE. ¡Felicidades, querido!

Me ha sorprendido y emocionado leer en una esquela mortuoria de un médico que, entre los nombres de sus hijas, sus hermanos y sus sobrinos que nunca le olvidarán aparecía el de su gata Lola.

Ello me ha recordado a mi hermano Aurelio que el día que murió, su gato permaneció en la capilla ardiente bajo el féretro hasta que se lo llevaron. Algo así como Sally, el perro de Bush.

Mi madre, que tenía un macabro sentido del humor, propuso introducirlo en la caja.

Ha reconocido públicamente que pagó a su presidente en el último año un salario de 2.51 millones de euros, un 11% más que en 2023.

Poco o nada queda ya del esfuerzo por liberar a su ex mujer de la cárcel tailandesa por tráfico de drogas, de quien se separó después de tener cuatro hijos y otro adoptado.

Ahora, según he declarado el famoso herpetólogo Frank Cuesta, ella le ha interpuesto tres querellas criminales contra él «con el fin de destruirme y de que abandone Tailandia». Se desconocen los motivos.

No hay duda de que «mi madre estaría muy contenta de mi debut teatral». Porque la hija de mi inolvidable amiga y compañera será la protagonista de Santa Lola una obra que produce Lara Dibildos. ¡Suerte querida!

La familia real británica también tiene una Victoria Federica en la persona del jovencísimo sobrino nieto de Isabel II cuya vida y actividades está siendo documentada al detalle en las redes sociales.

1. El amigo especial de Leonor. Por cierto, ¿cómo se llama?
2-7. Los dice.
8. Ni idea.
9-10. Frank Cuesta y Yuyee. Muy turbio todo...
11. Terelu Campos.
12. Samuel Chatto, nieto de la princesa Margarita.

¡Gracias, @MarthaG! ¡Feliz fin de semana!
 
AZUL Y ROSA | MI SEMANA EN OKDIARIO

El perro, el mejor amigo de reyes, príncipes y presidentes​



Esta semana, en TikTok alguien ha desvelado una gran noticia: «Los perros hablan». Alexis Divine, una ciudadana de Tacoma (Washington), ha demostrado la forma de hablar con su perro Bunny, un pastor inglés. Y lo ha hecho por medio de una alfombra desplegada en el suelo con botones que, al ser presionados por el perro, emite palabras grabadas con la voz de su ama y que el este identifica ese sonido con una acción, con un comportamiento. ¿Mediante inteligencia artificial? (?).

Tal vez a algunos de los lectores no les guste lo que voy a escribir, pero, si siguen leyendo, lo entenderán: prefiero un perro a un niño. Tal vez por mi mala suerte. La única hija que he tenido desapareció de mi vida a causa de la droga, produciéndome una herida que ni el paso de los años logra cicatrizar. Cuando algunos padres, con hijos pequeños, conocedores de mi historia, se cruzan en la calle conmigo, suelen decirme: «¡Ay!, señor Peñafiel, cuantas veces nos acordamos de lo que dice…».

Nunca se acordarían si, en vez de hijos, tuvieran… perros. Porque estos son «el mejor amigo del hombre», que dijo el abogado y senador por Missouri, George Graham Vest, en el juicio contra Leonidas Hornsby, que había asesinado a Old Drum, el precioso galgo de su vecino Charles Burden.


Sully, el perro de Bush​

Me va a permitir, querido lector, que reproduzca algunas de las palabras del abogado y senador en el juicio que creó jurisprudencia contra el maltrato a los perros en Estados Unidos: «Caballeros del Jurado, el mejor amigo de un hombre podrá volverse en su contra, incluso su propio hijo o hija, a quien crio con amor infinito, puede demostrarle ingratitud. El único, absoluto y mejor amigo que puede tener el hombre, en este mundo egoísta, el único que no le va a traicionar o negar es su perro. Y cuando el amo muere y el cuerpo es enterrado bajo la fría tierra, no importa que todos los amigos se hayan ido. Allí, junto a la tumba, se queda su perro, la cabeza entre las patas, los ojos tristes, pero abiertos y alerta más allá de la muerte. Porque no lo olviden, ese perro era el mejor amigo de ese hombre».

Un perro labrador, Sully, demostró ser el mejor amigo del ex presidente de los Estados Unidos George H.W. Bush. Emocionó hasta las lágrimas contemplar a su perro «con la cabeza entre sus patas y los ojos tristes» bajo la cúpula del Capitolio, donde se rendía homenaje póstumo al presidente.
Sully era el único acompañante de Bush desde que falleciera su esposa, Bárbara, y su salud comenzó a apagarse rápidamente. Desde ese día, el perro no se separó ni un metro de su dueño. Y no sólo eso, sino que le avisaba, según contaba Álvaro Martínez, cuando tenía que tomar sus medicamentos y le advertía cuando sonaba el teléfono que Bush no oía porque estaba medio sordo. Todo un ejemplo de fidelidad. Mas que perruna … ¡¡¡humana!!! Mas allá de la muerte.

También Odin, el perro de Rainiero​

El 15 de abril de 2003, yo fui testigo de un hecho insólito, único, que difícilmente olvidaré, con motivo del entierro del príncipe soberano Rainiero de Mónaco, fallecido a la edad de 81 años a causa de una afección broncopulmonar, después de cincuenta y seis años de reinado. Se había convertido en el decano de las monarquías europeas. A los funerales asistieron casi todos los reyes de entonces, entre ellos, don Juan Carlos. Como es habitual en los entierros de los soberanos reinantes, tras el féretro suele caminar el caballo desmontado del rey. Sin embargo, en el entierro de Rainiero, tras el féretro, sobre un armón de artillería, caminaba, con una correa negra, en señal de luto, Odin, el perro triste de Rainiero, un ejemplar de grifón Korthal, raza caracterizada por la fidelidad incondicional a su amo. Fue el regalo del Consejo de la Corona del Principado en el 50º aniversario de su reinado. Seis años tenía Odin el día del entierro. Toda su vida. Tengamos en cuenta que seis años en la vida de un perro es más de media vida de un hombre.

Nunca he olvidado aquella tristeza visible, caminando, con la cabeza gacha, tras el féretro que llevaba a su amo. Tuvo el lugar que le correspondía.
Me contaron que los días que Rainiero había permanecido en la clínica de Montecarlo, donde había fallecido, Odin se los había pasado buscándole por las habitaciones del palacio, pero sobre todo en la habitación vacía del soberano, al tiempo que se le oía «llorar». Viéndole caminar tras el féretro por las calles del Principado hacia la catedral, uno no podía dejar de emocionarse ante aquel ejemplo de fidelidad incondicional a su amo. Como la de Sully a Bush. No exagero si les digo que Odin impresionaba y emocionaba mucho más que Alberto, Carolina y Estefanía, los tres hijos de Rainiero.

Y Puskin, el perro del entonces príncipe Felipe​

La Familia Real española es gran amante de los perros. Hace unos años, cada uno de sus miembros tenía el suyo y de razas diferentes. Felipe a Puskin, un schnauzer; su hermana Elena a Bruja, un golden retriever, y Cristina a Gringo, un teckel.

El rey Juan Carlos es quien más perros tenía, aunque, sobre todo, sentía pasión por los golden. Incluso poseyó un criadero de esta raza durante veinticinco años. Los solía regalar a sus amigos, entre ellos al diplomático Chencho Arias, que se lo llevó a Nueva York cuando fue representante ante la ONU. Del criadero se encargaba un empleado del Banco de España que solía escamotear algún que otro cachorro de las camadas para venderlo. Yo le compré, por 200.000 pesetas, un cachorro de golden.

Pero ningún miembro de la Familia Real amaba tanto a su mascota como el entonces príncipe Felipe, con su pequeño schnauzer, bautizado con el nombre de Puskin. El perrito formaba parte de su vida. Como ya he contado alguna vez que otra, era tal la identificación entre los dos que cuando Puskin intuía que Felipe se iba de viaje, empezaba a vomitar por todos sitios. El príncipe no llamaba a nadie del servicio para recoger los vómitos. Lo hacía el mismo.


Lo amaba tanto que, cuando la reina Sofía decidió visitar a su hijo en la época en la que estudiaba en Washington, en 1993, éste le pidió le llevara a Puskin.

Pero cuando Felipe contrae matrimonio en 2004 con Letizia, lo primero que ésta hace es poner al perrito de patitas en el jardín del pabellón construido y habilitado para ellos, a un kilómetro de Zarzuela. El pobre animal debió internarse en los montes que rodean las mansiones reales porque de Puskin no se volvió a saber. Posiblemente, moriría de frío o atacado por los jabalíes u otras alimañas. Felipe lo pasó muy mal, pero, para evitar mayores problemas, aceptó lo que Letizia había decidido. En la casa no habría nunca perros. De aquellos polvos vienen estos lodos de hoy. Para mi sorpresa, se vio en la escena de despedida en el pabellón de Zarzuela a la infanta Sofía, camino de Londres, junto a sus padres y a la nueva mascota Jan, un labrador. Desconozco a qué miembro de la Familia pertenece.
A estas alturas, no nos hace falta que venga D. Peñazo a enseñarnos la fidelidad y el amor de las mascotas, sobre todo perrunas, pero comparar y preferir a estas ante los hijos, dice mucho de la persona que es.

No se le cae la cara de vergüenza al presumir, de haber comprado un perro con "pedigrí real" y me da risa que hable sobre sus descubrimientos en Tik tok ya que ese vídeo que cita, hace meses o más, que circula por la red y lo único que demuestra es que los animales son seres de costumbres además de memoria.

Pero lo que me ha "mataó" es lo de su madre... Que tras morir su hijo y de cuerpo presente, propusiera meter al gato en la caja y enterrarlo vivo con él.
Eso demuestra, a quien se parece Peñainfiel con el relato macabro sobre su madre " en el enterramiento bajo el árbol del carmen" y su negación a presenciar el deterioro y muerte de su hija.

También demuestra, que no solo echa mano de sus recuerdos para rellenar sus columnas semanales...
Esa rumorología que dice que a Letizia no le gustan los perros, que echó al de Felipe fuera de casa pero ahora permite que Sofía tenga uno.

Todo el mundo sabe, por más que presuma de sus recuerdos, que su relación cercana a la Familia Real española empezaba y terminaba con Juan Carlos. De ahí que quizás no se haya enterado aún, que el Pabellón del Príncipe donde viven los reyes se ubica a un kilómetro del Palacio, pero dentro de Zarzuela.
 
Además dice que antes de la foto de la Infanta Sofia con el labrador no hubo perro, cuando Leonor pidió a sus padres de regalo una perrita a la que pusieron por nombre "Sara"
Alguien vio a la tal Sara? O fue una leyenda, como el gusto de las Infantas por las películas de Kurosawa???
 
La historia sobre Bush padre es otro invento de Peña.
Sully no era su perro, era un perro de asistencia que trajeron para hacer compañía a Bush dos meses después de que su mujer muriera y solo estuvo con él 6 meses. Cuando Bush murió, Sully siguió trabajando en un hospital militar.
No era "el único acompañante de Bush".
Ni que viviera solo, qué chorrada, con la familia que tiene.
Lo de avisar para tomar medicamentos y coger el teléfono es ya de una mente demente.
Tenía atención médica 24 horas al día y el hombre estaba ya muy enfermo para ocuparse de sus medicamentos y andar cogiendo el teléfono, estando como estaba rodeado de personal y el servicio secreto.
 
Última edición:
A estas alturas, no nos hace falta que venga D. Peñazo a enseñarnos la fidelidad y el amor de las mascotas, sobre todo perrunas, pero comparar y preferir a estas ante los hijos, dice mucho de la persona que es.

No se le cae la cara de vergüenza al presumir, de haber comprado un perro con "pedigrí real" y me da risa que hable sobre sus descubrimientos en Tik tok ya que ese vídeo que cita, hace meses o más, que circula por la red y lo único que demuestra es que los animales son seres de costumbres además de memoria.

Pero lo que me ha "mataó" es lo de su madre... Que tras morir su hijo y de cuerpo presente, propusiera meter al gato en la caja y enterrarlo vivo con él.
Eso demuestra, a quien se parece Peñainfiel con el relato macabro sobre su madre " en el enterramiento bajo el árbol del carmen" y su negación a presenciar el deterioro y muerte de su hija.

También demuestra, que no solo echa mano de sus recuerdos para rellenar sus columnas semanales...
Esa rumorología que dice que a Letizia no le gustan los perros, que echó al de Felipe fuera de casa pero ahora permite que Sofía tenga uno.

Todo el mundo sabe, por más que presuma de sus recuerdos, que su relación cercana a la Familia Real española empezaba y terminaba con Juan Carlos. De ahí que quizás no se haya enterado aún, que el Pabellón del Príncipe donde viven los reyes se ubica a un kilómetro del Palacio, pero dentro de Zarzuela.
La historia del perro abandonado es tan ridícula.......
Este hombre no está bien.
 
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